Tesoro alado de la naturaleza: el pájaro campana

POR Alberto Yanosky

Biólogo y conservacionista.

El colega y amigo Nick Bayard me anunciaba que su iniciativa Birdnote estará el 6 de marzo hablando del pájaro campana en inglés y luego en español con el título “The Auspicious Chime of the Bare-throated Bellbird” (El auspicioso sonido del pájaro campana) así que aprovechamos la oportunidad con los colegas y amigos, Carlos Ortega y José Maria Paredes para incorporar algunas fotos originales de machos de pájaro campana en su ambiente natural, nuestro bosque atlántico del Alto Paraguay. A los tres, gracias, ya que me dieron pie y bases para dedicar esta columna a nuestra Ave Nacional. En el anuncio de Birdnote se comenta que la vista y el sonido del pájaro campana, el ave nacional de Paraguay, inspira asombro y deleite. Su presencia como especie indicadora y dispersora de semillas también es un buen augurio para la salud del ecosistema en el Bosque Atlántico del Alto Paraná, que se extiende desde el sudeste de Brasil a través del este de Paraguay y hasta el norte de Argentina, en la provincia de Misiones.

El canto fuerte y metálico del pájaro campana también inspira la música que se toca con otro emblema de Paraguay: el arpa. Esta ave se considera “Casi Amenazada” debido a la pérdida de hábitat, un tipo particular de bosque, y la caza furtiva de aves de jaula. El pájaro campana se conoce científicamente como Procnias nudicollis, y en guaraní se la conoce como guyra campana o guyra pong o guyrapu. Su nombre científico deriva de una combinación del griego y de latín, Prokne o Procne, un ser de la mitología que se transforma en golondrina, y el epíteto nudicollis, que se significa garganta  (collis) desnuda (nudus). En algunas regiones de Paraguay, especialmente en cercanías a la frontera con Brasil se la conoce como Araponga.   ​

Pájaro campana. Foto: José Maria Paredes

El pájaro campana habita los bosques tropicales o subtropicales de tierras bajas y en bosques más montanos. Su presencia no pasa desapercibida, ya que la especie es conocida por su distintiva y fuerte llamada en forma de sonido metálico, que recuerda a una campana, que se puede escuchar desde largas distancias. Esta especie desempeña un papel crucial en su ecosistema como dispersor de semillas, contribuyendo a la regeneración de los bosques y a la diversidad vegetal. El uso que hace esta ave en las alturas de las copas ayuda a la regeneración en todos los estratos del bosque, permitiendo la dispersión de semillas en las partes altas del bosque.

El macho del pájaro campana es muy notorio por su llamativo plumaje blanco y un área sin plumas en la cara y la garganta, donde la piel es de color celeste verdoso. Las hembras y los juveniles son generalmente de color verdoso, lo que les proporciona un importante camuflaje en sus hábitats forestales. Las hembras son difíciles de encontrar si no se mueven entre el follaje.  Esta ave se alimenta principalmente de frutas y semillas, lo que lo convierte en un frugívoro importante en su hábitat. Esta ave también consume insectos, así que cumple un rol aún muy poco conocido en el control de plagas. Los machos son conocidos por sus elaboradas exhibiciones de cortejo, que incluyen sus fuertes llamadas y exhibiciones visuales para atraer a las hembras.

Pájaro campana. Foto: Carlos Ortega.

El pájaro campana tiene un estado de conservación que denota su vulnerabilidad, siendo quizás la mayor amenaza la pérdida y fragmentación de su hábitat. Si bien la cacería con fines de aves de jaula puede resultarnos inaceptable, las técnicas del manejo de la vida silvestre nos permiten “producir ejemplares” con estos fines, pero la existencia de la especie en vida silvestre no será posible si no se mantiene su hábitat. La deforestación para la agricultura, la tala y los asentamientos humanos son amenazas significativas para su hábitat. Los esfuerzos de conservación se centran en la protección y restauración de sus hábitats naturales, así como en la implementación de prácticas sostenibles de uso de la tierra. En Paraguay, las medidas específicas de conservación incluyen el establecimiento de áreas protegidas y la promoción de proyectos de reforestación y restauración del paisaje forestal. También se están realizando esfuerzos para concienciar sobre la importancia de preservar esta especie y su hábitat, y desincentivar la tenencia de esta especie en cautiverio. Si hoy queremos ver la especie y escucharla solo podemos ir a algunas áreas protegidas donde se conoce su existencia. Si el ave está, el canto de los machos es muy notorio.

La ley 2511 del año 2012 declara al pájaro campana como el ave nacional; una iniciativa de la que fui parte, ya que muchos pensaban que era el ave nacional, pero en la realidad no había ningún marco legal que así lo evidenciase. El motivo de este proyecto, que culminó en una ley de la República del Paraguay, tenía como motivo principal proteger su hábitat, evitando que los bosques tan específicos que habita no sigan desapareciendo. Si bien la pérdida del hábitat sigue avanzando, en muchos bosques donde se oía el melodioso canto metálico, esto ya no ocurre transformándose en bosques silenciosos. Esta especie fue evaluada hace unos cuatro años (2020), y se estimaba entonces que quedarían entre 80 y 130 mil individuos maduros en todo su rango de distribución. Este rango es un poco menor que la superficie de Paraguay (aunque compartido con Brasil y Argentina), de lo cual solo un millón de hectáreas alberga “quizás” algún tipo de bosque apto para la especie. Y esta superficie en Paraguay “teóricamente” no habría más de 3.500 individuos maduros. Sabemos que el hábitat remanente difícilmente albergue una proporción de esa estimación, por lo que urge tomar alguna medida para que el ave nacional no quede en el olvido y solo en el recuerdo colectivo de quienes nos vamos poniendo mayores.

Los invito a escuchar el pódcast y la información que tendrá este mes de marzo Birdnotes y gracias a Nick, Carlos y José Maria.