Silvia Morimoto: “He sido testigo de la desigualdad, injusticia social y pobreza”

En Paraguay muchas historias nos inspiran, en especial cuando se trata de autoridades que pasan por las principales instituciones y que demuestran fortaleza, liderazgo e iniciativa por las causas sociales más emblemáticas. Una de ellas es la historia de Silvia Morimoto, representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en nuestro país.

Desde El Nacional, en entrevista exclusiva, quisimos conocer más sobre su perfil, así como lo que le inspira a trabajar diariamente y lo que representa para el país la gran labor que lleva adelante.

¿Qué le gustaría decir sobre su perfil profesional y de vida? ¿Quién es Silvia Morimoto?

Soy actualmente representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), pero mi carrera en el área de desarrollo internacional ya tiene más de 25 años. Soy originalmente de Brasil y cuarta generación de inmigrantes japoneses, pero mi trabajo me llevó a varias partes de Latinoamérica, Estados Unidos y Asia, donde desempeñé puestos de liderazgo. Me formé en administración de empresas y contabilidad.

En el ámbito personal, fui criada por mis papás con valores muy fuertes de disciplina, ética, integridad, respecto, humildad y valor a la familia. Soy madre de Larissa y esposa de Rodrigo, quienes comparten conmigo su visión de un mundo más justo y que me han acompañado en mi carrera todos estos años.

¿Cuáles son los proyectos que más le inspiraron a seguir emprendiendo esta gran labor?

Soy brasileña, una de las sociedades más desiguales del mundo; he sido testigo de lo que sucede en el contexto de altos niveles de desigualdad, injusticia social y pobreza, lo que me inspiró a trabajar para el PNUD, cuya visión y misión admiro de verdad. Ese fue el primer impulso que me llevó a trabajar en las Naciones Unidas y es lo que me sigue inspirando hoy en Paraguay, donde llevo cuatro años como representante residente. Más específicamente, estos años en Paraguay me han inspirado diversas iniciativas que trabajamos desde PNUD con el sector público, el sector privado y la sociedad civil. He visto un gran involucramiento de todos los sectores en proyectos relacionados con el desarrollo sostenible, lo cual es una señal muy positiva y algo que debe fortalecerse.

De hecho, desde PNUD nuestro rol es impulsar la participación articulada de diferentes actores. Lo venimos haciendo desde hace casi 46 años. Un ejemplo concreto es el proyecto Asunción Sustentable que está llegando a su fin y que fue liderado por el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades). Dicho proyecto es una muestra de cómo el PNUD cumple con su rol articulador, pues colaboró para que todas las instituciones con vinculación con el tema estén involucradas en los procesos, como aliadas. Podemos mencionar, en este sentido, a la Municipalidad de Asunción, el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, el Ministerio de Urbanismo, Vivienda y Hábitat, la Secretaría Técnica de Planificación y la Secretaría de Emergencia Nacional.

Tenemos además otros proyectos inspiradores en marcha con diferentes instituciones, donde abordamos las temáticas de infraestructura sostenible y resiliente, innovación, empoderamiento de la mujer, mitigación al cambio climático y gestión del conocimiento.

De acuerdo con la visión del PNUD, ¿cómo se encuentra Paraguay?

Desde el PNUD estamos en constante producción de conocimiento que contribuye al desarrollo sostenible de Paraguay. En ese sentido, en este último año, hemos lanzado una serie de recursos que brindan datos clave para conocer dónde nos encontramos y para luego repensar acciones en beneficio del país. Me gustaría mencionar dos, que proveen de información sumamente valiosa dirigida a todos los sectores: la primera es el Informe “Índices de Desarrollo Humano 2001-2020”, también conocido como Informe IDH, y el libro “Buenas prácticas para la eficiencia energética en el sector privado”. Ambos materiales se encuentran en la web de PNUD Paraguay y pueden ser descargados de forma gratuita.

Por un lado, el Informe IDH nos explica el concepto de desarrollo humano, que es una combinación de tres dimensiones (ingresos, salud y educación) y cómo Paraguay ha ido navegando dichas áreas en los últimos veinte años hasta llegar al escenario actual. El principal dato que se desprende de este material es que el país ha incrementado su desarrollo humano en un 12% en las últimas dos décadas, pero que la desigualdad persiste si consideramos variables como la geografía. Este material es útil y valioso para el sector público, privado, sociedad civil, medios de comunicación y sociedad en general.

Por otro lado, mencioné el libro “Buenas prácticas para la eficiencia energética en el sector privado”, que nos muestra cómo se ha avanzado en el tema ahorro de energía y recursos desde el sector privado, los beneficios que ello trae, no solamente en términos económicos sino también sociales y ambientales, y los desafíos para el sector.

En resumen, Paraguay ha registrado avances en áreas importantes, pero persisten desafíos vinculados a los grandes temas: salud, educación, ingresos y energía. Temas que Paraguay trabaja en mejorar y que, por ende, son prioritarios para el PNUD como agencia especializada en desarrollo.

Mencionó que PNUD se encuentra en Paraguay desde hace casi 46 años y naturalmente ha sido testigo de muchos cambios en el Paraguay. Desde su área de experiencia que es el desarrollo sostenible, ¿cómo ven al país en los próximos años?

Además de invertir esfuerzos en los grandes temas que mencioné anteriormente, hemos visto desde PNUD, especialmente en los últimos años con la incertidumbre que trajo la pandemia del Covid-19 al mundo, que la constante en las siguientes décadas será la necesidad de innovación. Cuando decimos innovación pensamos directamente en tecnología, pero en realidad esto abarca todas las áreas.

En PNUD contamos con el Laboratorio de Aceleración que justamente integra el aprendizaje con la innovación en diversos temas, concentrándose en la informalidad, cambio climático, reducción de la pobreza, y gobernanza participativa. Un ejemplo concreto de cómo trabaja el laboratorio es el programa “Innovadores Públicos”, que busca la innovación dentro del sector público, desde los servicios centrados en las personas.