José Ayala: “Vivir la misma pasión con tu hija es el mejor regalo”

Ser padre es engendrar a un hijo, dice la ciencia… pero muchas veces, y por muchos motivos, la adopción es el gesto de amor más grande que convierte a hombres en padres. José Ayala, conductor de radio y TV, es padre de Sol, una hermosa niña, quien desde muy pequeña es parte de la vida del también actor y su esposa Sofía Gómez Abreu. Hasta hoy ambos siguen en la batalla burocrática que existe en Paraguay cuando uno quiere ser padre por adopción, pero todo eso es solo una mínima parte de sus vidas, ya que José nos cuenta que Sol llegó para cambiar toda su perspectiva.

En la Navidad del 2020, el matrimonio conformado por José  y Sofi habían compartido de que no eran solo dos, sino tres. Pero no revelaron el rostro de su pequeña, hasta un poco después.

-Para mí ser padre es algo que no me lo esperaba, pero siempre quise, uno cuando llega a cierta edad como que siente la necesidad de formar una familia, de dejar un legado, yo creo que ser padre es dejar un legado y el legado son los hijos, entonces qué legado más importante que ese. No importan los bienes materiales o cuántos libros uno haga o cuánto hace uno por la humanidad, el mejor legado que uno puede dejar al mundo es un hijo o hija bien educada.

-¿Y cómo sos con ella, que tipo de papá sos?

-Yo con Sol soy el que juega; su mamá es la compinche porque obviamente entre mujeres ellas se cuentan las cosas, hablan y yo soy más la parte de la diversión, jugar a las muñecas o jugar al supermercado, también le gusta maquillarme, eso es lo que le gusta. El rol mío es el papá que juega.

-¿La crianza de tus padres influye en cómo sos con Sol?

-Y yo siempre trato de inculcarle lo que papá y mamá me enseñaron. Ellos me criaron con muchísimos valores muy importantes, me criaron también sin violencia, o sea yo nunca ligué en mi vida, pero aun así yo siempre sentí un profundo respeto por papá, y también ellos me enseñaron el compartir con toda la familia, con los primos y en especial con los abuelos…. y vos sabés que eso le estoy transmitiendo a mi hija, que yo vivía prácticamente todos los fines de semana en casa de mi abuela, de mi tata ya fallecida, y creé un vínculo muy cercano con ella, al igual que con todos mis primos, y Solcito también está creando un vínculo muy fuerte con mi mamá, que es  su tata, y a mi papá, su abuelo, le dice Nono. Lo que yo vivi en mi infancia ella lo está viviendo y me encanta.

-¿En cuánto a la adopción, cómo sigue ese proceso?

-Y seguimos en la lucha. Obviamente, todavía faltan muchos procesos, por eso en su debido momento voy a contar toda la historia de toda la odisea.

-En tiempos anteriores era normal salir a jugar en la calle y hoy los chicos son más de la tecnología, ¿cómo vas llevando ese lucha?

-Yo creo que esos tiempos donde antes salíamos a jugar de siesta, salíamos de la casa y volvíamos, ya pasaron. Hoy día es imposible pensar en eso, pero sí, por suerte tengo un patio grande y trato de compartir con ella en el quincho, o nos vamos a la plaza y usa sus patines o su bicicleta y llevamos para pedalear por ahí. Pero también hay que ser conscientes de que la tecnología es una parte importante de esta generación y ella tiene su tablet, pero también tenemos completo acceso a todo lo que ella ve, eso es muy importante de ir controlando, ella tiene WhatsApp y se comunica con sus primitas y sus compañeras de colegio y con nosotros y sus abuelos, pero nosotros siempre tenemos el control absoluto, vemos qué hace, qué escribe, dónde va, eso también es muy importante hasta cierta edad.

-También sos muy activo en redes sociales en cuanto a temas que tengan que ver con niños… ¿ser padre te impulsó más a eso?

-Claro, a uno le cambia totalmente la perspectiva cuando es padre, te duele mucho más y te da mucha más rabia cuando los niños están trabajando, limpiando vidrios en un semáforo o nuestros pobres niños de los pueblos originarios están drogándose en la terminal, te dan ganas de reventar todo este sistema que está destrozando a los niños y a las niñas del país, entonces uno siempre tiene que sentar postura, ver cómo puede hacer un cambio.

-¿Y qué esperás que sea tu hija?

-Que sea lo que ella quiera, yo no sé si se va ir por el lado del arte, porque le gusta mucho cantar y le gusta mucho bailar y actuar, pero con el tiempo yo creo que va ir cambiando, capaz que sí, capaz que no, no me estreso mucho por dónde va a ir, que sea feliz nomás.

-¿Y algo que le dirías a ella para que lo pueda leer más adelante…?

-Te elegiré una y mil veces, en esta vida y en las próximas, hija de mi vida.