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Nacionales

¡Paraguayos, República o muerte! 212 años de ser libres y soberanos

Casa de la Independencia. Foto de archivo.

Casa de la Independencia. Foto de archivo.

Hoy recordamos los 212 años del inicio del proceso que permitió al Paraguay ser libre y soberano, desatándose de la tiranía de los gobernadores españoles. Porque nunca está de más recordar las lecciones de primaria para volver a sentir el sentimiento patriótico, hoy quisimos traer al público un breve relato sobre los acontecimientos de esa noche y madrugada ensambladas en la historia nacional y sobre los próceres a quienes debemos la libertad del Paraguay.

Todo se lo debemos a los revolucionarios próceres quienes, en la noche del 14 y la madrugada del 15 de mayo, asumieron la responsabilidad histórica de liberar al Paraguay del yugo español y constituirlo en una nación libre y soberana. Se gestaba por medio de reuniones “secretas”, en la residencia de los Martínez Sáenz, actual Casa de la Independencia, con mucha cautela y prudencia de parte de los amotinados, pero aun así, toda Asunción hablaba de la conspiración; incluso en la Casa de Gobierno se sabía de los planes.

Museo Casa de la Independencia. Vista de sala. Cortesía

Lo que no sabían era que, previamente estos planes fueron descubiertos por parte de los gobernadores quienes incluso consiguieron una cooperación de los portugueses.

El pueblo paraguayo clamaba cambios, quería la emancipación, y las victorias obtenidas en Paraguarí y Tacuarí frente a las tropas enviadas por Buenos Aires al mando del Gral. Manuel Belgrano exaltaron el orgullo nacional a expensas del desprestigio de las fuerzas españolas. Ante el descontento popular, el gobernador Velasco buscó la cooperación de Portugal para mantener el régimen españolista. La amenaza de esta alianza fue el motor principal para adelantar la fecha de la revolución, gestada desde el día siguiente de la batalla de Tacuarí (9 de marzo de 1811), y señalada para fines de mayo.

Así, en la noche del 14 de mayo, Pedro Juan Caballero, Vicente Ignacio Iturbe y otros compañeros se apoderaron del cuartel de la plaza, que estaba a cargo del oficial de guardia Mauricio José Troche; intimaron al gobernador Velasco, pusieron en libertad a más de 30 presos políticos y dieron inicio a la revolución.

Casa de la Independencia. Mural de José Laterza Parodi. Cortesía

Casa de la Independencia. Mural de José Laterza Parodi. Cortesía

El pueblo y las tropas invadían la plaza al grito de “Viva la unión” y, en la madrugada del 15 de mayo, el capitán Caballero exigió a Velasco la entrega de todas las armas, la admisión de dos diputados adjuntos al gobernador, la separación de los funcionarios españoles y de todos los miembros del Cabildo, que ningún buque saliera de Asunción y que el emisario portugués José de Abreu no abandonara la ciudad.

En principio, Velasco trató de resistir la imposición, contestó en términos vagos la petición de los revolucionarios y negó rotundamente acuerdo alguno con Abreu, pero luego se dio cuenta de la inutilidad de su resistencia y optó por aceptar las condiciones impuestas.

Jaime Bestard, Intimación a Velasco, Museo Casa de la Independencia. Cortesía

Jaime Bestard, Intimación a Velasco, Museo Casa de la Independencia. Cortesía

Al atardecer del 15 de mayo, fue izada la bandera paraguaya y veintiún cañonazos saludaron el triunfo de la revolución.

Fuente: Asociación Cultural Manduarã.

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