Caso Anabel: señalan que no estaba reportada como desaparecida el día de su muerte

La jueza Violeta Melgarejo y la defensora pública Esmilce Galeano afirmaron que la niña Anabel Blanco González no estaba reportada como desaparecida el día de su fallecimiento. Señalaron que ambas venían siguiendo su proceso de recuperación cuando fue víctima de abuso sexual en dos anteriores ocasiones.

“El 28 de enero, la tía Liz Paola Rojas me envió la última foto con ella. Nosotros particularmente no recibimos denuncia de que ella era prostituida, no sabemos de dónde salió eso”, indicó Melgarejo a la radio Ñandutí 1020 AM.

“Ella era monitoreada en todo momento por la Defensoría Pública y el Juzgado. Era una persona muy buena. No estaba reportada como desaparecida, estaba cerca de la cancha de vóley, a pasos de su casa. La tía sabía eso, ella no estaba desaparecida, como se dice”, expresó.

La jueza señaló que en primera instancia cuando recepcionó las dos denuncias de abuso a la niña de 12 años dispuso la orden de captura para el supuesto autor, Simón Zárate. Comunicó a la defensora pública Galeano lo sucedido y apuntaron que desde el 2 de junio (fecha de la denuncia realizada) estuvieron muy pendientes de la menor.

Esmilce Galeano hizo una cronología del caso de la niña, primeramente, explicó que fue trasladada a un hogar de niños en Ciudad del Este, en el lugar estuvo una semana porque escapó varias veces. Luego su custodia de manera provisoria fue dada a la vecina de nombre Liz Paola Rojas que a la par cuidaba de la abuela de la niña.

Entre los meses de junio de 2022 y enero de 2023 la menor estaba viviendo con Rojas, en varias ocasiones reportó su desaparición a la defensora pública, pero finalmente la niña aparecía pidiendo disculpas de las cosas que hacía. Galeano señaló que la última comunicación que tuvo con Anabel fue el 28 de enero.

Ese día, Liz Paola Rojas le comunicó que estaban en la peluquería y realizando otras actividades, Galeano aseveró que hasta el día de su fallecimiento ya no supo qué pasó con la niña. Descartó que estuviera desaparecida, como decían algunas personas, a quienes tildó de “desinformados y mal intencionados”.

Tanto la jueza y la defensora pública insistieron que en ningún momento no recibieron la formación de que la niña estaba siendo explotada sexualmente. En ese sentido, valoró el trabajo y la cooperación que tuvieron por parte de la Congregación Pueblo de Dios, quienes estaban cuidando a la niña junto a la abuela.