Sequía y falta de lluvias persistirán hasta finales del 2023, advierten

Eduardo Mingo, director de Meteorología e Hidrología, afirmó que todos los indicadores apuntan que casi al final de año se restaurarán todos los sistemas afectados hoy por la sequía y lluvias escasas, debido al fenómeno de La Niña.

La Dirección de Meteorología e Hidrología advirtió días pasados que todo enero y febrero, que generalmente son meses lluviosos, persistirán las elevadas temperaturas y la falta de precipitaciones por influencia del fenómeno de La Niña.

El director de la institución, Eduardo Mingo, explicó este jueves que el periodo prolongado de esta situación climática es una situación llamativa del fenómeno de La Niña, que se encuentra atravesando su última transición.

Dijo que La Niña pasaría a una parte neutral entre febrero y abril de este año y entre marzo y mayo, juntándose de esta forma dos periodos. “Febrero-abril debería ser la transición más clara”, mencionó a radio Monumental 1080 AM.

Sequía y actividad humana amenazan la vida silvestre – https://t.co/pgHEocnZMk pic.twitter.com/zPdOKDkn3y

— El Nacional (@elnacionalpy) January 18, 2023

Mingo señaló sobre el punto que todos los indicadores señalan es que para casi fin de año se van a restaurar los sistemas meteorológicos. “Habrá más lluvias por la Amazonia y el Pantanal. Entonces, estamos viendo un alivio con ello en este 2023”, mantuvo.

El director apuntó que esto no implicaría el incremento del nivel de los ríos, cuyas bajantes se acentuaron en los últimos meses. “Hacia el segundo semestre (del 2023) existe la posibilidad de que aumenten las lluvias sobre los principales sitios que alimentan nuestras cuencas en materia de precipitaciones. Entonces, para fin de año puede haber una normalización en lo que se refiere a niveles de ríos”, prosiguió.

Paraguay sigue bajo la influencia de La Niña desde el 2020, fenómeno que se disiparía al pasar a un estado neutral en los próximos meses.

Se cree que por esta razón el país está experimentando un momento muy particular de este evento océano-atmósfera y es por ello que probablemente haya alguna condición particular con relación a lo que vivimos en otros veranos más secos bajo influencia de La Niña, que entonces se caracterizó por su intensidad.