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Último día de novenario en Caacupé, lanzan duras críticas a Transformación Educativa

Monseñor Edmundo Valenzuela. Foto: Archivo

Monseñor Edmundo Valenzuela. Foto: Archivo

En la última fecha del novenario a la Virgen de Caacupé, la celebración eucarística estuvo a cargo del monseñor Edmundo Valenzuela, arzobispo emérito de la Santísima Asunción, quien desarrolló la homilía bajo el tema: “Los Laicos y el desafío de educar en la esperanza”. Hacia el final del discurso criticó los términos “igualdad de género”, “empoderamiento de las niñas”, “enfoque de derechos”, que incluye el Plan Nacional de Transformación Educativa y pidió hacer un análisis sobre ello.

Al respecto, animó a los laicos a ser educadores para una “sociedad más humana, ser educadores de la esperanza y poder enfrentar los desafíos de una sociedad convulsionada por varios motivos externos: pobreza, violencia, ideologías o internos: vacío existencial, incapacidad y pecados”.

Asimismo, insistió a los padres al acompañamiento de los hijos en su proceso de maduración personal y social, así como el crecimiento cristiano. Pidió que los eduquen en el hogar, sin dejar esa tarea a los medios de comunicación, el internet ni siquiera a la escuela, “porque la escuela está para complementar, no para reemplazar al hogar”, remarcó.

Aseguró que asumir la tarea educativa bajo la iluminación de la palabra de Dios, implica, entre otras cosas, nadar contra corriente. Teniendo en cuenta que un niño es imagen de Dios, afirmó que Cristo, tiene que entrar en la historia personal y comunitaria.

“Vamos a mostrar al mundo el motivo de la esperanza de los paraguayos, que no, no y no es en este candidato político o aquel, no es el presupuesto estatal o la ayuda extranjera con ideologías. Vamos a compartir con todos hoy, sin avergonzarnos de nuestra identidad cristiana”, remarcó.

Comparó el contexto actual con una situación “que combate la fe”, “un anticristo cultural rebelde, que pone su confianza en las propias fuerzas, en la técnica, el dinero, el hedonismo sin Dios”, por lo que llama a los fieles a educar en la fe, sin las implicancias de las “ideologías dominantes”. Agregó que en “todos los países hay una emergencia educativa”.

A su criterio, en algunos países han fallado los sistemas que se dejaron influir por ciertas ideologías y de moralidad, por lo que instó a que no se permita en el país la implementación de esos “sistemas fallidos”. Pidió que cada uno se aferre a su mentalidad cristiana para combatir esto desde cada hogar.

Habló sobre la impopular Agenda 2030 y sobre el Plan Nacional de Transformación Educativa, criticando que, si bien se trata de un plan con aspectos positivos, incluye terminologías ambiguas que necesitan ser aclaradas para no entrar en conflicto con la educación que los padres de familia quieren para sus hijos. “No es un problema solo económico, es un problema de orientación de valores educativos”, dijo.

Criticó términos como “igualdad de género”, “empoderamiento de las niñas”, “enfoque de derechos”, “ciudadanía global”, “interculturalidad”, “inclusión”, “no discrminación”, que “debido a la orientación discursiva que han tomado las Naciones Unidas (..) dichas terminologías exigen un buen disernimiento de la comunidad educativa”, señaló.

Felicitó a la Cámara de Diputados por la derogación de la ley sobre fondos de la Unión Europea y pidió que se busquen otras fuentes de financiamiento para sostener los kits escolares y alimentación en las escuelas para los niños más necesitados.

Finalmente, pidió al Estado que haga un autoanálisis para racionalizar los recursos nacionales, en especial los royaltíes de Itaipú y Yacyretá “con mayor control seguro alcanzarán mejor los bienes para todos”. Exhortó a la reforma del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), independizándolo de los aspectos político-partidarios.

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