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Nacionales

Los ríos y su riqueza natural

Mbiguá. Foto Guillaume Martin

Mbiguá. Foto Guillaume Martin

POR Alberto Yanosky
Director EIISA (Estructura Interdisciplinaria de Investigación Integral Socio-Ambiental) – UNAE.

Si pudiésemos ver solo la red hidrográfica del Paraguay, sus ríos y arroyos, sus lagunas y lago, como así también otras zonas de humedales como los esteros, los bañados, los embalsados, los pastizales inundados y los inundables, entre otros, veríamos que Paraguay es un gran humedal y está surcado por números cursos de agua, algunos permanentes y otros muy efímeros, como una red de vasos que se intercomunican, que irrigan, que desaguan, que vierten aguas. Es una red tan compleja como nuestro sistema circulatorio y con muchas funciones extremadamente parecidas, y muchas obras hidráulicas tienen mucha similitud con algunas intervenciones quirúrgicas que tratan de solucionar problemas en nuestras venas y arterias, y hasta en el motor que empuja y obliga a la red de drenaje sanguíneo a cubrir las necesidades de un ser vivo como nosotros, y lo mismo se aplica a los recursos hídricos.

Ñacurutú (Bubo virginianus). Una de las lechuzas más grandes que existen en el país. Está asociada a bosques y bordes de bosques. Es una excelente controladora biológica. Foto: Guillaume Martin

Muchas de nuestras ciudades se desarrollaron a orillas de ríos y arroyos, con lógica explicación, para disponer del líquido vital la mayor parte del tiempo. Y muchas de ellas usan el recurso hídrico para actividades recreativas y turismo. Y me pregunto, ¿cuántos de nosotros conoce estos ríos o cuánto conocemos de ellos?, ¿cuántos de nosotros disfrutamos de sus bellezas naturales? Sabemos que difícilmente cuidemos y conservemos algo que no conocemos. Asunción y su área metropolitana está surcada por varios arroyos, y cuentan con el río Paraguay, uno de los grandes ríos de Sudamérica. Este río, en cercanías del Gran Asunción, recibe otros dos ríos importantes, en su margen izquierda, el Manduvirá y el Piribebuy. Hoy, asistido por bellas imágenes de aves que Guillaume Martin ha podido capturar recorriendo estos tres ríos, hablaremos de ellos.

Jote de cabeza amarilla o yryvu akã sa’yju (Cathartes burrovianus). Presente en sabanas, esteros y pastizales. Cumple un rol fundamental como reciclador de energía al alimentarse de carroña. Foto: Guillaume Martin

El Manduvirá recorre más de 200 km para desembocar en el río Paraguay, pero surge de la confluencia de otros importantes cauces hídricos, el Yhaguy, el Tobatirí y el Arroyo Hondo; es límite natural entre Cordillera y San Pedro, y en sus márgenes se desarrollan extensos humedales como esteros, bañados y pastizales inundables. Nace en la Cordillera de los Altos y si bien hoy es un atractivo con un potencial turístico altísimo, fue la única vía de acceso a muchos pueblos del interior, como el caso de Arroyos y Esteros, ciudad a la cual hoy llegamos fácilmente por vía terrestre. Entonces, es importante conocer su desembocadura a unos 50 al norte de Asunción y recorrer sus atractivos naturales y disfrutar de su fauna y de su flora.

Viudita blanca (Fluvicola albiventer). Es un tiránido, pariente del pitogüé, asociada a humedales, esteros y lagunas. Se posa al borde de cuerpos de agua y se alimenta de los insectos que se encuentran por ahí. Foto: Guillaume Martin.

El Piribebuy es otro curso importante que también nace en la Cordillera de los Altos y actúa como límite natural entre Emboscada y Arroyos y Esteros, a pocos kilómetros de Asunción. Su desembocadura en el río Paraguay ocurre al sur de la desembocadura del Manduvirá y por encima de la desembocadura del Salado, otro río que conecta el lago Ypacaraí con el río Paraguay. Así que cerca del área metropolitana de Asunción contamos con recursos hídricos muy valiosos que esperan un desarrollo del turismo hídrico o turismo del agua, con un alto potencial de observación de flora y fauna, para actividades de navegación, canotaje y balnearios, paseos, pesca y otras varias actividades recreativas tan importantes para nuestra calidad de vida.

Taguató común (Rupornis magnirostris). El representante más conocido en la familia Accipitridae, la de las águilas y gavilanes. Se encuentra en varios ambientes, inclusive en áreas urbanas con bosques y arboledas. Es gritón y muy territorial. Foto: Guillaume Martin

Los recursos hídricos están ahí y deberíamos poder desarrollar un turismo sostenible, responsable con la gente que vive asociada al río y amigable con las riquezas naturales, en particular la flora y la fauna, que como nos muestra Guillaume no deberían pasar desapercibidas. Una pequeña muestra que nos deleita de la belleza de una calandria de agua o angú, un jote de cabeza amarilla, un taguató, un mbiguá, un búho ñacurutú, un chorlo o una viudita, entre muchas otras especies que habitan las zonas naturales que generan estos cursos de agua, ambientes claves para nuestra supervivencia.

Se agradece a Guillaume Martin por sus fotografías y a Rebeca Irala por el apoyo en las características de las especies.

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