UNA: la historia que cambió los caminos de la educación en nuestro país cumple 133 años

Este sábado 24 de septiembre, la Universidad Nacional de Asunción (UNA) cumple 133 años desde su fundación en 1889, año en el que oficialmente se instala la educación universitaria en nuestro país, tratándose de uno de los “anhelos más grandes del pueblo paraguayo”, según destacan desde la institución.

“Desde entonces, con ayuda de toda la comunidad universitaria, durante estos 133 años de existencia, se la reconoce como un ícono de excelencia en la enseñanza superior y de servicio para la sociedad paraguaya, a través de sus aportes a la ciencia y su creciente presencia internacional”, señalaron desde la institución.

Según la historia, el primer intento de contar con una universidad en nuestro país data de inicios del siglo XVI, cuando un grupo de asuncenas y asuncenos, con el respaldo de Hernando Arias de Saavedra, primer gobernador criollo, le hicieron llegar la solicitud al rey Felipe III, quien se negó con la excusa de que la región ya contaba con la Universidad de Córdoba. Sin embargo, dos siglos después, el rey Carlos III otorgó al Colegio Seminario de Asunción, la potestad de otorgar títulos universitarios. Desde entonces, se habilitaron algunas instituciones educativas superiores; aunque el Paraguay continuaba siendo el único país hispanoamericano que no tenía una universidad.

Durante la independencia, el entonces senador José Segundo Decoud presentó el proyecto de ley para crear la primera universidad paraguaya, el 13 de julio de 1889.El estamento estudiantil de la UNA fue siempre uno de los principales actores que lideraron los más profundos cambios dentro de nuestra casa de estudios, además, constituyen la razón de nuestra existencia institucional. En ese sentido, una de las primeras movilizaciones en masa de estudiantes compatriotas mantuvo una estrecha relación con la reforma de Córdoba, cuyos objetivos fueron alcanzados, a nivel nacional, tras una intensa lucha encabezada por los mismos.

El espacio físico de la universidad, compartido por varias personas únicas, es un lugar donde se comparte una inmensa diversidad de corrientes de pensamiento y todas convergen en una formación de calidad, amplia y con contacto social. Estos puntos favorecen la educación de miles de universitarias y universitarios que confían su formación a los más destacados docentes, quienes pasan sus conocimientos a las personas que en el futuro podrán ser parte del desarrollo positivo de nuestro país.

El compromiso de los estudiantes, docentes, investigadores, egresadas, egresados, funcionarias y funcionarios de la UNA marcó un antes y un después en la historia reciente de la academia nacional. La gran movilización #UNAnoteCalles, inicio un proceso de reforma universitaria, con la participación de todos los estamentos de la UNA, dando lugar a nuevas autoridades, así como la elección en el año 2019, de la primera rectora, la Prof. Dra. Zully Vera de Molinas.

Este enorme cambio abrió las puertas a nuevas oportunidades para la educación nacional. Tanto es así que, actualmente, autoridades plantean el desarrollo de un nuevo modelo de universidad, que sea capaz de adaptarse a los constantes cambios de la sociedad y esté basado en cuatro pilares: la excelencia académica, la investigación, la vinculación social y la internacionalización.

Marcada por las numerosas experiencias vividas, la UNA se erige como la más grande e importante del país, con un total de 55281 estudiantes, 7744 graduados y graduadas y 9174 docentes en sus carreras de grado y programas de posgrados de las 14 facultades, distribuidas en 12 de los 17 departamentos.

La rectora, en un mensaje para toda la comunidad, sostuvo que “primavera y universidad simbolizan la edad más bella de la vida” además se refirió al aporte a la sociedad: “el mejor regalo que podemos darles desde la UNA es una educación superior de calidad, que responda a esta era digital y prepararlos para que sean hombres y mujeres íntegros con un compromiso personal y con la patria”, explicó.

La búsqueda de la verdad

Vitam Impendere Vero es una expresión en latín que significa Consagrar la vida a la búsqueda de la verdad. En la ciencia, la verdad nunca es determinante y siempre está abierta al cambio, a los nuevos descubrimientos y a la dinámica del propio tiempo, que no es el mismo de antes ni será igual al de mañana.En esta fluidez de la ciencia radica su principal atractivo, como ya lo avizoraban los primeros pensadores. Un sinfín de posibilidades que parecen escapar siempre de la certeza absoluta e indiscutible, adjetivos que pierden énfasis con el avance constante del conocimiento.

Como la ciencia, la UNA se mantiene en constante movimiento. La cotidianeidad universitaria, en general, se desarrolla con sana normalidad; cuando esta realidad cambia, conocemos el desenlace. El espíritu crítico y revolucionario del conocimiento se traduce en acciones igual de oportunas. Una sociedad educada y con valores es la mejor herramienta para romper con los vicios que insisten en permanecer inmutables.

En la búsqueda incansable de la verdad, el modelo universitario actual requiere un mayor aporte al desarrollo social; por ello, desde la institución más grande e importante del país estudiamos un Nuevo Modelo de Universidad, con la participación de todos los estamentos. Esta iniciativa refleja la necesidad de repensarnos entre todos los miembros de la comunidad para continuar con nuestro trabajo de formar excelentes profesionales, con fuertes valores.

Al respecto, el Prof. Dr. Miguel Torres Ñumbay, vicerrector de la UNA, manifestó que es un deber “elevar en lo más alto la antorcha de esta universidad, que fue testigo y protagonista de la historia y el desarrollo del Paraguay, durante los últimos 133 años”.

Además, apuntó a que “estas fiestas son propicias para valorar el legado de la UNA y mirar para adelante con el compromiso de construir juntos una universidad del futuro con tecnología, innovación y educación superior de calidad”, expresó.