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De Encarnación a Gramado en ómnibus: la crónica de un viaje en familia

Lago Negro, Gramado-RS. Embratur. Foto: Gentileza

Lago Negro, Gramado-RS. Embratur. Foto: Gentileza

Gramado es uno de los destinos más lindos de Brasil, tanto en verano como en invierno. Con una población menor a los 40.000 habitantes, su herencia europea nos transporta gracias a la arquitectura y la gastronomía, además de su impresionante entorno natural. Esta es la crónica de un viaje en ómnibus desde Encarnación hasta esa ciudad del sur de Brasil, narrada en primera persona por un periodista paraguayo, por Celso Gimenez.

Lo que comenzó como unas interminables horas de viaje en bus, aprovechando un tour a Gramado, en el Estado de Río Grande do Sul, se transformó en una experiencia muy rica de conocimiento y disfrute de una de las zonas más bellas del país vecino. El viaje desde Ciudad del Este, ubicada frente a Foz do Iguaçu, fue de unas 26 horas debido a que había tramos en reparación. Al bajar hacia el sur ya se sintió el cambio de temperatura con un frío típico de mitad de año. Formaciones montañosas que parecían sacadas de postales de películas, nos dieron la bienvenida al ir pasando por ciudades como Nova Petrópolis y finalmente llegar a destino, Gramado. Se trata de una bellísima ciudad con arquitectura bávara, que evidencia de inmediato la influencia de inmigrantes europeos en esta región.

Turistas en Gramado, Brasil. Foto: Gentileza

Antes de llegar al confortable hotel ubicado a pocos kilómetros del centro, pasamos a almorzar y pudimos disfrutar el variado menú que ofrece uno de los tantos centros gastronómicos de Gramado. Mi primera impresión es que se trata de una ciudad moderna, pero que no se desprende de su pasado, y que ofrece a los visitantes innumerables atractivos todo el año, siendo su punto más alto la temporada de Navidad y Fin de Año, el famoso “Natal Luz”, donde la ciudad se decora con millones (sí, millones) de luces y se ofrecen shows que homenajean a las tradiciones ancestrales navideñas.

De porte mediano, la urbe se muestra tranquila, con guías turísticos que manejan un formidable “portuñol” (mezcla de portugués y español) y se hacen entender, al igual que los dependientes de comercios, ya habituados a recibir a turistas de Paraguay, Uruguay o Argentina. Nuestra percepción fue que nos recibieron con calidez, de forma general.

Poblada por inmigtantes europeos, Gramado conserva mediante su arquitectura el aire europeo en el sur de Brasil. Hermanada con la vecina ciudad de Canela, al transitar la ruta que las une, la vista no puede evitar entretenerse con las distintas temáticas que ofrecen los museos y hoteles que invitan a conocerlos.

Renato Soares_Mini Mundo_Gramado_RS Embratur. Foto: Gentileza

En Gramado no existen semáforos, que son sustituidos por rotondas que cumplen una función reguladora del tráfico, y hacen que sea agradable trasladarse de un lugar a otro. Y lo más importante, el peatón siempre tiene la preferencia: al pisar la senda peatonal, no existe vehículo que no pare la marcha para que uno pueda pasar a la otra vereda. Restaurantes lujosos y otros al alcance de todos, hacen que se pueda disfrutar de una variada gastronomía, que tiene su punto más alto con el imperdible fondue de queso o chocolate, como marca registrada. Los restaurantes también ofrecen especialidades de carne vacuna, propia de esta región, rica en producción ganadera, con precios accesibles, a partir de 45 reales por persona (un poco más de 50 mil guaraníes al cambio actual).

A todo esto, se suman las innumerables fábricas de chocolate, que hacen imposible volver de este destino sin un regalo compuesto por esta delicia. Tampoco podemos dejar de lado lugares muy bellos e ineludibles de conocer, como el Parque Caracol, SkyGlass y la Catedral en territorio de Canela, o el Lago Negro, entre otros tantos atractivos.

En síntesis, una rica experiencia en la que pudimos conocer lugares y personas únicas, además de comprender que la puesta en valor de estos sitios y la historia que rodea a esta parte de Brasil, potencian sus atractivos. En mi opinión es un paseo que insume, como mínimo, una semana completa para recorrer y disfrutar todos sus puntos turísticos. Conocimos un Brasil encantador y acogedor, accesible incluso por tierra para los visitantes paraguayos que quieran descubrir un Brasil “más allá de sol y playas”. ¡Esperamos volver pronto!

Renato . Soares_Castelinho Caracol_Canela_RS Embratur, Foto: Gentileza.

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