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“Lloro cada día al llegar al hospital, pero mis lágrimas son de felicidad”
Los enfermeros se muestran aliviados tras el decenso de casos de Covid.
Hace poco más de un año, la desesperación se aliaba con la incertidumbre y ganaban terreno. Las noticias eran desalentadoras. El sistema sanitario del Paraguay estaba colapsado. No había camas de terapia disponibles y los profesionales de blanco hacían lo que podían y con lo que podían. Hoy, con el descenso de los casos positivos, la realidad es otra, y brinda un respiro a los médicos y enfermeros, quienes se muestran aliviados tras batallar en situaciones realmente complicadas movidos por un solo motor: la vocación.
“Lloro cada día al llegar al hospital. Pero mis lágrimas son de felicidad. Llegar y ver camas vacías alegran el corazón y el alma. Ojalá sigamos así”. La frase pertenece a Lucas Zeballos (30), licenciado en Enfermería, jefe de Urgencias Adultos y coordinador del pabellón de contingencia del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente (Ineram).
“Pasamos un poco más de un año muy difícil. Llegamos a tener pacientes en los pasillos sentados en sillas y con balones de oxígeno. En un momento dado tuvimos que intubar en camillas porque las camas estaban todas ocupadas por la gran cantidad de pacientes que había. Era un caos, queríamos buscar la perilla de poder apagar la pandemia y no la encontrábamos. Hoy llegamos al hospital y ver que el día a día ya no es así, sin dudas, que nos pone muy contentos a todos los que estamos en la primera línea de la trinchera en esta lucha contra el Covid”, confesó el licenciado Zeballos a El Nacional.
“¿Sabés lo que significa salir al portón del Ineram y ver que del otro lado las carpas donde aguardaban los familiares de los pacientes internados disminuyeron considerablemente? ¡Ufff! Eso para nosotros significa alivio, emoción”, añadió.
El licenciado en enferemería comentó que ahora volvieron a las capacitaciones para prepararse para lo que se podría venir. “Ahora que hay más tiempo volvimos con capacitaciones, que son nuestra arma principal. Volvimos a capacitarnos para poder afrontar lo que se podría venir, ojalá que no”, refirió.
“Me di cuenta recién que varios de mis compañeros son mis vecinos”
El Licenciado Zeballos comentó que tiene a su cargo en el Ineram a 176 enfermeros, 10 camilleros y 16 asistentes de limpieza y que recién en estos últimos días, muchos de ellos se conocieron debido a que estar de aquí para allá no les deba respiro. “Ahora nos estamos conociendo. Me di cuenta recién que varios de mis compañeros son mis vecinos (ríe), que estudiamos en la misma facultad. Incluso, algunos se dieron cuenta recién que estaban entre parientes, te juro pero así es (ríe). Con eso te resumo como estábabamos durante todo el momento crítico de la pandemia”, comentó.
“Fue un poco más de año full de casos de Covid que nunca bajó. La tasa de mortalidad era tan alta que nos afectaba a todos. Muchos sufrieron problemas psicológicos”, confesó.”Nuestra alegría en medio de la tormenta era cada paciente que salía de alta, y el dolor se apoderaba de todos cuando un paciente fallecía”, sostuvo.
El abrazo esperado con los familiares
Si hubo algo que gran parte del plantel médico y de enfermeros se privaron por mucho tiempo fue el de acercarse a sus familiares. Ahora, de a poco, logran concretar ese encuentro tan anhelado. “Yo estuve meses y meses sin poder ver a mis padres. Ahora que todos tenemos las vacunas y que la mayoría de mis familiares también ya se inmunizaron, rompimos esa barrera de distancia y nos acercamos a abrazarnos con nuestros padres. Yo hace un tiempito lo pude hacer y no sabés lo que fue ese abrazo interminable. Compartimos un poco, pero las medidas la seguimos siempre con tapabocas, lavado de manos, etc”, contó.
“Entre lágrimas se dio el abrazo. Es un abrazo de todos, no solo de los profesionales de blanco, sino de la ciudadanía que supo respetar los protocolos sanitarios y así debemos seguir. Es lo único que hará que esto acabe”, añadió.
“En casa, con mi esposa, que también es enfermera, tomamos todos los recaudos necesarios y hasta ahora lo hacemos para evitar llevar el virus a la casa”, precisó.
“Que la gente no baje la guardia”
En cuanto a la cantidad de pacientes por Covid que tienen actualmente en el Ineram, el licenciado Zeballos comentó que “tenemos pacientes positivos con Covid y con otras patologías respiratorias. Tenemos un 45% de camas ocupadas de los cuales un poco más de la mitad son por Covid”, dijo. “Muchos pabellones de contingencia en otros hospitales se cerraron, por lo que son derivados acá, al Ineram”, explicó.
Zeballos instó a la ciudadanía a no bajar la guardia y que sigan con los protocolos sanitarios establecidos. “Todavía no podemos cantar victoria, debemos seguir cuidándonos. Por un lado sentimos alivio al llegar al hospital y ver camas vacías, inclusive ver que no tenemos una gran cantidad de pacientes intubados. Pero por el otro lado, tenemos miedo que la gente baje la guardia y que vuelva a ver una tercera ola que sea peor inclusive para muchos”, comentó.
“Pedimos a la gente que se vacune. La vacuna no evita que tengas Covid, evita que entres en terapia, evita la forma grave”, explicó. “Duele menos una aguja que tener un tubo en la garganta por varios días. Respeten las normas de seguridad, no bajen la guardia, todavía Paraguay no puede decir que vencimos al Covid, pero si podemos decir que nos podemos abrazar gracias a la vacuna, pero ese abrazo debe ser con mucho respeto, con mucho cuidado y mucho afecto. La idea es salir todos juntos adelante”, finalizó.
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