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Héctor Castro: perfil más desconocido del hombre clave de las vacunas contra el Covid-19
El doctor Héctor Castro, director del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI), se convirtió en los últimos meses en una de las caras más visibles en el marco del Plan de Vacunación que lleva adelante el Gobierno para enfrentar la pandemia. El Nacional lo entrevistó y tuvo la grata sorpresa de reconocer en el profesional a una persona sensible y agradecida con su origen. En esta entrevista presentamos el perfil más desconocido del hombre clave en este proceso de la situación sanitaria en Paraguay.
¿Cómo está formada su familia?
Agradezco que me pregunten sobre mi familia, porque gracias a ellos estoy sostenido en esta situación tan estresante pero regocijante a la vez al ver los datos. Estoy casado con Sonia Cabañas, tenemos 4 hijos, la mayor que se llama Keyla tiene 23, Ivana que tiene 12, María Paz 16 y Tobías de 12 años. Somos una familia muy unida cada uno con sus actividades pero felices. Mi mamá está con nosotros, se llama Delia, tiene 83 años. Tengo una hermana muy unida a todos nosotros, está casada con un hermano del alma para mi, y me dieron dos sobrinos hermosos. Ellos son los que me sostienen en esta situación. Mi gran familia y mi sostén.
¿Qué dicen ellos de este momento de su carrera…y de la exposición?
Sufren mucho conmigo. A mi me gusta mucho lo que hago, fui docente en varias facultades, fui jefe de pediatría en IPS, pediatra infectólogo en el hospital pediátrico, me encanta el tema de vacunas, siempre hice perfeccionamiento en vacunología, pero también siempre compartí mucho con la familia, y hoy es una situación diferente; te saca todas las horas de sueño, uno no descansa no duerme : sigue la máquina del cerebro craneando como puede ser, que más se puede hacer. Y la exposición mediática es lo que sufre la familia. Hay cosas que la ciudadanía no sabe, y con las críticas y la exposición la familia sufre.
¿Reclaman los hijos la presencia?
Están acostumbrados a mi ritmo pero los domingos que antes compartíamos; ahora mismo los paso en los vacunatorios con el equipo de salud, así que es difícil ; si que hay reclamos. Ahora mismo soy ausente en muchas situaciones como padre, hijo, hermano, esposo, pero también entienden que esta fue una situación única en el mundo, y que Dios sabe porque estamos así.
¿Cómo surgió la decisión de ser médico?
Siempre me gusto el servicio y los desafíos, mi padre que ya no está fue carpintero y mi madre modista. Siempre me inculcaron el servicio, la verdad y el respeto. y se sacrificaron muchísimo para que yo pueda estudiar en la UNA. Antes de cada conferencia me encomiendo a Dios y a ellos. Con el apoyo del equipo, guardo el respeto a mis padres y la educación que me dieron.
¿Su momento personal más difícil en la pandemia?
La pérdida de muchos seres queridos, amigos, colegas…estar en un lugar donde sabemos que podemos impactar positivamente es muy fuerte. Como paraguayo sufrí con muchas familias enlutadas.
¿Lo solemos ver en otra faceta cantando?
Eso también le debo a mis padres: me obligaron a estudiar guitarra, declamación, oratoria; me inculcaron el arte, hoy todo eso me construye también a mi muchísimo, y agradezco a mis padres haberme “obligado” a estudiar todo eso; todas esas áreas hoy me ayudan muchísimo, sobre todo en este tipo de exposición. Me encanta la guitarra, la música, me hubiese gustado ser músico, pero mi pasión primaria es la medicina por el servicio, y la música mi cable a tierra.
¿Qué tipo de música escucha?
La folclórica, la Paraguaya, la mejor música del mundo. La que realmente demuestra el pyapy, lo que uno siente; el guaraní.. me encanta…. Me vas a hacer llorar (me dice el Doctor mientras recuerda alguna melodía que lo deja con los ojos llorosos).
¿Cómo ve el futuro, la nueva normalidad?
Primero que todo quien no querría eso, segundo, la historia nos demuestra que se puede, gracias a las vacunas, tercero, lleva su tiempo, y cuarto, el compromiso es de todos. No solamente de los gobernantes, sino que de toda la población al cuidarse. Entonces, si queremos como todos queremos, la historia nos demuestra que se puede volver a la normalidad después de grandes pandemias. Depende de que ese tiempo sea más corto o largo a medida que nosotros nos comprometamos desde el rol que nos corresponda.
“A mis padres, que estoy orgulloso de ser su hijo y que no los voy a defraudar”
Un mensaje para sus padres si los tuviera enfrente ahora
Que estoy orgulloso de ser su hijo…. (vas a hacerme llorar…me dice mientras ya es casi incontenible el recuerdo de sus padres) Que yo me paro en hombro de ellos, que yo escucho hasta hoy sus consejos y que no les voy a defraudar, que sigo siendo aquel niño a quien corregían cuando hacía falta, y felicitaba por algún logro. Sigo siendo el hijo de Don Priscilo el carpintero y Doña Delia, la modista.
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