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Álvaro González Fretes: “Hay que imaginar un país mejor reconstruyendo la historia paraguaya”
Álvaro González Fretes, historiador. Foto: Gentileza.
Álvaro González Fretes es becario BECAL y candidato a Doctor en Artes y Humanidades (Historia) por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra. Su tesis doctoral, bajo la dirección del Dr. Jaume Aurell, se enmarca en la Historia Contemporánea de España, Europa y América: la biografía intelectual de Vicente Rodríguez Casado (1918-1990).
Investiga redes de sociabilidad y biográficas para la construcción de la escritura de la memoria y la historia, sustancia para la vida política y social; elementos fundamentales para explicar reformas de gobierno y de la academia. En Paraguay, antes de su viaje, entre 2017 y 2018, ha sido Consultor para Gobierno Abierto de la Secretaría Técnica de Planificación del Gobierno de Paraguay, seleccionado por concurso de méritos. Es graduado Máster en Artes de Gobierno y Cultura de las Organizaciones por el Instituto de Empresa y Humanismo de la Universidad de Navarra (2016).
En una conversación con El Nacional, Álvaro deja sus impresiones sobre su rol de becario e investigador en el entrañable mundo de la historia.
¿Qué representa ser un becario del Estado Paraguayo?
Es un gran honor y una gran oportunidad de reconectar al Paraguay directa e indirectamente con las líneas principales de investigación científica en las fronteras del conocimiento mundial. Es una representación en nombre del gran esfuerzo de los siete millones de paraguayos, de sus generaciones anteriores y de los que trabajamos, trabajan, trabajaron, y forjaron lo actual. Es una gran posibilidad de intercambio cultural, cimiento y primer eslabón para las relaciones internacionales y la diplomacia. Es acceder a los máximos niveles de relacionamiento académico, científico y social de las sociedades más avanzadas del mundo que tienen a sus academias en lo mejor de lo mejor en pos del progreso de la humanidad. Es una de las máximas condecoraciones. Es una misión de Estado histórica y épica: una gran hazaña, un tajo en la historia del Paraguay de los últimos 150 años. Es un símbolo comparable únicamente con los primeros becales del siglo XIX, y, por ende, es subirse a sus hombros legados para el conocimiento de la fundamentación de las instituciones más importantes del Estado Paraguayo.
¿La filosofía de Carlos Antonio López sigue intacta en este moderno sistema de becas “BECAL”?
Sigue intacta y tiene que ver con la correcta legitimación filosófica-política. Don Carlos Antonio López comprendió que el único camino para asimilar el entonces desarrollo industrial y social de un país en aquel siglo liberal de revolución industrial era a través del acceso a los conocimientos del estado del arte mundiales en las áreas técnicas de las humanidades, la filosofía, la política y las ciencias históricas. En aquel siglo aún no existían las disciplinas como psicología, economía, sociología, ciencias empresariales (Ciencias Sociales) y las ingenierías (Ciencia Aplicada). Pero la historia fue y es una de las fuentes principales de las cuales se sirven y alimentan dichas nuevas áreas del conocimiento.
Me contó que está realizando un doctorado en historia, ¿cuál es su tema de investigación?
Mi tema es la Biografía Intelectual de Vicente Rodríguez Casado (1918-1990) quién fue un político e historiador español que lideró en 1942 la fundación de la Escuela de Estudios Hispanoamericanos de Sevilla dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, institución por la que pasaron destacadas figuras políticas, intelectuales, académicas y diplomáticas del siglo pasado. Estableció una red de contactos e intercambio intelectual y académico con historiadores americanistas de todo el mundo, en especial con los norteamericanos fundadores del Latin American History discipline. Y en 1943 gestionó la creación de la Universidad de Verano de La Rábida. Ambos emprendimientos fueron puertas de acceso a la economía del conocimiento para España y a la vez de su rehabilitación internacional tras la guerra civil y la segunda posguerra mundial. También fundó a finales de los años 50 los Ateneos Populares y lo expandió a toda España en años de profundo desarrollo industrial y económico. Julio César Chaves le nombró en 1960 correspondiente en Sevilla del Instituto Paraguayo de Investigaciones Históricas(hoy Academia Paraguaya de la Historia). Rodríguez Casado fue uno de los intelectuales que trabajó en la preparación muy anticipada, desde al menos veinticinco años antes, de la fundamentación para la concreción de la Transición política, social y cultural que vivió España entre 1975 y 1978. La transición española del siglo XX fue la única en la historia universal realizada de manera pacífica y en ella los españoles desmontaron, a nivel político, prácticamente todo un régimen anterior. Y en este contexto, el fondo de mi tesis es que mi biografiado es uno de los historiadores promotores y formadores del humanismo cristiano sobre el cual se sentó el humanismo social que sustenta el humanismo cívico de la España actual.
Hay un dicho popular “La historia se repite”, ¿cuál sería su reflexión al respecto?
“Historia magistra vitae” fue la premisa del historiador griego Plutarco al escribir las biografías de varios personajes célebres con el fin de admirar sus cualidades morales, se desprecien sus defectos y se reduzcan los riegos de tropezar como ellos en el futuro. La historia es alimento para nuestro espíritu humano. Su cultivo es una de las actividades, aficiones o profesiones más amplias para el desarrollo del conocimiento humano y de su cultura, su comportamiento y de su relación con los demás, de su vida social y política. La historia es conocernos a nosotros mismos. Es un gran esfuerzo que tiene sus frutos en forma de legados muchas veces olvidados en un mundo donde todo debe ser rápido y conveniente económicamente. Pero la reflexión, el tiempo y el cultivo que brinda la erudición intelectual e histórica son tal vez mucho más potentes y edificantes para los seres humanos, las familias, las sociedades y las naciones. Es dedicarse a esa tendencia hacia la eternidad y de dejar legado que tenemos todos los seres humanos.
En la era de la información y digitalización, ¿es importante la historia?
Esta “Era” en la que vivimos se caracteriza principalmente por la multiplicación de los medios y la confusión de los fines. La historia nos ayuda a no perder la orientación con respecto a nuestros orígenes y lo que somos, es nuestra brújula como personas y como sociedad. La labor de los profesionales de la historia bucea y colecta información por ejemplo de rastros de todo tipo (publicaciones, correspondencia, instituciones, personas, familias, sus conexiones, etc.) dejados por grandes personajes o poco conocidos pero que hicieron una gran labor en el pasado. Empecé con la historia hace diez años, cuando trabajaba y estudiaba mi carrera de grado en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNA y me pidieron escribir una breve biografía de mi abuelo paterno, el Dr. Narciso González Romero quién fue uno de los más conocidos científicos paraguayos que tuvo el siglo XX. Fundó la Universidad Nacional de Pilar a través de darle participación a toda la ciudadanía pilarense. Hoy una Escuela Experimental y una calle llevan su nombre en Pilar, entre otras labores como director de Ciencias Naturales y luego Director General del Instituto de Ciencias Básicas (hoy FACEN) de la UNA, asesor de la OEA en Educación, estudios de impacto ambiental de las grandes obras de las décadas de los 70 y 80 en Paraguay e investigador en el equipo americano de lucha contra el Mal de Chagas. Hizo contactos con científicos de todo el mundo, entre ellos el entonces príncipe Akihito quién fuera Emperador de Japón hasta hace unos 3 años y era zoólogo como él y el Dr. Tomás Alvira, doctor en ciencias español destacado en el mundo de la Educación. Y forjó con ellos una gran amistad que trascendió generaciones de mi familia. Gracias a contactar hace diez años y hacer amistad con uno de los hijos de Alvira, Rafael, estoy hoy acabando una tesis doctoral en lo que comenzó como un hobby para mí.
Los jesuitas tuvieron un protagonismo crucial en el desarrollo de la cultura paraguaya, ¿qué se oye en España sobre este tema?
He oído al respecto. Y que fue una de las más rápidas asimilaciones de la cultura y civilización occidental en territorio americano. Los guaraníes desarrollaron una gran capacidad de “aprendizaje rápido” sobre todo en las técnicas manuales y artísticas, base de la cultura paraguaya. De ahí también se explica que la mano paraguaya está entre las curvas de aprendizaje más veloces y eficaces del mundo, fundamentales para las industrias de manufactura y en general. Y por eso también las inversiones y empresas españolas aumentaron su presencia e inversión en Paraguay en los últimos años. Paradójicamente, he oído a directivos y eruditos españoles mencionar que Paraguay es un país con un recurso humano, con una educación y humanidad por encima del promedio en todo el continente. Entiendo se referían al paraguayo en forma individual que cuando sale fuera demuestra unas capacidades sorprendentes a la hora de conocer sobre los otros países, adaptarse rápidamente y proyectarse.
En Paraguay hay varios personajes históricos que necesitan ser visibilizados para la nueva generación, ¿a quién Ud. lo visibilizaría?, ¿por qué?
Mi campo de investigación histórica es la historia contemporánea de España. Soy un hispanista paraguayo. Es decir, así como existen historiadores argentinos, y un norteamericano especializado en la historia del Paraguay, también existen “hispanistas” británicos, franceses, italianos, alemanes y estadounidenses especializados en la Historia de España. Y en esta línea visibilizaría a Julio César Chaves, que en cierta manera fue también un hispanista paraguayo que dedicó muchas de sus publicaciones sobre por ejemplo “Unamuno y América”, el legado hispánico en Paraguay y una exquisita biografía de Gaspar Rodríguez de Francia. También a Blas Garay, Efraím Cardozo e Hipólito Sánchez Quell. Estos historiadores tienen en común el haberse formado con el influjo de los primeros becales del siglo XIX quiénes llevaron al Paraguay la impronta de los profesionales de la historia europeos desde la historia del derecho y la filosofía que en aquel siglo eran los estudios más avanzados; además una gran labor cultural, diplomática y la consulta de archivos como el de Indias en Sevilla, el de París, Londres, Washington, Río de Janeiro y Buenos Aires. Sus investigaciones son “Oroku´i” porque desde ellas se pueden estirar el hilo hacia nuevas fuentes relacionadas. Creo que, para un país pequeño, pero de gran historia y mucho que revelar, como Paraguay, es clave y primordial destacarse en sus relaciones internacionales. Y en el campo amplio de la historia siempre hay unos hombros sobre los que subirse para hacer avanzar el conocimiento general y específico.
¿Cómo se enfoca, didácticamente, la historia en España?
Básicamente, la didáctica de la historia se basa en la cronología y en datos relacionados con personajes líderes, comunidades (pueblo) y geografía. Y el proceso de fondo de comprensión humana, formulación y fundamentación institucional y política nace en la historia que es la línea de base. El proceso de desarrollo de las personas, instituciones y países empieza con la vida humana, la historia, la cultura (conocimiento en acción), la intelectualidad y culmina en la vida política. La política es el final de un proceso, por eso es la máxima expresión de la belleza e inventiva humana. Suena bonito, pero así suele ocurrir.
Hay documentaciones de la presencia española en Paraguay que se guardan celosamente en archivos españoles, ¿qué reliquias rescataría?
Rescataría para Paraguay correspondencias y relacionamientos de los paraguayos alrededor del mundo y desde ahí estirar más referencias y publicaciones de contexto para escribir y rescatar a través de un proyecto sobre la “Historia de las relaciones internacionales de Paraguay”.
¿Qué recomendaciones les daría a los jóvenes paraguayos para que se involucren en la historia de su país?
Que la historia no es lo que muchas veces quieren “encasillar”: mala paga, sólo para profesor de escuela y vida aburrida entre libros. La historia es mucho más que eso. Tampoco es sólo un título. Es ser analista de la información, consultoría para empresas e instituciones, edición de libros, es un organizador de fuentes de información de todo tipo. El profesional de la historia tiene entre manos una labor de alta cultura y a la vez cultura popular. Mi recomendación es imaginarse un país mejor gracias a la reconstrucción y reescritura de toda la historia del Paraguay hasta nuestros días. Hay todavía muchos períodos muy poco investigados a nivel científico-histórico. La historia no es literatura y tampoco la literatura es historia, en algunos casos sí, pero en otros no, hay una discusión sobre eso desde hace unas décadas. La literatura y la prensa escrita, oral y visual da pistas más sobre lo que se pensaba y se piensa, pero no tanto de lo que ocurrió realmente, esa labor es de los historiadores que si tienen buena capacidad literaria adquieren mayor notoriedad, pero toda vez que aporten datos y análisis honestos y de calidad.
* Doctor en Lingüística, Lenguas, Filosofía, Educación y Didáctica.
Universidad de Kiel, Alemania.
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Juan carlos
1 de agosto de 2021 at 15:35
Por que habria que RECONSTRUIR la HISTORIA? Sino más bien estudiarla con mayor profundidad, buscar con mejor estudio las bases de información disponible y analizar con pericia, manteniendo el orden y secuencia, y no cometer el siempre error de que el analista concluya de acuerdo a su opinión, sino en criterio del contexto. El verbo RECONSTRUIR, reparar o Volver a construir una cosa destruida, no puede ser UTILIZADA en un contexto histórico, sino describir con metodología los acontecimientos y hechos que pertenecen y pertenecieron a nuestra sociedad vivida y que constituye su desarrollo hasta nuestros días. Esta disciplina no debe ser cambiada, alterada, ni en su definición ni idea de concepto, para no dar a entender que alguien pueda permitir cambiar, alterar o siquiera relatar hechos, situaciones que constituyen el. Desarrollo de nuestra sociedad desde sus origine e inicios. Creo importante que expertos con mayor criterio y pericia al actual permitan exponer también. Tengan el cuidado de saber expresar con concepto lo que se necesita como Opinión y no permitir desinformar utilizando verbos, frases u oraciones que den paso a malas interpretaciones.
Bea
1 de agosto de 2021 at 15:42
Super interesante!!!! 👌👏👏👏👏
Alvaro González Fretes, candidato a Ph.D A&H en la UNAV
3 de agosto de 2021 at 12:46
Muchas gracias, Juan Carlos. Esta muy bien su comentario. Dice todo lo que digo, pero de otra forma. Reconstruir puede tener varias interpretaciones como: “Reproducir o recordar todas las acciones y circunstancias de un hecho pasado mediante datos, declaraciones, etc., para completar su conocimiento”, y de paso con lenguaje adecuado, científico y actual. Y como “reconstrucción” es un verbo transitivo propongo con esta expresión trabajar en una transición de la historia paraguaya subiéndonos a los hombros de los que nos precedieron. Respetando lo hecho pero actualizando con más profundidad aún y metodología, claro está, toda la historia para de ella sacar los fundamentos adecuados, balanceados y no sólo de un sector ideológico, de todos, pero con un norte y dirección de pluralidad para la vida política, social y las reformas que se necesitan. En cuanto a las interpretaciones metodológicas estas pueden ser positivistas, iusnaturalistas o subjetivas cuando no están bien claras. Hay escuelas de historia que resaltaron más la importancia de la comunidad, la cultura y el pueblo (colectivismo, materialismo, etc.), otras la figura humana de sus protagonistas y otras los sucesos estrictamente documentados. También están las escuelas de las grandes síntesis de la historia nacional, la francesa de los Annales del siglo XX, la influencia de los sociólogos de los años 60 y 70 y el posmodernismo en la historia arrancado en la década de los años 80. Pero la metodología científica de confrontación de fuentes no varía. Están los conceptos, el predominio de uno y otro según la época y las escuelas. Es un proceso y la “actualización de la historia” sirve para interpretar mejor el presente y proyectar el futuro, en fin, para comprendernos. Los profesionales de la historia por eso debemos estar lo más libre posible de toda ideología u ortodoxia. Hay mucho por hacer y reorganizarnos más allá del día a día. Un saludo y buen martes.
Júlia Ibarra González
5 de agosto de 2021 at 12:18
Estimado Álvaro, me alegra saber que has optado por las humanidades. Quienes somos o hemos sido profesores, siempre es un orgullo ver a la juventud en la búsqueda de superación constate y de aportación al país.
Alvaro González Fretes, candidato a Ph.D A&H en la UNAV
15 de agosto de 2021 at 11:15
Profesora Julia, así es. Recuerdo cuando fue mi profesora de Literatura en la secundaria. Al cabo de los años, después de trabajar en distintas áreas, redescubrí las humanidades como medios para el desarrollo del conocimiento humano, cívico, social e incluso económico. Los intelectuales formados por y a través de las humanidades pueden hacer mucho daño o mucho bien a una nación y la belleza que puede alcanzar en todos sus órdenes, en el presente y por supuesto en proyecciones futuras. Mis respetos y saludos. Siempre agradecido, es una de esas personas que de alguna manera también me inculcó, sin darme tal vez cuenta, esa importancia por el cultivo de las letras y las humanidades.