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Diócesis y parroquias enfrentan una baja drástica de ingresos a causa de la pandemia
Catedral de San Lorenzo. (Foto esculturasymonumetos.com).
El manejo de toda una estructura eclesiástica, guarda directamente relación con los fieles o creyentes subordinados a la concentración. Es sabido que las distintas iglesias dependen en su mayoría de forma exclusiva de los diezmos, ofrendas, aportes de feligreses, alquileres, actividades sacramentales que se desarrollen, entre otras cosas.
Tras la llegada de la pandemia al país, hace más de un año, los números están jugando un papel en contra de la comunidad religiosa y probablemente esta sea una de las peores crisis económicas en la historia, al decir de sus referentes.
En esta oportunidad, El Nacional, ofrece a sus lectores un panorama general de lo que está pasando la iglesia católica en el país. Varias voces de las distintas aglutinaciones religiosas, coincidieron en que la pandemia “arrasó” con todas las iglesias, quienes se vieron en una grave situación al paralizarse todas las actividades que les generaban ingresos.
Ollas populares, comilonas, rifas, hamburgueseadas, fueron parte de un sinfín de mecanismos a los que tuvieron que acudir muchas de ellas con la intención de solventar por lo menos los gastos básicos de las iglesias, así como también la disminución de algunos compromisos que tampoco ayudaron mucho a salvar la situación.
Golpe fuerte
Alberto Galeano, quien se desempeña como auxiliar administrativo de la Diócesis de San Lorenzo, relató que teniendo en cuenta que muchas parroquias dependen directamente de la gente, la situación generó un golpe bastante fuerte a las iglesias de San Lorenzo, y es la misma situación la que se vive en todo el departamento Central.
“La Diócesis está afectada, pero vemos mucho más afectadas a nuestras parroquias. Ellos dependen mucho de los ingresos, diezmos, ofrendas y aportes, bautismo, confirmaciones, primera comunión y especialmente todo lo que es la misa”, aseguró a El Nacional.
“A nivel diocesano se tocó fondo de los ingresos que teníamos, tratamos de solicitar ayuda al extranjero, pero nos dieron la respuesta de que también están complicados. Las parroquias han usado también sus fondos, hay parroquias que no tenían fondos, que viven del día a día y esas están más complicadas”, aseguró.
En el caso de la Diócesis, apuntó que han dejado de recibir un porcentaje del aporte de casi un 80% de las parroquias, por la situación tan difícil por la que están pasando.
Recordó que dentro de los establecimientos, los gastos de mantenimiento, personal, servicios básicos no esperan. “Primero tenemos los gastos de personales, tenemos lo que son servicios públicos, algunos tienen seguro de alarma. Por más de que la ANDE por ejemplo realizó una exoneración, pero no fue suficiente”, aseveró.
Merma del 50%
Por su parte, Alicia Bartz, ecónoma de la Diócesis de Encarnación, manifestó que los ingresos de las parroquias se vieron afectadas en un 50% y más. “Depende mucho de la zona. Las parroquias lo que realmente sintieron mucho más ese efecto”, dijo.
Añadió que cada uno se maneja con las colectas, diezmos, intenciones por quinceaños, etc., que con todas las restricciones por la pandemia cesaron. “Se debe mantener al sacerdote que depende de esos ingresos, después está el establecimiento, los vehículos que ellos usan, hay un montón de gastos que no paran”, agregó.
Por otro lado, relató que varias parroquias en Encarnación tienes sus comedores y se trabajó mucho con la solidaridad. “En particular como Diócesis tuvimos mucho movimiento con las ollas populares, se realizó una comilona entre todas las parroquias y de esa forma se pudo paliar algunos gastos”, especificó.
“En las Diócesis tenemos fuertes ingresos de los alquileres de propiedades que nos pertenecen, que también se resintieron porque cayó mucho la economía realmente. Se trata de alquileres de nuestras propiedades por ejemplo a estaciones de servicios, supermercados y muchos tuvieron que rescindir el contrato con nosotros”, añadió.
Los más fieles dejaron de aportar
Desde la Diócesis de Carapeguá, manifestaron que la situación de las parroquias no es tan distinta a las de otros departamentos. Zuni Insfrán Gómez, secretaria administrativa, dijo que incluso los más fieles con sus aportes dejaron de hacerlo.
“Como Diócesis recibimos ayuda de pastorales. Pero las parroquias sí se vieron muy golpeadas. Ellos organizaron rifas, ventas de comidas en general para poder solventarse”, explicó.
Relató que el año pasado fue nula la recaudación de diezmos y ofrendas. “Nada tuvimos porque no se hacían más misas. No te digo que este año con el retorno a las misas presenciales es mucho lo que se recauda, pero de a poco va entrando”, aclaró.
En el caso de las distintas iglesias, los ingresos se redujeron en más del 50%. “Algunas inclusive prescindieron de su personal de limpieza porque no había para pagar”, añadió. “Hay aportes que se paga a la Conferencia Episcopal Paraguaya y eso también se redujo un 50% a las diócesis”, dijo.
El martes 13 de julio, el Ejecutivo flexibilizó las medidas de sanitarias y eso incluye a las iglesias. Ahora los establecimientos podrán permitir participación presencial hasta 150 personas en espacios cerrados con ventilación adecuada y hasta 200 personas en espacios abiertos o al aire libre. Aunque todavía no se puede hablar del efecto que pueda tener esta medida teniendo en cuenta que es reciente, se espera que pueda dar un respiro a la comunidad escleciástica.
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