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Base narco anulada recibía constantes vuelos desde Perú y Bolivia

La Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) realizó una exhibición de las evidencias incautadas durante la Operación “Antares” en el Chaco paraguayo, donde se llegó tras la búsqueda de un supuesto campamento del grupo criminal autodenominado EPP. Entre los elementos incautados se observa una logística importante para el narcotráfico aéreo. Estiman que la base narco recibía constantes vuelos repletos de cocaína desde Perú y Bolivia.

A unos 35 kilómetros de Puerto Pinasco, una acción interinstitucional permitió la incautación de un importante alijo de drogas.

Ya pesadas con balanzas de precisión, desde la Senad confirmaron de que se trata de 459,7 kilos de cocaína en diferentes presentaciones. Hay diferentes variedades con logotipos y marcas que tiene cada uno; hay clorhidrato y pasta base.

Otras evidencias incautadas son asientos y partes de aeronaves presuntamente utilizadas para el narcotráfico. Los asientos son extraídos para generar más espacio en las avionetas y así poder llevar más cantidad de droga.

También se encontró una puerta con adhesivos de diferentes matrículas, con los que se presume que buscaban burlar posibles controles y/o confundirlos.

Se incautó además partes mecánicas como bujías, filtros de combustible y otros elementos que hacen al mantenimiento de las aeronaves.

Mangueras y embudo de combustible que son utilizados para el reabastecimiento del hidrocarburo en pleno vuelo también se levantaron como evidencias.

En la locación también se detectó una pista clandestina de 1.000 metros de extensión que incluso contaba con un rudimentario sistema de iluminación, lo que permite que incluso en horario nocturno puedan operar los esquemas criminales.

Desde la agencia antidrogas explicaron que todo lo incautado da cuenta de que se trata de una estructura bien organizada, con logística importante y que tenía todas las condiciones para realizar permanentes vuelos procedentes de países como Bolivia y Perú, hasta la base anulada desde donde la droga era redistribuida a otras zonas del país e incluso al mercado brasileño.

Antecedentes

Fuerzas de seguridad y agentes fiscales que estaban en búsqueda de un supuesto campamento del grupo criminal autodenominado EPP, terminaron por toparse con una compleja base narco abandonada en donde incluso lograron incautar casi media tonelada de cocaína. Las pistas ofrecidas por el ciudadano venezolano supuestamente abducido por el grupo terrorista, llevaron a los intervinientes al hallazgo un importante centro logístico narco.

Más de 550 kilos de droga empaquetada, armas, pasta base y otras evidencias fueron halladas en la base narco hasta donde llegó el equipo de la Policía Antisecuestro y el Comando de Defensa Interna (Codi) en un operativo a cargo de las fiscalas Reinalda Palacios, de la Unidad Antisecuestro y Teresilde Fernández, de la Unidad Antidrogas. Esto fue durante la incursión en busca del campamento donde el ciudadano venezolano dijo estar secuestrado. La base narco estaba instalada en una zona entre Puerto Pinasco y Vallemí.

Esta serie de procedimientos ejecutados por las autoridades fue en razón la denuncia de un ciudadano venezolano Carlos Javier Villasmil, quien aseguró haber sido raptado por integrantes del grupo criminal que tanta zozobra ocasiona en la zona Norte del país. Los uniformados dieron incluso con un precario campamento donde el denunciante aseguró haber visualizado a los secuestrados por el EPP, el expolítico Óscar Denis y el empresario estanciero Félix Urbieta.

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