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Nunca es tarde para concretar sueños

Matilde Herrera es una joven madre paraguaya que vive hace años en España y se convirtió en la primera estudiante de la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción en defender su tesis de forma virtual desde su casa en el Viejo Continente. Su historia está llena de momentos de lucha y perseverancia que la hicieron ver que nunca es tarde para terminar tu carrera y seguir tus sueños.

Matilde proviene de una familia humilde de San Joaquín, Departamento de Caaguazú y nos cuenta que nació queriendo ser periodista. “Jugaba a ser presentadora desde muy niña. Mis padres no tenían para comprarme un micrófono de juguete y nos ingeniábamos en hacerlo y jugar con lo que la imaginación nos proponía. Me imaginaba ser Bibi Landó o Xuxa”, recuerda.

La comunicadora manifiesta que en el colegio empezó a estudiar comunicación social y trabajó desde los 16 años en radios locales. Luego, al terminar el colegio decida emprender rumbo a la capital, Asunción, siendo la primera que se alejaba del círculo familiar. “Tenía claro que debía sacrificar mi familia y comodidad  para formarme y cumplir mis sueños” decía.

Llegó con un bagaje de sueños por cumplir y con toda las ganas de explorar la ciudad, ya que venía de un pueblo pequeño sin mucho que ofrecer. “Para mi suerte, tuve muy buenas amigas y un novio que me acogió en su familia, nunca me sentí sola. Y mantengo amistad aún con ellas, hablamos menos por la distancia pero para mi son mis amigas y las quiero, y les debo mucho” expresa emocionada.

Desde el primer año de carrera nos habla que empezó a explorar los medios, con buenas y algunas muy malas experiencias que hasta llegaron al acoso laboral. “Estuve en una radio de la capital por unos 5 meses, al principio aprendí mucho, hasta que me encontré con un jefe que me echó por no aceptar una propuesta indecente” lamenta la profesional.

El hombre de muy alto cargo en un grupo de medios le propuso pasar un fin de semana para “relajarse con él” para pasar a trabajar en la televisión. Matilde no aceptó y al día siguiente la desvincularon del medio. “Fue mi primer enfrentamiento a la crudeza de los medios, estuve todo ese finde metida en la cama… llorando” indica.

Ni ese momento tan horroso la detuvo a seguir peleando por sus sueños y se reinventó incursionando en los deportes. Ingresó al diario La Nación donde manifiesta que fue una muy buena época, donde conoció a mucha gente y aprendió bastante recorriendo campos de fútbol. “No sabía nada de fútbol y mi novio futbolero me formó de manera intensiva” expresa entre risas.

De allí también estuvo un tiempo en la televisión en el canal 4  Telefuturo donde sumó aprendizaje.

“Viví momentos muy bonitos en mi época universitaria y otros muy chungos (palabra coloquial española que significa difícil), sobre todo al principio que pase hambre y frío, y fui viviendo de la caridad de muy buenas amiga” cuenta Matilde.

Año sabático en España

Luego de terminar la carrera se sumaron varias cuestiones: un desengaño amoroso, empezaba a surgir en el canal pero llegaba a casa y estaba muy sola, se juntó con amigos no muy buenos, y quiso romper ese círculo. “Decidí tomarme un año sabático y viajé a Barcelona, España donde conocí a mi futuro esposo, volví luego de un año a Paraguay y allí me enteré de que estaba embarazada. Tuve que tomar la decisión de quedarme con mi profesión o volver a Barcelona y formar una familia” dice.

“Sacrifiqué toda mi vida! Mis sueños! Pero de no haberlo hecho así, me hubiera arrepentido toda la vida! No hubiera podido vivir tranquila con mi conciencia. Mi hija es lo mejor de mi vida!. Ahora que ya es grande, puedo continuar con las cosas que deje a medias! Y creo que el dicho ese “nunca es tarde” se aplica perfectamente a mi situación” nos explica.

Volvió a España, se casó y formó una familia. “Pero en el amor no es 1 + 1, me divorcié y seguimos solas, mi niña y yo, en un país que no era el mío  y sin mi familia como apoyo” expresa.

Matilde con toda su familia. Foto: IG

Desarraigo en el viejo continente

El desarraigo forma parte de su historia desde que decidió estudiar Periodismo en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Asunción en la capital paraguaya.

“Yo soy una superviviente, en la escuela de la vida no hay marcha atrás, o aprendes y luchas o te hundes. A veces no tienes muchas opciones, sobre todo cuando estas sola, tú eres tú material activo… si no tengo fortaleza, me hundo, y mi hija conmigo, no puedes permitirte quedar en el suelo y cruzarte de brazos!” dice durante la entrevista mientras se prepara para ir trabajar y respondiendo a la entrevista desde su whasapp.

Cuenta además que esto no la eximió de depresiones, “pero uno es responsable de sus acciones, nada pasa por casualidad, todo es causa – efecto” indica.

Diferencias brutales

En cuanto a vivir en una de las ciudades más importante del mundo, Matilde nos cuenta que comparado con Paraguay las diferencias son brutales. “Aquí hay mucha conciencia en todo! Un ejemplo: yo no sabía que se respetaban los pasos peatonales, en Paraguay eso no existía en mis tiempos”, al momento de recordarle que sigue sin existir el respeto a las señales de tránsito.

“La calidad de vida es mucho mejor, evidentemente el sueldo es otro plus,  recuerdo que en Paraguay estuve ahorrando como tres meses para comprarme un secador de pelo… aquí, cobro y compro y aún me sobra!” afirma.

Tesis, pandemia y sacrificio

Luego de varios años en la madre patria, con una hija ya en la pre adolescencia, una nueva pareja, la vida le encontraba con un buen trabajo y viajando, haciendo lo que siempre soñó como el de conocer todo el mundo, pero seguía en su mente como una espina que anidaba en su mente el de poder realizar sus tesis y obtener su título de Licenciada en Ciencias de la Comunicación.

Tantos años de estudio no podría tirarlos por la borda y inició su investigación hace más de un año de como poder lograrlo, en el camino tuvo varias decepciones, y de nuevo gente que la estafó, pero ni aún así eso la detuvo para seguir adelante y durante el 2020 inició su tesis en la última prórroga (la facultad sólo te da ciertos años para poder terminar la carrera o perdía todos los años de estudio) con nuevo tutor y nuevo tema.

En España las exigencias en las documentaciones son mayores y no pudo desarrollar la carrera como lo tenía pensado cuando llegó al país.

“Y ve vino genial el estado de pandemia para que la universidad considerara la posibilidad de defenderlo vía online, fue una especia de suerte, todo el universo conspiró a mi favor. Estuve años intentando hacer la investigación, encontré personas que me estafaron en tiempo y dinero, nunca era fácil, hasta que acudí a Walter Aguilera para asesorarme y ser mi tutor… fue la mejor decisión” agrega la Licenciada.

“Me puse manos a la obra, él me lo puso todo muy fácil, paso a paso y no me costó desarrollar ese estudio, lo más tedioso fue el tema de papeleos y la burocracia con la Universidad, que finalmente lo arreglamos todo muy por lo pelos! Hubo un día faltando una semana para la defensa, que lo di todo por perdido, llore amargamente toda una tarde!!!! Y mi ángel, el señor Aguilera, estuvo para destrabar el papeleo” cuenta a El Nacional.

Matilde mientras presentaba su tesis sobre La Casa de Papel. Foto: IG

La tesis de papel

La culminación de sus estudios con la presentación de la tesis era una materia pendiente para Matilde que le quitaba el sueño y no podía cerrar ese círculo o esa historia, porque no pierde la esperanza de dedicarse a su pasión que es el periodismo, “ahora menos que nunca” agrega.

“Solo falta que Alex Pina (creador y productor de la Casa de papel) me haga caso y me de trabajo… o ir a supervivientes! Soñar es gratis” indica ilusionada.

La elección de su tesis sobre la exitosa serie española La Casa de Papel no fue casualidad, porque le encantan las series y todo lo relacionado a la comunicación audiovisual, y hablando con su tutor Walter sobre que podría ser que combinara todo eso y como le llamaba tanto la atención su gran éxito, aunque afirma que no es de las le gustaban las series españolas y quise estudiarlo.

“Empezamos a trabajar, y solo te puedo decir que anteriormente a este tema, estuve investigando otro tema y nunca avanzaba porque me era muy tedioso y me quitaban las ganas, pero cuando haces sobre algo que te gusta, todo fluye mejor” manifestó y así se convirtió en una pionera en defender sus tesis basada en una serie de Netflix.

Matilde desea que con su defensa de tesis pueda transmitir que no podemos rendirnos nunca, “de hecho, era el objetivo con mi hija, que siempre me reclamaba no tener título universitario. Un mensaje para todos en cualquier parte del mundo es de luchar por los sueños y nunca rendirse… aunque parezca tarde. Cierto es que ya no tengo 20 años, pero hoy en día tengo más experiencia y más ganas de conseguir mis objetivos y llegar a la meta” afirma.

Para ella no termina todo aquí sus objetivos son seguir formándome en comunicación audiovisual y trabajar en ello en Barcelona y algún día poder devolver a Paraguay con todo lo que aprendí. “Nuestro país necesita profesionales valientes, que sepan romper esquemas y no quedarnos en nuestra zona de confort” finaliza la profesional en Comunicación.

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