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Capacitar a docentes: prioridad imperativa para evitar el regreso a la barbarie

15 de noviembre de 2020 - 07:27

La fortaleza de un buen sistema educativo tiene como consecuencia el desarrollo integral del individuo, y puede llegar a la autorrealización de acuerdo a la escala de Maslow, es evidente, es claro que solo por medio de la educación el ser humano puede separarse de su naturaleza animal, pues somos animales, no estamos muy alejados de nuestros primitos saltimbanquis y juguetones macacos, simios, monos, ka´i, gorilas, o como el lector lo quiera llamar, o la acepción que mejor se adecúe a la concepción que le transmite su realidad cercana.

Me remito al gran conocido y a la vez desconocido: Emmanuel Kant. En una serie clases dictadas por este filósofo alemán sobre pedagogía (Über die Pedagogik), en la Universidad de Koenisberg, entre los años (1776- 1787) cuyo contenido hoy en día aun tiene la misma fuerza que tuvo posterior a su publicación.

Kant sentenció lo siguiente: “El hombre es la única criatura que ha de ser educada. Entendiendo por educación los cuidados (sustento, manutención), la disciplina y la instrucción, juntamente con la educación. Según esto, el hombre es niño pequeño, educando y estudiante”. Definitivamente Kant no estaba errado en su apreciación sobre la esencia del ser humano. La educación es la única estrategia racional para que el ser humano se aparte de sus queridos primitos como ya lo he mencionado en el primer párrafo.

Ilustremos un ejemplo para entenderle a Kant, cuando nace un ternero (Kant utiliza como ejemplo a las golondrinas), al cabo de unas horas está listo y correteando al lado de su madre, lo único que necesita en ese primer estadio de vida es el sustento, es decir, alimentarse de la leche de su madre. A pocos minutos de nacer, este ternerillo está totalmente completo, quizás necesitaría un poco de calor y protección, luego, nada más.

En contrapartida, nace un bebé en cualquier región, estatus social, etc. Este querubín necesita protección, sustento, manutención, disciplina e instrucción a lo largo de la vida, prácticamente, o por lo menos hasta que pueda valerse por sí mismo. Actualmente el concepto de maduración se ha ralentizado hoy en día en esta era de la globalización. De acuerdo a nuevas investigaciones se infiere que la edad de adolescente se alcanza hoy en día a los 24 años, según la revista británica The Lancet (Child & Adolescent Health).

Regresemos a la necesidad de instrucción (educación) que necesita el ser humano para no quedarse librado a su suerte y exponerse a convertirse en un ser inculto o salvaje, y conectemos este bálsamo pedagógico que nos legó Kant con nuestra realidad educativa. Los datos que actualmente el MEC dispone sobre el actual sistema educativo, no son los más auspiciosos que digamos. Enfoquémonos en los docentes del sistema educativo oficial de nuestro país, pues si hiciéramos una analogía con lo sentenciado por Kant, este maestro y esta maestra son los padres que deberán dar la instrucción a los individuos que nacen diariamente en nuestra bendita patria, por lo menos hasta los 24 años.

De acuerdo al Plan de Educación 2024, se sugieren múltiples competencias que los docentes, actualmente, deben adquirir para ejercer con profesionalismo, solvencia, seguridad y aplomo la carrera del magisterio. Una de esas competencias es la de actualizarse permanentemente, y, otra que está esencialmente vinculada a la actualización, es la adquisición de las competencias de la información y el conocimiento. ¿Qué implicarían estas sugerencias para nuestros maestros? Con un gasto público en educación precario y muy por debajo del recomendado por los organismos internacionales, con un salario muy distanciado a la responsabilidad del maestro formador, con la problemática de docentes sin nombramiento, algunos, trabajan ad honoren, hasta que le toque la lotería de ocupar un cargo. Estos indicadores son solo unos pocos de un sinfín del vía crucis que el maestro debe pasar.

El docente actual no debe alejarse de la capacitación permanente, según las sugerencias arriba mencionadas, pero como docente con una vasta trayectoria en educación, me pregunto ¿qué hace actualmente el MEC para revertir los datos estadísticos calamitosos? En mi artículo anterior a este, he ilustrado un humilde estudio en 7 (siete) escuelas de interior del país, específicamente en Piribebuy, en el cual se destaca que la plataforma digital del MEC es la menos usada por la población encuestada.

Los videos preparados por los docentes y el chat fueron las herramientas de más uso en las clases virtuales. Una vez más, como siempre, el estresado, cansado y agobiado maestro tiene que dar respuestas macroestructurales en esta pandemia, mientras que es de total responsabilidad del MEC, rectora responsable de la instrucción y educación del individuo, en este contexto, el paraguayo, tal cual como Kant ya lo había señalado.

En el plan Plan de Acción Educativa 2018 – 2023 se espera que los docentes estén “preparados” para que sus estudiantes logren enmarcarse con los factores identitarios de una educación de calidad en el siglo XXI, y para ser competente dentro de ese marco, los estudiantes deben adquirir las siguientes competencias:

– Comunicarse en la lengua materna

– Comunicarse en lengua extranjera

– Competencia matemática, científica y tecnológica

– Competencia digital

– Aprender a aprender

– Competencias sociales y cívicas

– Sentido de iniciativa y emprendimiento

– Competencia cultural

¿Están preparados los docentes para lograr los objetivos del Plan 2018-2023?

Marqué en negrita la competencia de moda actualmente en tiempos de pandemia, la competencia digital, con los obstáculos que los docentes actualmente tienen y la realidad actual de nuestro sistema educativo está atravesando. Me puedo aventurar a sentenciar que nuestros maestros sienten en carne propia la precariedad digital en la que se encuentran, entonces, ¿Cómo harán para lograr los objetivos del Plan Nacional de Educación?

La respuesta quizás la encontremos en la pedagogía de Emmanuel Kant, o quizás no, pero si estoy seguro que encontraremos que, si no capacitamos a nuestros maestros, involucionaremos hacia la “barbarie”

Fuentes consultadas:

(*) Doctor en lingüística, lenguas, filosofía, educación y didáctica.

Universidad de Kiel, Alemania.