Nacionales
Educación: ¡Más pisa y menos pizza!
Hacia finales del año 1990 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha cambiado la medición de los conocimientos adquiridos en las escuelas, se dejó de lado el mero hecho de evaluar el sistema escolar con los años de escolaridad, pues esa simple medición no era fiable para determinar qué realmente saben o pueden hacer los estudiantes.
El Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), por sus siglas en inglés), busca evaluar los conocimientos adquiridos por los alumnos, quienes están en la brecha final de la educación obligatoria. ¿Qué significa esto? Simple: Determinar si los alumnos han adquirido las habilidades necesarias para su integración en la sociedad.
En los artículos anteriores a éste, he abordado dos temas muy pertinentes de esencial importancia: El alto índice de analfabetismo que actualmente se registra en Paraguay (6.0) y el catastrófico resultado de las pruebas estandarizadas nacionales, en los cuales se señalan que no se ha llegado a los niveles mínimos requeridos por esas pruebas. En síntesis: Tenemos una alta tasa de analfabetos y un porcentaje muy alto (ca. del 80 %) de analfabetos funcionales.
Retomando el tema PISA, es más que obvio lo que relataré en las siguientes líneas, pues con los resultados alarmantes de nuestro sistema educativo y con el objetivo que las pruebas PISA persigue, es evidente que nos conformaremos con atragantarnos con la pizza hecha de harina <vaya a saber de qué calidad> y fortalecida, quizás, con bromato, para que esa pizza <casera> tenga más volumen y se pueda ganar más.
En el año 2018 se han revelado los resultados de la aplicación de esta prueba internacional en nuestro país. Lo que mide esta prueba internacional son las competencias de estudiantes de 15 años que cursan el 7mo. grado para adelante, en las áreas de: lectura, matemática, y ciencias.
Las pruebas tomadas en Paraguay corresponden a la evaluación denominada PISA-D que implica la incorporación de países de ingreso medio y bajo a PISA (2017). Las pruebas están ajustadas de acuerdo a la relevancia y accesibilidad para estos países bajo el criterio de ingreso descrito.
Para entender y verificar en qué nivel está la situación de los estudiantes paraguayos, de acuerdo a las pruebas tomadas, constatamos que los niveles de competencia son ocho en total, y los he agrupado en tres grandes niveles: A) Por debajo del nivel básico (debajo del nivel 1b, nivel 1b y nivel 1a), B) Nivel básico (Nivel 2), C) Por encima del nivel básico (Niveles del 3 al 6).
Grupo A: Las competencias básicas del grupo A no son LOGRADAS por los estudiantes.
Grupo B: Los estudiantes EMPIEZAN A DEMOSTRAR competencias que les permitirán participar de manera efectiva y productiva en su vida como estudiantes, trabajadores y ciudadanos.
Grupo C: En los niveles de las competencias del grupo C, los estudiantes que alcanzan el nivel 3 y niveles superiores DEMUESTRAN competencias que les permitirán participar de manera efectiva y productiva en su vida como estudiantes, trabajadores y ciudadanos (Reporte Nacional PISA-D)
Hecha esta descripción técnica, veamos los resultados en las asignaturas de lectura, matemática y ciencias.
Fig. 1 Estudiantes no logran las competencias básicas del Nivel 2.
El gráfico es más que elocuente, visibiliza y desnuda las falencias macroestructurales por las que el sistema educativo paraguayo está atravesando. Se ha rayado el disco de la cancioncilla que la dictadura ha empobrecido y ha dejado en la ignorancia al pueblo <no estoy a favor de ningún sistema dictatorial>, y quizás, esos años oscuros de nuestra historia tuvieron mucho que ver para el lento desarrollo cognitivo de la sociedad paraguaya, amén de un sinnúmero de factores socioeconómicos y políticos que incidieron en el atraso y, en consecuencia, ralentizó la modernización de nuestra educación. Hoy, a 31 años de “democracia” es absolutamente inadmisible que tengamos calamitosos resultados en las asignaturas más importantes de la malla curricular de nuestro sistema educativo.
El informe del MEC señala varios factores como causas de este catastrófico resultado. Un factor que me ha llamado la atención, y que ya lo he mencionado en mi artículo anterior: Los recursos públicos en educación no se invierten eficientemente en Paraguay (Diapositiva nro. 16 del reporte nacional).
Hace unos días, me he enterado por los medios que el presidente, Lic. Mario Abdo Benítez, había comentado sobre la gestión del ministro del MEC, y que lo apoyaba. Los datos estadísticos no mienten, entonces, ¿qué gestión se puede apoyar bajo resultados negativos concretos y validados científicamente?
La educación del país no se puede dirigir por los humores de las personas que están al frente, sino con herramientas técnicas y pedagogía moderna que impulse al pensamiento crítico y reflexivo. Dejar que el MEC sea una máquina de analfabetos funcionales genuflexos a cualquier embaucador de sueños, debe ser una causa justa y nacional.
El aumento del analfabetismo, un porcentaje lacerante de analfabetos funcionales y el desgarrador resultado de las pruebas PISA deja al Paraguay con un grupo social apocado y con posibilidades limitadas para lograr una vida digna en el suelo que lo vio nacer, y, como la salsa sosa roja de la pizza, a merced de políticos mesiánicos, pelafustanes, vagos y antipatriotas que, quizás, solo se conforman con una escuálida porción de pizza sin importarles un ápice el futuro de nuestros niños y jóvenes.
*Doctor en lingüística, lenguas, filosofía, educación y didáctica.
Universidad de Kiel, Alemania.
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