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El desafío de conservar las Misiones Jesuíticas del país

Secretaría de Cultura y Senatur comenzaron los trabajos de restauración. Foto: Senatur

Secretaría de Cultura y Senatur comenzaron los trabajos de restauración. Foto: Senatur

A diferencia de otros países, Paraguay tiene único Patrimonio de la Humanidad declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco, en 1993: las Misiones Jesuíticas de la Santísima Trinidad de Paraná.

Para salvaguardar ese compromiso asumido ante la Unesco, esta semana comenzó la restauración del arco N° 19 de la Casa de Nativos de la Misión de Santísima Trinidad del Paraná a través del convenio entre la Cámara Paraguaya de las Misiones Jesuíticas – Ruta Jesuítica, la Secretaría Nacional de Cultura y la Secretaría de Turismo a través de su Dirección de Patrimonio. A propósito de la restauración, la Secretaría Nacional de Cultura informó que el apoyo técnico de los trabajos cumple con todos los protocolos específicos tanto para el estudio de suelo y evaluación ambiental como arqueológica y preventiva.

Las evaluaciones arqueológicas fueron con el acompañamiento técnico y protocolo aprobado por la SNC. El equipo está conformado por Cristina Escobar, directora de Patrimonio de Senatur; Gabriela Rolandi, coordinadora de las Misiones Jesuíticas; Bettina Bray, asesora en conservación del Patrimonio Mundial y Ruth Alison Benítez, jefa de Arqueología de la Secretaría Nacional de Cultura.

La expulsión de los jesuitas fue en 1767. Foto: Senatur

Todas las tareas de campo están en cumplimiento con los protocolos de prevención del covid-19.

A pesar de los trabajos, el circuito turístico está abierto para las visitas programadas. Foto: Senatur

Si repasamos un poco de historia, fueron 30 las misiones que lograron consolidarse y solo 8 de las reducciones estaban en el territorio paraguayo y son San Ignacio Guazú, Santa María de Fe, Santa Rosa, Santiago, San Cosme y San Damián, Itapúa (actualmente Encarnación), Santísima Trinidad del Paraná y Jesús de Tavarangué.

La misión jesuítica de la Santísima Trinidad del Paraná es la mejor conservada del Paraguay, la más extensa y se accede a ella por la ruta VI. Se encuentra ubicada a 28 kilómetros al noreste de Encarnación en el distrito de Trinidad en Itapúa. Cuenta con una Plaza Mayor, lugar de reunión del pueblo y un Museo Jesuítico localizado en la antigua sacristía donde se pueden apreciar esculturas y una maqueta de la misión.

Aquí también se encuentra el mayor templo construido entre todos los que conforman las misiones jesuitas y se puede apreciar en su estructura que sobresale el friso de los ángeles músicos que hasta el hallazgo de las partituras en Moxos (Bolivia) constituían el único antecedente de la música en las misiones jesuitas. Este pueblo es el que conserva en mayor grado la estructura de conformación del pueblo.

La misión jesuítica guaraní de Jesús de Tavarangüe es otra de las que aún se conserva y fue fundada en 1685 a orillas del río Monday por el jesuita Gerónimo Delfín. La historia nos cuenta que el asentamiento tuvo que mudarse varias veces por la hostilidad de los brasileños que atacaban a los indios y los llevaban como esclavos. En esta misión se comenzó a construir una de las iglesias más grandes de la época que tuvo que ser abandonada sin concluir por la expulsión de los jesuitas en 1767.

Después de este acontecimiento escribe al respecto el historiador Ignacio Telesca en el libro Historia del Paraguay: “este hecho implicó una fuerte presión por el acceso a la tierra. Sin embargo, si al mismo tiempo del éxodo guaraní se hubiera dado una conquista de nuevos territorios, hubiéramos asistido a una eclosión social. En otras palabras, crecimiento demográfico y territorial se dieron a la vez luego de la expulsión de la Compañía de Jesús del territorio de la corona española”.

La Unesco señala en su descripción que “además del interés artístico, estas misiones son representativas de las iniciativas sociales y económicas que acompañaron la cristianización de la cuenca del Río de la Plata por parte de la Compañía de Jesús en los siglos XVII y XVIII”.

Actualmente, está vigente el circuito integrado de los 30 pueblos que poseen pasado jesuítico en Paraguay, Argentina, Brasil, Uruguay y Bolivia

A pesar de la pandemia, las instalaciones están habilitadas para ser visitadas y apreciadas. Los responsables informaron que se aplican todas las medidas de seguridad e implementación de los protocolos sanitarios. Para evitar aglomeraciones en patrimonios culturales y arqueológicos, se autoriza grupos hasta diez personas. Para más información y agendamiento previo, los interesados pueden comunicarse al número de teléfono (0985) 772803.

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