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Claudia Sheinbaum tomó posesión como presidenta de México

México vivió este martes un día histórico. Claudia Sheinbaum asumió el cargo como primera mandataria y se convirtió en la primera mujer y la primera persona judía en liderar al país en dos siglos de historia independiente de México.

Sheinbaum, otrora jefa de gobierno de Ciudad de México y científica ambiental, ganó con una aplastante victoria en las elecciones generales de junio y será sucesora de su mentor, Andrés Manuel López Obrador, como presidenta del mayor país de habla hispana y el principal socio comercial de Estados Unidos.

Sheinbaum, de izquierda, hizo campaña con la promesa de continuar el legado de su antecesor y su victoria fue considerada por muchos como un claro voto de confianza a López Obrador y a Morena, el partido que fundó.

Sheinbaum se impuso en unas primarias del partido Morena para ser la candidata que finalmente ganó holgadamente las elecciones presidenciales de junio. Su perfil, más analítico y prudente para muchos, difiere del de su predecesor, a quien se le ha acusado de populista y en ocasiones hasta de paternalista con las mujeres.

“Estoy lista, estoy fuerte, está listo el pueblo de México para iniciar la segunda etapa de la ‘Cuarta Transformación’ de la vida pública de México”, ha afirmado a unas horas de tomar posesión, entre agradecimientos a su antecesor. “Está entre los grandes. Es el mejor presidente que ha tenido este país”, ha dicho.

La primera presidenta de la historia de México deberá continuar por la ruta trazada por un López Obrador que deja casi 20 reformas pendientes de su aprobación, entre ellas las de universalizar las pensiones, la salud, la educación, la subida de salarios, o la prohibición del maltrato animal y el comercio de drogas químicas.

Asimismo, deberá hacer frente a los grandes retos a los que durante años se han estado enfrentando las anteriores administraciones con más desatinos que aciertos, como son la inseguridad ciudadana, la lucha contra el narcotráfico y la crisis migratoria, a la espera también, en esta cuestión, de saber quién será el próximo inquilino de la Casa Blanca a partir de enero de 2025.

Sheinbaum tendrá entre manos, por ejemplo, las recientemente aprobadas reformas de seguridad y del poder judicial, esta última no exenta de polémica, en la que se recoge la elección popular de jueces y magistrados y que dejó una inédita huelga entre protestas de quienes advierten del fin de la separación de poderes.

El acto se llama “toma de protesta” ante la representación popular, los diputados y los senadores, que serán los encargados de tomar esa declaración a la primera mujer presidenta de México.

Contrario de lo que ocurre en otros países, en la ceremonia de investidura mexicana no hay un juramento ni se abre espacio a simbolismos religiosos, como evocar a Dios o usar una Biblia en el acto.
Fuente: El País de España/Infobae

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