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Acuerdo UE-Mercosur: ¿contra viento y marea?
La organización ecologista Greenpeace, en una protesta contra el acuerdo UE-Mercosur frente al edificio del Consejo de la Unión Europea (Bruselas, 25 de marzo de 2023). Imagen: Marek Majewsky/dpa/dpa-Zentralbild/picture alliance
Negociadores de la Unión Europeay el Mercosur se encuentran a comienzos de septiembre en Brasil para volver a dar impulso al acuerdo de asociación entre el gigante de América del Sur y los 27 Estados europeos.
“No tenemos muchos detalles, pero, si se reabre la negociación, con seguridad no va a tomar otros veinticinco años, pues hay una clara intención geopolítica de la Unión Europea y también mucho apoyo de Brasil”, explica a DW Marita González, coordinadora de centrales sindicales del Mercosur.
Uno de los puntos que se tratarían sería, según informaciones extraoficiales, la ampliación de los fondos de cooperación para Brasil, Paraguay y Argentina. Se trata de un fondo, propuesto en 2023, para ayudar a los países sudamericanos a adaptarse a los nuevos requerimientos del bloque europeo en el marco de su Pacto Verde. Entre ellos están los mecanismos de trazabilidad para asegurar que los productos que entran al mercado común europeo no produzcan deforestación en su origen.
Asimetrías y medio ambiente
“La cuestión ambiental está a punto de ser cerrada. También se han negociado entre bambalinas nuevos tiempos y plazos para evitar la desindustrialización del Mercosur”, prosigue González, socióloga de la Universidad de Buenos Aires. Es decir, se habría avanzado en uno de los puntos de crítica de organizaciones de la sociedad civil que enfocan la asimetría entre ambos mercados.
En un estudio encargado por Los Verdes
del Parlamento Europeo, el acuerdo, tal como está, significaría inundar de automóviles de energía fósil los mercados del sur, un flujo que no favorece la reducción de emisiones a nivel global.
“Es un acuerdo digno de la edad de piedra”, dicen en el prólogo del estudio las eurodiputadas Anna Cavazzini -actual presidenta de la comisión de Mercado Interior y Protección al Consumidor- y Saskia Bricmont, que integra la comisión de Comercio Internacional.
Efectivamente, en el texto del acuerdo no hay cuotas ni estipulaciones en cuanto a vehículos de “energía limpia” que vayan a ser exportados a los países del sur. “Hasta ahora, no hay cláusulas vinculadas a la promoción de la electromovilidad”, confirma Marita González. Por otro lado, la liberalización del mercado afectaría a la industria automotriz tanto de Brasil como de Argentina.
Pesticidas a ambos lados
Por otro lado, el estudio de Los Verdes denuncia que el acuerdo representa un riesgo para la salud en ambos continentes, pues favorece, por un lado, un aumento en la exportación de pesticidas hacia Sudamérica; y por otro, la importación a Europa de productos agrícolas conteniendo pesticidas.
“Desde el movimiento sindical afirmamos que los grandes latifundios de soja para la exportación no generan empleo”, afirma González.
“Además, los pesticidas que utilizan los exportan desde Europa. Es una ambigüedad que roza con la hipocresía, pues la política europea no debería ser solamente restrictiva con los pesticidas que se usan en su territorio; debería no permitir su exportación”, agrega la coordinadora de centrales sindicales del Mercosur, advirtiendo de la oposición del movimiento sindical, también porque el sistema de cuotas que mantiene la UE es, según la Organización Mundial de Comercio, una práctica desleal.
¿Quién evaluará el impacto?
Como fuere, la escasa información oficial que existe deja entrever que el acuerdo se renegociará para allanar el camino a su conclusión este mismo año. ¿Se tendrá en cuenta la opinión de las organizaciones de la sociedad civil más allá de los comités consultivos no vinculantes que suelen tener los acuerdos europeos?
“A esos comités consultivos asisten organizaciones escogidas arbitrariamente y sujetas a los vaivenes políticos. Nosotros necesitamos algo más institucionalizado. Por eso vamos a reclamar, junto con la Confederación Europea de Sindicatos, la creación del Foro Laboral, un comité mixto para hacer el seguimiento del impacto laboral y ambiental, así como de su efecto en la matriz productiva de ambos bloques”, explica González.
“No nos oponemos a un acuerdo; nos oponemos a este acuerdo que no toma en cuenta las necesidades específicas y las construcciones colectivas ni del Mercosur ni de la UE”, concluye.
Fuente: DW.
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