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Eurocámara endurece el tono con Cuba

Juta Urppilainen, comisaria de Asociaciones Internacionales, en el debate sobre Cuba. Foto:DW.

Juta Urppilainen, comisaria de Asociaciones Internacionales, en el debate sobre Cuba. Foto:DW.

Sanciones para el gobierno cubano pide una resolución del Parlamento Europeo. ¿Por qué sube el tono? DW habló con dos eurodiputadas; una votó en contra, otra a favor.

Sanciones individualizadas para los responsables de violaciones a derechos humanos en Cuba y la activación de la cláusula democrática para iniciar un procedimiento, que podría llevar la suspensión del acuerdo de Diálogo, es lo que pide una resolución aprobada este jueves (29.02.24) por el Parlamento Europeo (285 a favor, 172 en contra y 45 abstenciones).

El deterioro de las libertades con aumento de detenciones predelictivas (sin juicio) y más de mil presos de conciencia, la ausencia de organizaciones disidentes en los diálogos formales con la Unión Europea y también la negativa de La Habana a dejar entrar a una delegación ad hoc del Parlamento Europeo (noviembre 2023) se utilizan como pruebas para afirmar que después de seis años de Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación no hay mejoras ni base para continuarlo. ¿Por eso esta resolución?

Cuba, un caso especial

“Hay que entender esta resolución extemporánea -porque no ha pasado nada urgente a pesar de la grave situación prolongada- como una reprimenda por no haber dejado entrar a la delegación en noviembre. Y aunque, efectivamente, no es Cuba quien debe decidir la composición de las delegaciones del Parlamento Europeo, Túnez tampoco dejó entrar a eurodiputados. Y nadie puso el grito en el cielo, porque los necesitamos para frenar migrantes africanos desesperados”, comenta a DW Mónica Silvana Gonzalez, eurodiputada del bloque socialista que votó en contra de la resolución.

“Es la última resolución de esta legislatura y constatamos que en seis años que lleva en vigor el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación no ha habido avances sino más bien involución con respecto a derechos y libertades”, dice a DW, por su parte, Soraya Rodríguez, eurodiputada del bloque liberal -que junto con la derecha y la extrema derecha- votó a favor del texto.

“La situación social, de seguridad alimentaria y de sanidad en la isla es alarmante. Es un sistema política y económicamente fallido. Y esto no se soluciona con más represión sino todo lo contrario. El lenguaje de nuestras resoluciones -ésta es la sexta desde 2019- se ha ido endureciendo, sí, pero es necesario conseguir algún avance”, apunta Soraya Rodríguez.

En el debate parlamentario, la comisaria de Asociaciones Internacionales, Juta Urppilainen, defendió el acuerdo. “En el contexto actual de grave crisis en Cuba, de una geopolítica inestable, la UE debe mantener su compromiso crítico y constante para apoyar reformas económicas y sociales y estrechar cooperación en cuestiones globales y perspectivas de futuro para todos”, apuntó.

En el marco del programa de inversiones Global Gateway, en preparación se hayan proyectos de biotecnología y apoyo a reformas para facilitar la creación de micro, pequeñas y medianas empresas.

Todo lo anterior, para el ala más dura con Cuba -como con Nicaragua y Venezuela- es darle oxígeno al régimen; según su óptica, la suspensión del acuerdo debería ser inminente. Soraya Rodríguez matiza: “Desde luego debemos prestar la ayuda, la cooperación y la asistencia humanitaria que pueda aliviar al pueblo cubano. Pero debemos exigir que vaya acompañada de reformas. No podemos aceptar que en los diálogos, la mínima disidencia sea apartada”.

Cabe recordar que en casi la totalidad de los acuerdos europeos con países terceros -también en el Centroamérica, el de México y el de Colombia-, se incluye la llamada cláusula democrática, que prevé su suspensión en caso de flagrantes violaciones a derechos humanos. Y, a pesar de evidentes ataques a derechos humanos y libertades, en raros casos se insiste tanto en su activación como en el de Cuba.

“La intención es inequívoca: hay sectores políticos que, en vez de buscar vías de solución, quieren vivir del conflicto y volver a la fracasada posición común”, recuerda Mónica Silvana González, refiriéndose a la política que impulsó, en 1996, el gobierno español bajo José María Aznar y que fue derogada con el acuerdo actual.

“A pesar de la imperativa visión crítica -a las actuales generaciones la revolución y sus valores les quedan lejos y quieren perspectivas hoy-, la Unión Europea no se puede permitir perder un acuerdo”, afirma Mónica González, subrayando el consenso europeo en contra del bloqueo y la inclusión de Cuba en la lista de países que fomentan el terrorismo.

Como fuere, ¿por qué se insiste en activar la cláusula democrática en el caso de La Habana y en otros no? “Creo que esa cláusula está para utilizarse. En éste y en otros acuerdos, no sólo con América Latina. Si no se hace, pasa a ser mera retórica”, responde Soraya Rodríguez.

“En estos casos -como el de impedir que la disidencia tome parte en los diálogos- se debería activar la cláusula. Este instrumento prevé un procedimiento de revisión que puede llevar o no a la suspensión”, aclara.

No obstante, “hace tiempo que deberíamos haber usado el instrumento europeo de sanciones individuales por vulneración de derechos contra el máximo responsable en el gobierno cubano, Miguel Díaz Canel, y contra todas las manos ejecutoras de la represión directa en la isla”, concluye.

Fuente: DW.

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