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Habitantes de Acapulco claman ayuda en medio de saqueos

Personas abandonan la zona severamente dañada por el huracán. Foto: DW.

Personas abandonan la zona severamente dañada por el huracán. Foto: DW.

Los supervivientes del potente huracán Otis que devastó la ciudad turística mexicana de Acapulco, pasaron este jueves (26.10.2023) buscando a sus conocidos y sustrayendo alimentos entre las tiendas destruidas, mientras esperaban que la ayuda llegue rápidamente.

Sin embargo, el resentimiento crecía en los barrios empobrecidos de la ciudad, donde los residentes temían que la atención del Gobierno de México se centre en reparar la infraestructura turística, el motor económico de la ciudad, en lugar de ayudar a los más necesitados.

Amparo Ponce, habitante de un sector popular de Acapulco, vigilaba el agua y los alimentos que sustrajo de un supermercado, al igual que una multitud que salió a buscar víveres tras el embate del poderoso huracán Otis en este puerto del Pacífico, en el suroeste de México.

La mujer, de 57 años, resguardaba los productos frente a un inmenso refrigerador que solía contener frutas, verduras y carne congelada. Como ella, varias personas corren por el comercio buscando alcanzar algo para llevar a sus casas, pero los anaqueles de alimentos, incluso dulces y chocolates, lucen ya vacíos.

“Yo quedé jodida, pero hay gente más jodida”, dijo Ponce entre lágrimas al suplicar ayuda al gobierno mexicano. “Todos salimos a buscar alimentos. En este momento es la alimentación y el agua”.

Personal abre puertas para que la gente tomara lo necesario

Afuera de la tienda, una mujer aseguró que el personal simplemente abrió para que la gente se llevara lo necesario, mientras en las fuerzas de seguridad miraban sin intervenir.

En las calles, muchos caminaban cargando papel de baño, huevo, pan y agua ante la mirada impasible de unos pocos militares desplegados.

Las escenas de personas irrumpiendo en las tiendas para tomar alimentos se repitieron en varias calles en Acapulco.

Algunas personas aprovecharon el caos para también llevarse electrodomésticos como televisores y refrigeradores entre el lodo y los escombros que dejó el huracán. Otros caminaban con cautela y se asomaban a las tiendas esperando encontrar algo, pero las que ya no tienen alimentos permanecen desiertas, a oscuras y con los cristales rotos.

Pobladores se sienten abandonados

“Estamos huérfanos”, aseguró otra persona que dijo trabajar para el gobierno local y quien prefirió omitir su nombre. “Soy funcionario (público) y ve dónde ando buscando comida”, añadió.

“Necesitamos el apoyo del gobierno o de alguien porque la verdad está muy feo. No han venido a apoyarnos todavía, estamos en una situación difícil, complicada, mucha gente tiene hambre”, dijo Arturo Avilés, de 48 años, quien tiene una pequeña tienda de frutas y verduras de donde están subsistiendo él y su familia.

A más de 24 horas del paso del huracán que llegó como categoría 5, la máxima de la escala Saffir-Simpson, la mayor parte del puerto permanece sin luz y con comunicaciones inestables.

Ayuda fluye a cuentagotas

Por momentos se observan algunas camionetas con militares y policías o ambulancias, pero parecieran ser insuficientes para auxiliar a la población o limpiar los estragos.

Pese a que el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que su gobierno ya estaba preparado para el huracán, la ayuda fluye a cuentagotas. La mañana de este jueves trabajadores intentaban con excavadoras liberar los accesos al puerto de lodo y árboles, lo que entorpecía el paso de vehículos.

Los hoteles, comercios y restaurantes de la principal avenida turística del puerto, conocida como “Costera Miguel Alemán” y que bordea la bahía, permanecen vacíos, con los vidrios rotos, muros derrumbados y escombros.

Fuente: DW.

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