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Ecuador: un candidato asesinado en la papeleta electoral
Fernando Villavicencio. Foto: DW.
El asesinato de Fernando Villavicencio no detendrá las elecciones en Ecuador, pero impacta en un proceso electoral que termina bajo el estado de excepción.
El 10 de agosto, en Ecuador, es el Día de la Independencia. Pero esta vez no hay celebraciones, sino duelo. La jornada encuentra al país enlutado por el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, atribuido por el presidente Guillermo Lasso al crimen organizado. Un hecho que sacude a la nación a 10 días de los comicios anticipados, convocados en el marco del mecanismo de “muerte cruzada” que utilizó el mandatario para evitar un proceso de destitución.
“Es un golpe muy duro a una institucionalidad democrática tremendamente frágil, tremendamente complicada desde hace mucho tiempo atrás”, dice a DW Alberto Acosta, economista, quien presidió la Asamblea Constituyente en 2007-2008. Explica que, desde una perspectiva legal, esto no puede detener las elecciones: “No se puede suspender o postergar el proceso electoral. El partido que ha perdido uno de los miembros del binomio, tiene que sustituirlo. En las papeletas aparecerá a cara del asesinado candidato Fernando Villavicencio”.
Impacto electoral
Pero, indudablemente, lo ocurrido tendrá impacto en la votación. “Habrá personas que darán su voto a Villavicencio muerto, en señal de respaldo al candidato. Incluso hay quienes piensan que Villavicencio podría ganar la elección estando muerto”, dice Acosta, relatando lo que ve circular por las redes sociales. “De cualquier manera, el proceso electoral tiene ahora una faceta completamente nueva, y va a ser muy difícil anticipar cuál va a ser esa evolución”, agrega, recordando que ya se cerró la fecha para presentar encuestas.
El asesinato de Fernando Villavicencio no es un hecho aislado en la espiral de violencia que vive Ecuador. Así lo hace notar Mauricio Alarcón, director de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, puntualizando, eso sí, que es la primera vez que se produce un hecho a tan alto nivel. “No solo se reconfigurará el panorama electoral en cuanto a los votos por parte de la ciudadanía, sino que viene a generar más discusión y debate respecto de esa primera preocupación identificada por los ecuatorianos que es la inseguridad”.
Violencia criminal
Este crimen pone el dedo en la llaga. “No olvidemos que Fernando Villavicencio, pocos días antes, y hasta ese mismo día en la mañana, había dicho que iba a denunciar vínculos, inclusive de la fuerza pública y de la Policía Nacional, con grupos del narcotráfico”, indica Acosta. Y Alarcón subraya: “Que estemos en un proceso electoral en el que el Estado y sus instituciones no son capaces de garantizar ni siquiera la seguridad de los candidatos a la presidencia de la República, cuyo nivel identificado de riesgo es alto y que están siendo objeto de protecciones especiales, es terrible. Estamos hablando de que aquí ya no tenemos una democracia plena, no tenemos una democracia con todos sus pilares efectivamente garantizados”.
No obstante, Carla Álvarez, doctora en ciencias sociales y especialista en seguridad, sostiene que la celebración de estas elecciones no solo es posible, sino deseable. Por varias razones: “Una de ellas es que el presidente actual ha demostrado una grave incapacidad para reducir y contener la violencia, y hemos legado a un punto donde los indicadores de violencia e inseguridad son los más alarmantes que ha tenido el Ecuador en toda su historia. Esta incapacidad está reflejada en la ausencia de respaldo por parte de la ciudadanía, puesto que el presidente solo tiene un 13 por ciento de aceptación”. Considera, por tanto, que los comicios permitirían una salida pacífica y democrática a la situación.
Democracia amenazada
La violencia afecta a la democracia de múltiples maneras, además de atemorizar a la ciudadanía. “Hay un desgaste de la credibilidad de las autoridades. Pero, por otra parte, esta violencia y esta criminalidad lo que hacen es impulsar la toma decisiones que tienden a atentar contra los derechos humanos o contra las libertades esenciales de los y las ciudadanas”, advierte Carla Álvarez. Y menciona las restricciones que conlleva el estado de excepción aplicado tras el asesinato de Villavicencio.
Acosta va incluso más allá, al advertir los peligros que acechan: “Hay un grupo de la población que cree que la respuesta es mano dura, que es autoritarismo, incluso están clamando por una intervención de las fuerzas armadas. Una vía dictatorial sería la peor alternativa para Ecuador”.
El resultado de los comicios, en todo caso, es difícil de prever. Y las perspectivas a mediano plazo no parecen muy alentadoras para el próximo gobierno que emerja de las urnas, con el mandato de terminar el período presidencial que inició Lasso. “El panorama es duro y desolador. ¿Qué se va a poder hacer en un año y medio? ¿Qué se va a poder hacer en las condiciones en las que pueda llegar un gobierno sin mayoría en la Asamblea Nacional, con limitaciones presupuestarias?, plantea Mauricio Alarcón. “No quiero sonar a pesimista, prefiero sonar a realista y esperar que haya una propuesta sensata en beneficio del país”.
Fuente: DW.
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