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El lado negativo del fenómeno de los nómadas digitales en Latinoamerica

Los mensajes de búsqueda en grupos de Facebook de nómadas digitales se han multiplicado en América Latina. Foto: DW

Los mensajes de búsqueda en grupos de Facebook de nómadas digitales se han multiplicado en América Latina. Foto: DW

La multiplicación de trabajadores remotos con salarios en dólares o euros ha abierto un debate sobre la inyección económica y el impacto en los precios de vivienda, que fomentan la expulsión de residentes originarios.

¿Quién no ha soñado con trabajar desde una playa paradisíaca, o desde una capital llena de vida, y que, además, el salario le rinda por dos? Esa es una posibilidad que se ha materializado para muchas personas en los últimos años, especialmente gracias a la popularización del trabajo remoto a partir de la pandemia del coronavirus.

Pero lo que para unos es una mejora en su estilo de vida, para otros es una amenaza. Y es que la llegada masiva de nómadas digitales a ciertas ciudades ha abierto un gran debate sobre el impacto que puede tener en el acceso a la vivienda de los residentes originarios.

En noviembre del 2022, por ejemplo, decenas de ciudadanos se manifestaron en México, usando consignas como “Nomadismo digital es racismo estructural”, contra decisiones gubernamentales que promueven la llegada de trabajadores remotos extranjeros y de un acuerdo firmado con la plataforma Airbnb.

Según el portal Nomadlist, Buenos Aires (Argentina), Ciudad de México (México), Medellín (Colombia), Lima (Perú) y Guadalajara (México) lideran, en ese orden, la lista de las ciudades favoritas de los nómadas digitales en Latinoamérica. Ocho de las 15 primeras son mexicanas.

Gentrificación y encarecimiento de vivienda: lo negativo

En entrevista con DW, Juan Carlos Zentella, director de Local and Global Ideas (centro de investigación sobre temas territoriales, urbanos y ambientales), explicó que en Ciudad de México la demanda creciente de vivienda en las colonias Roma, Condesa y Polanco, ha disparado los precios inmobiliarios y, como consecuencia, la expulsión de los residentes históricos de esos barrios.

“La llegada de nómadas digitales es un fenómeno que induce a la gentrificación y al incremento en las rentas de aquellos propietarios que viendo la oportunidad de tener más ingresos no renuevan los contratos a los inquilinos originarios, para buscar nuevos inquilinos a través de plataformas como Airbnb, con precios que duplican o triplican el original”, dice Zentella.

El investigador, hace énfasis, sin embargo, en que estas plataformas han sido “catalizadoras” del aumento en las rentas, pero no son las primeras responsables del fenómeno, porque, insiste, hay políticas gubernamentales que tienen una incidencia previa.

Para Andrés Olaya, analista de políticas públicas, el trabajo remoto ha permitido que jóvenes de clase media de países ricos pasen a ser de clase alta solo con cambiar de país. Asegura que eso incide en la popularidad de las viviendas de los sectores más centrales y con mejor cobertura de servicios, porque ellos pueden pagar mejores inmuebles con sus salarios, en dólares o en euros.

Trying to find a month to month rental in…”, “Looking for an apartment…”, “Planning to work from…” son mensajes comunes en grupos de Facebook de nómadas digitales en Latinoamérica, que se han multiplicado como consecuencia de nuevas políticas de puertas abiertas para trabajadores remotos.

En el mundo, más de 40 países expiden hoy visas especiales para freelancers o “nómadas digitales”. Brasil, Costa Rica, Panamá, Curazao, Belice, México y Colombia son algunos de los que crearon estos tipos de visado entre 2021 y 2022.

Con los requisitos para la emisión esas visas, dice Olaya, los países se “curan en salud” al exigir un mínimo de ingresos, y que no trabajen para una empresa local; es decir, que no afecten el mercado laboral y que tengan un seguro de salud todo riesgo. El problema está, según el investigador, en que no hay una forma de control para que no su presencia no impacte en el mercado inmobiliario.

A pesar de la polémica, Zentella asegura que la gentrificación no sucede solamente por la llegada de nómadas digitales o la expansión de Airbnb, sino que tiene mucho que ver con políticas locales.

Lo positivo: contribución a la economía

“Ellos consumen en negocios, cafés, tiendas y mercados, lo que representa una importante derrama económica”, declara Zentella. El experto destaca que el alquiler de viviendas o cuartos a través de Airbnb es un sustento importante para muchas familias, y que el fomento del turismo significa ingresos para diversos sectores.

De acuerdo con cifras de Airbnb, solo en el 2021, el gasto de los huéspedes, excluidos los ingresos de los anfitriones, “ayudó a generar 4,5 mil millones de dólares en sueldos, salarios y otros ingresos laborales en una variedad de sectores en América Latina y el Caribe”.

¿Hay soluciones?

La opción deseable, según ambos investigadores, implicaría que los Estados tuvieran una determinada provisión de vivienda social sobre la que controle los precios, como ocurre con el modelo vigente en Viena, Austria, por ejemplo.

Pero con una perspectiva más cercana a las capacidades de países como México o Colombia, Zentella advierte que se podría limitar el número de viviendas que en cada barrio se destinan a estadías de corta duración, “para que no no sean solo para turistas y nómadas digitales”.

Estos controles podrían aplicarse, según Olaya, a través de la colaboración de las mismas plataformas. Para el experto, promover el derecho a la centralidad, y a que las personas vivan en lugares céntricos con acceso a todos los servicios es una tarea urgente de los gobiernos locales.

Fuente: DW.

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