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Fiscalía quiere que ex vicepresidente Pence testifique contra Trump por asalto al Capitolio

El Departamento de Justicia quiere interrogarle en la investigación criminal contra el expresidente.

Mike Pence. Foto: El País

Mike Pence. Foto: El País

Mike Pence fue testigo de excepción del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. La negativa del entonces vicepresidente de Estados Unidos a subvertir el resultado de las elecciones que había ganado en noviembre de 2020 el demócrata Joe Biden le valió la ira de Donald Trump y de sus seguidores. La turba coreaba “colguemos a Mike Pence” mientras se abría paso a la fuerza hacia la sede de la democracia. La Fiscalía quiere ahora interrogar a Pence dentro de la investigación penal que sigue contra Donald Trump por aquellos sucesos.

Los planes del Departamento de Justicia fueron adelantados por el New York Times y publicados después por varos medios estadounidenses, citando fuentes anónimas conocedoras de la situación. El fiscal general, Merrick Garland, acaba de nombrar un fiscal especial para que se haga cargo de las investigaciones criminales contra el expresidente Trump, que ha anunciado su candidatura para optar a la presidencia de nuevo en las elecciones de 2024.

Mike Pence ha rechazado la idea de declarar en la comisión parlamentaria que ha estado investigando en la Cámara de Representantes el asalto al Capitolio, aunque nunca ha sido citado formalmente. Públicamente, ha señalado que la separación de poderes le permitía evadir ese testimonio en aplicación del llamado privilegio ejecutivo.

El propio Pence tiene aspiraciones presidenciales, pero su oposición a Trump y su decisión de cumplir los principios básicos de la democracia y certificar en el Congreso la victoria de Biden han hecho caer su popularidad entre las bases republicanas. Testificar en la comisión del 6 de enero le habría puesto de nuevo en el disparadero de Trump. La republicana Liz Cheney lo ha vivido en sus carnes y su participación en dicha comisión le ha valido el rechazo de los votantes republicanos, con lo que se ha quedado sin escaño en el nuevo Congreso.

A diferencia del testimonio en el Congreso, la alegación del privilegio ejecutivo no ha impedido que otros cargos del Gobierno hayan tenido que declarar en la investigación penal. De momento, no ha habido citación ni se espera a corto plazo, pero en caso de haberla podría verse obligado a testificar.

Presiones de Trump

tentó que Pence se negara a certificar la victoria de Biden, subvirtiendo así el resultado electoral. Pence ha declarado en público y ha escrito en su reciente libro de memorias que no tenía la posibilidad legal de hacer tal cosa, pese a la insistencia del que era su jefe. El 6 de enero, antes de que la multitud de seguidores de Trump se dirigiera al Capitolio, Trump arengó a las masas y le pidió a Pence que le hiciera caso: “Mike Pence va a tener que cortar por lo sano y si no lo hace, será un día triste para nuestro país. Y Mike Pence, espero que te plantes por el bien de nuestra Constitución y por el bien de nuestro país. Y si no lo haces, voy a estar muy decepcionado contigo. Te lo digo ya mismo”. Trump le pedía que devolviese certificaciones de votos electorales a algunos Estados. “Si Mike Pence hace lo correcto, ganamos las elecciones, nos convertimos en presidente y vosotros sois felices”, decía Trump a sus seguidores junto a la Casa Blanca, a unos dos kilómetros del Capitolio, y le pedía a Pence en público tener “el coraje” de lo que en realidad era saltarse la ley.

Pence ya dijo en público a principios de este año que Trump “se equivocaba” al creer que tenía poder para subvertir el resultado electoral, pero ha intentado evitar el choque directo con el expresidente. Ahora, Trump parece políticamente más vulnerable. Aunque es muy popular entre las bases republicanas y logró que la mayoría de los candidatos que él patrocinaba se impusiesen en las primarias, su discurso ha mostrado sus limitaciones entre el conjunto del electorado. Los cuadros del Partido Republicano se muestran cada vez más distantes del expresidente y consideran que tendrían más opciones de recuperar la Casa Blanca en las elecciones de 2024 con otro candidato. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, parece la principal alternativa.

Fuente: El País.

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