Connect with us

Mundo

Boris Johnson se enfrenta al rechazo de los diputados tories, que apuestan por Rishi Sunak

El exministro de Economía lanza oficialmente su candidatura con el respaldo de gran parte de los pesos pesados del partido, como la exministra del Interior, Suella Braverman.

El exministro de Economía del Reino Unido y candidato en las primarias del Partido Conservador, Rishi Sunak. Foto: El País

El exministro de Economía del Reino Unido y candidato en las primarias del Partido Conservador, Rishi Sunak. Foto: El País

Boris Johnson se ha enfrentado este domingo a una realidad que desconoce: ha tenido que emplearse a fondo para suplicar el apoyo de al menos cien diputados conservadores, para poder presentar su candidatura a liderar de nuevo el partido. No está acostumbrado el ex primer ministro a que no le quieran o que no se tengan en cuenta sus aspiraciones. A punto de acabar el fin de semana, todavía hay dudas de que pueda llegar a la cifra mágica, y sus dos rivales inmediatos, Penny Mordaunt y sobre todo el favorito Rishi Sunak, han rechazado los intentos de Johnson de pactar una candidatura conjunta.

Esta vez Sunak ha preferido no ser el primero en dar el paso, sino el que más apoyos tiene al darlo. El exministro de Economía del Reino Unido ha anunciado este domingo oficialmente que aspira de nuevo a liderar el Partido Conservador, sumido en una profunda crisis después del breve y catastrófico mandato de Liz Truss en Downing Street. “La decisión que tome hoy nuestro partido será la que determine que la próxima generación de británicos tenga más oportunidades que su predecesora”, ha dicho Sunak en un comunicado. “Por eso me presento para liderar el Partido Conservador y para ser el próximo primer ministro. Quiero enderezar la economía, unir al partido y cumplir con nuestros compromisos con el país”.

Sin nombrar a quien hoy por hoy sigue siendo su principal rival, y durante tres años fue su jefe, Boris Johnson, Sunak ha lanzado un ataque directo al legado del ex primer ministro: “Traeré integridad, profesionalidad y responsabilidad en cada nivel del Gobierno que lidere, y trabajaré día y noche por cumplir con la tarea”, ha asegurado.

Mientras Johnson, que regresaba precipitadamente este sábado a Londres de unas vacaciones caribeñas jaleado por sus hinchas para dar la batalla política, todavía intenta desesperadamente lograr los 100 avales de diputados exigidos para poder presentarse a las primarias, Sunak ha visto cómo en las últimas horas se aceleraba el ritmo de sus apoyos, y alcanza ya los 150 avales. Figuras notables del partido, y, sorprendentemente, personajes muy relevantes de la corriente euroescéptica que un día respaldó a Johnson, se han volcado con la candidatura del exministro de Economía. La última en hacerlo era la exministra del Interior, Suella Braverman, que provocó con su dimisión, la semana pasada, la caída acelerada de Truss. La ex abogada general del Estado, que contribuyó a sostener con sus informes jurídicos gran parte de las consecuencias políticas del Brexit —el endurecimiento de la política migratoria, o el desguace del Protocolo de Irlanda del Norte— era una de las favoritas del ala derecha de los conservadores. Su apoyo a Sunak supone un golpe doloroso para Johnson.

No solo consolidó una imagen seria y eficaz con las medidas económicas que desplegó durante la pandemia. Sunak, que compitió contra Truss en la fase final de las primarias del pasado verano, ya anticipó el desastre que supondrían las recetas de su rival, especialmente la rebaja de impuestos, en un momento tan delicado como el actual, con una inflación galopante y elevados tipos de interés. Acertó en todo, y eso ha consolidado su reputación de candidato serio y fiable, en un momento de crisis existencial de los conservadores. Las encuestas dan ventajas superiores a los 30 puntos porcentuales a la oposición laborista, y vaticinan el hundimiento de los tories.

En las últimas horas se ha sabido de la reunión cara a cara que mantuvieron este sábado Johnson y Sunak, de la que ninguno de los bandos ha informado y de la que, evidentemente, no salió ningún acuerdo. Parte del partido y de los medios conservadores imploran ahora por un pacto Johnson-Sunak que evite una guerra civil en la formación, pero el intento de consenso suena más a maniobra desesperada del ex primer ministro que a una verdadera voluntad de lograr la paz.

A primera hora de este domingo, la agencia PA informaba de que Johnson también había contactado con la candidata Penny Mordaunt. Aunque fue la primera en anunciar oficialmente su esfuerzo por hacerse con el liderazgo del partido, solo ha recabado entre 20 y 30 avales. Mantiene, sin embargo, un alto nivel de popularidad entre las bases y de respeto de muchos de los diputados. Siempre según la agencia citada, Mordaunt ha rechazado la petición del ex primer ministro de que se retirara de la contienda, e incluso le ha advertido de que, de hacerlo, la mayoría de sus apoyos iría a parar a Sunak.

Por mucho que sus seguidores hayan intoxicado a la prensa en las últimas horas con la idea de que Johnson ya tenía los suficientes avales, lo cierto es que el recuento de manifestaciones públicas de apoyo de diputados a su candidatura, realizado por muchos periódicos y televisiones británicas, apenas da 50 avales a Johnson.

Es posible que alcance la cifra de 100, pero también es posible que tire la toalla y repita la maniobra de las últimas primarias: movilizar a sus seguidores para lograr apoyos a la candidatura de Penny Mordaunt. La tercera en la carrera —y la primera en proclamar su candidatura— apenas supera los 20 avales. Pero, como ocurrió con Truss, si los fanáticos de Johnson y enemigos declarados de Sunak —le acusan de ser el Judas que, con su dimisión, provocó el hundimiento de quien era su jefe— se vuelcan con Mordaunt, las posibilidades del exministro de Economía de llegar a la meta se verían reducidas.

Este lunes, a la dos de la tarde (las tres, en horario peninsular español) se cierra el plazo para presentar candidaturas. Las nuevas reglas —diseñadas por la dirección del Partido Conservador para acelerar unas primarias que añaden incertidumbre a una situación económica ya muy incierta— establecen que si solo un candidato supera los 100 avales, ese sería el ganador. Si lo logran los tres (hay 357 diputados conservadores), una primera votación de descarte, el lunes por la tarde, en el grupo parlamentario, eliminaría al menos votado. Habría una segunda votación, orientativa, entre los dos finalistas, para que los afiliados supieran la inclinación de sus diputados. Y finalmente, a lo largo de la semana, se abrirían urnas virtuales para que las bases pudieran votar por internet. En ese caso, el vencedor se proclamará el viernes.

Fuente: El País.

Click para comentar

Dejá tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Los más leídos

error: Content is protected !!