Pascua y fe: ocho iglesias brasileñas que son patrimonio arquitectónico

Las iglesias en Brasil no son solo lugares de devoción religiosa, sino verdaderos monumentos arquitectónicos, construidos con características peculiares, desde construcciones barrocas hasta diseños modernistas reconocidos mundialmente y, en su mayoría, compuestos por obras sacras firmadas por grandes artistas brasileños.

Iglesia de San Francisco de Asís, Belo Horizonte

Un verdadero museo en forma de templo, la Igreja de São Francisco de Assis (también conocida como Igreja da Pampulha), fue encargada por Juscelino Kubitschek, entonces alcalde de Belo Horizonte, al célebre arquitecto Oscar Niemeyer. Además de las curvas tradicionales en los monumentos diseñados por Niemeyer, el interior del templo también tiene bellas obras de arte, entre ellas los paneles del artista plástico Cândido Portinari.

Nuestra Señora de Aparecida, Parque Nacional de Tijuca, Río de Janeiro

Muchas personas no lo saben, pero en lo alto del Corcovado, en la base que sostiene la estatua del Cristo Redentor, hay una pequeña capilla, impecablemente decorada y con vocación internacional: después de cada misa se da la bendición en siete idiomas.  No es para menos al estar ubicada en el monumento más visitado de la ciudad, desde donde al salir de la capilla se pueden divisar las bellezas como la playa de Flamengo, el puente Rio-Niteroi, el Pão de Açucar, la Laguna Rodrigo de Freitas y las playas de Copacabana e Ipanema.

Nuestra Señora de Loreto, Ilha dos Frades, Bahía

Construida entre 1640 y 1645, la Iglesia de Nossa Senhora do Loreto representa una de las postales más bellas de Ilha dos Frades. Se encuentra en Ponta do Loreto, prácticamente en el centro de Baía de Todos os Santos, municipio de Salvador (Bahía). Ilha dos Frades es un pequeño paraíso lleno de paisajes naturales, historia, cascadas y vegetación típica de la Mata Atlántica. Ilha do Frade está a una hora y media de viaje, saliendo del terminal marítimo de Salvador, ya que la única forma de acceder a ese paraíso natural es por vía marítima.

Iglesia de Nuestra Señora de Brasil, São Paulo

La parroquia es el principal punto de referencia del barrio paulistano de Jardim América, ubicado en el oeste de la capital. Inspirado en la construcción de la Iglesia de São Francisco, en la ciudad minera de Ouro Preto, su estilo neobarroco destaca en sus paneles de cerámica, hechos a semejanza de los de la Iglesia de San Basilio de Moscú.

Catedral Metropolitana, Brasilia

Primer monumento arquitectónico construido en Brasilia, este templo es una de las obras más célebres firmadas por el arquitecto Oscar Niemeyer. Por fuera está rodeada de un estanque que da la impresión de estar sumergida, y en el interior lleno de vitrales que filtran el ardiente sol de la ciudad, tres ángeles esculpidos por Alfredo Ceschiatti dan la impresión de que vuelan sobre nuestras cabezas. También son destacables las esculturas de bronce que se encuentran en la plaza de acceso.

Nuestra Señora de Lourdes, Canela, Rio Grande do Sul

Popularmente conocida como Catedral de Pedra, la Iglesia de Nossa Senhora de Lourdes es un hito en la ciudad de Canela, en las Sierras Gaúchas. Sus vitrales representan las letanías de Nuestra Señora, y un cuadro tallado también en el interior narra la Última Cena, un punto turístico de la región central que todo amante del estilo gótico debe visitar.

Nuestra Señora en Portas do Carmo, Ouro Preto, Minas Gerais

Este importante templo católico es un notorio ejemplo de la tradición rococó en Brasil. También es un monumento catalogado por el Instituto do Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (IPHAN), que resalta la importancia del acervo no solo de la iglesia, sino también de la ciudad. Los altares laterales fueron realizados por João Nepomuceno Correia e Castro, modificando la creación original de 1779 de autor desconocido, mientras que el frontispicio de piedra tallada fue firmado por Aleijadinho, el célebre escultor que vivió en la zona entre 1738 y 1814.

Iglesia y Convento de San Francisco, Salvador, Bahía  

Una de las iglesias más lujosas de Salvador fue fundada en 1686 por el superior franciscano Frei Vicente das Chagas. Su fachada es simple, pero su interior es para dejar boquiabierto a cualquier visitante por su sofisticación. Decorado en tallas doradas, el piso es de mármol de colores que representan hojas; todo el complejo expone el estilo barroco brasileño, está clasificado como una de las Siete Maravillas de Origen Portugués en el mundo. Como parte del centro histórico de Salvador, también tiene el título de Patrimonio de la Humanidad.

“El turismo religioso es tendencia en Brasil -y en el resto del mundo- y podemos recibir aún más visitantes paraguayos -y de todo el Mercosur- en busca de esa conexión espiritual que es también una inmersión increíble en la historia y cultura de Brasil”, comenta Silvio Nascimento, presidente de EMBRATUR. “Estos templos, esparcidos por todos los rincones del país, narran desde nuestra historia colonial hasta el pasado reciente, en los años 50 y 60, ofreciendo mucho contenido no solo para el turista religioso, sino para todos los amantes de la historia y la arquitectura”.