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El volcán forma otro gran río de lava tras unas horas de pausa y se acerca al mar

El volcán de La Palma ha entrado este lunes en una nueva fase en la que vuelve a generar fuertes explosiones de tipo estromboliano y ha formado una gran colada de lava que desciende desde su cono principal por el camino abierto por las anteriores, tras una jornada en la que pareció detenerse de forma súbita y su actividad cesó durante horas.

Sin contar con la gran cantidad de lava que está expulsando desde esta noche, esta erupción ya había superado en solo siete días la última ocurrida en La Palma, la del Teneguía de 1971: del nuevo volcán han salido en una semana 46,3 millones de metros cúbicos de materiales, mientras que el Teneguía movió 43 millones en 24 días.

Fuente: El Confidencial.

Y lo ha hecho tras avanzar con rapidez este domingo por el pueblo de Todoque, arrasando nuevas edificaciones, entre ellas la iglesia, y llegar hasta la montaña de este barrio de Los Llanos de Aridane, el último obstáculo que le queda por sortear hasta llegar al mar.

Según el último dato que maneja el comité científico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), la lava estaba esta tarde a unos 800 o 1.000 metros en línea recta de la costa.

Como medida de precaución, ante una eventual emanación de ácido clorhídrico por la reacción del material incandescente con el agua del mar, que como mucho supondría afecciones leves en bronquios y ojos, se mantiene el confinamiento de los cuatro núcleos poblacionales de Tazacorte más cercanos al lugar donde previsiblemente la lava caiga al mar.

Explosiones pueden regresar

Los ceses temporales en la actividad del volcán no implican que las explosiones no puedan regresar de manera repentina, había advertido la directora en Canarias del Instituto Geográfico Nacional en Canarias, María José Blanco.

Esas horas de calma coincidieron con una bajada en la señal de tremor y un desplazamiento del enjambre sísmico hacia el sur de la isla, a profundidades de unos 10 kilómetros, en una ubicación similar a los movimientos que se detectaban una semana antes de la erupción, cerca de Fuencaliente, pero de momento esto no permite anticipar nada seguro sobre la evolución.

Según las últimas mediciones del sistema de satélites de observación terrestre Copernicus la lava, que en algunos tramos llegan a alcanzar un grosor de hasta 50 metros, ha afectado a 513 viviendas y una superficie de 237,5 hectáreas, 27,5 más en apenas 24 horas.

El área que cubren las cenizas del volcán se ha extendido hasta las 1.507 hectáreas (193 más que la última estimación) y son 18,9 los kilómetros de carreteras destruidas por el avance de las coladas.

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