Sputnik V tiene una eficacia declarada del 91,6% tras los ensayos clínicos efectuados a finales de 2020 y se usa en países como Rusia, Argentina, México y Hungría, pero variantes como la alfa (B.1.1.7) y la beta (B.1.351) no estaban presentes en Rusia durante el periodo de prueba.
La investigación que publica Nature Communications se realizó con muestras de suero de doce personas en Argentina un mes después de haber recibido las dos dosis del preparado ruso.
Por ello, el equipo dirigido por Benhur Lee analizó la capacidad neutralizante de esta vacuna frente a esas variantes y concluyó que la Sputnik es “eficaz para neutralizar” la alfa, pero “no es tan eficaz” contra la beta, indica Nature Communications.
El equipo usó virus recombinantes portadores de las mutaciones de la proteína Spike (la que usa para entrar en las células humanas) que se encuentran en las variantes alfa y beta.
Además, analizó la mutación E484K que se da también en la proteína S y que está presente además en otras variantes como la gamma (Brasil), indica que la capacidad de escapar a la neutralización de los anticuerpos en las muestras analizadas “sugiere que el control de algunas variantes emergentes puede beneficiarse de vacunas actualizadas”.