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Navalny reaparece enfrentando a Putin y sus partidarios son acusados de “extremistas”

Después de su huelga de hambre Navalny volvió a ser visto. Foto: El Mundo.

Después de su huelga de hambre Navalny volvió a ser visto. Foto: El Mundo.

El líder democrático y opositor ruso, Alexei Navalny (44), después de su huelga de hambre fue visto muy delgado y agotado en la videoconferencia del actual proceso que padece en el sistema judicial sometido al Kremlin. Encarcelado en una colonia penitenciaria al norte de Moscú, Navalny aprovechó la oportunidad para impugnar la farsa del nuevo juicio que se le sigue, acusado esta vez de haber insultado a un veterano ruso de la Segunda Guerra Mundial. El líder disidente es el principal crítico ruso que tiene el neototalitario régimen de su país encabezado por Vladimir Putin.

El lunes 26 de abril la fiscalía de Moscú había informado que pidió la declaración judicial de “extremistas” para los seguidores de Navalny y en consecuencia prohibió las actividades de los “QG Navalny”, organizaciones generales y regionales de sus partidarios. La resolución también afecta al Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK según la sigla en ruso) creado por el opositor. Los partidarios de Navalny tienen prohibido organizar concentraciones, participar en elecciones, publicar en Internet y tener cuentas bancarias. Debido a ello el movimiento político del disidente ruso anunció que disolvía oficialmente su red de oficinas regionales en toda Rusia.

La vista judicial de Navalny permitió que por primera vez su imagen y voz llegaran al exterior de la prisión. Hacía poco que se vio obligado a levantar su huelga de hambre de tres semanas de duración, iniciada en protesta por las ilegales e ilegítimas persecuciones que padecen él y sus seguidores. El ayuno autoimpuesto lo cumplía en el hospital penitenciario y lo abandonó debido al grave deterioro de su salud y a raíz de la detención de dos millares de manifestantes partidarios suyos.

Navalny cumple una injusta pena privativa de libertad de dos años y medio de cárcel por un supuesto fraude que las autoridades rusas le acusan de haber perpetrado tiempo atrás. La condena la rechazan tanto la Unión Europea como distintas oenegés democráticas de Europa y el mundo. La prensa mundial también sigue el caso día a día.

“Ayer fui a darme un baño… Había un espejo y me miré: solo soy un horrible esqueleto”, dijo Navalny a los jueces en una grabación de sonido que según el diario francés “Le Monde” ha emitido “Dojd”, un canal independiente de la televisión rusa. Los abogados del líder disidente informaron que Navalny perdió veintidós kilos en la huelga y que pesa lo mismo que cuando era un adolescente.

La vista judicial decisiva será la del próximo 17 de mayo. Los partidarios del líder opositor dan su caso por perdido y les espera hasta seis años de prisión cuando los fiscales les inicien causas bajo la acusación de ser “extremistas”. Eso hizo que Leonid Volkov, coordinador de los disidentes, lamentara la disolución obligada de las organizaciones prodemocracia. Justificó la medida diciendo que “mantener el trabajo de la red de Navalny en su forma actual conduciría inmediatamente a cargos de extremismo e implicará sentencias penales para quienes trabajan allí”.

Con información de Periodistas-Es y El Mundo-Es

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