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Las ballenas azules vuelven a las islas del Atlántico Sur

El regreso de las ballenas azules a las aguas de las Islas Georgias del Sur es una realidad y probablemente ha estado en marcha por un tiempo, dicen los científicos.

Cuando se realizó un estudio en este Territorio Británico de Ultramar a principios de este año, se observaron 58 ejemplares de estos animales.

Se consideró “asombroso” en ese momento porque había habido muy pocos avistamientos anteriormente.

Pero una reevaluación de 30 años de datos de observación sugiere que esta cantidad de cetáceos registrada no fue una anomalía.

Lo más probable es que indique que realmente están regresando a las aguas de la isla subantártica.

Epicentro de la caza comercial

Las Islas Georgias del Sur, son conocidas, por supuesto, por haber sido el epicentro de la caza comercial de ballenas a principios del siglo XX.

Los barcos de vapor, con sus arpones con punta de granada, diezmaron todas las grandes poblaciones de ballenas, y en el punto máximo de la carnicería se eliminaban 3.000 ballenas azules al año.

Y mientras los elefantes marinos, que también fueron muy explotados, lograron recuperarse a niveles históricos con relativa rapidez, las ballenas, y las azules en particular, no lo hicieron.

Su ausencia mucho después de que terminara la caza comercial de ballenas incluso llevó a algunos expertos a preguntarse si estas majestuosas criaturas volverían a ser vistas en cantidades significativas en las Islas Georgias del Sur.

“Se presentó como un ejemplo de cómo se puede explotar a una población más allá del punto en el que se puede recuperar”, le dijo a la BBC Susannah Calderan, quien dirigió el estudio más reciente.

“Memoria cultural”

Es posible que a medida que la población colapsaba, las ballenas azules simplemente perdieran la memoria cultural que las había atraído a Georgia del Sur en primer lugar, indicó la investigadora de la Asociación Escocesa de Ciencias Marinas (SAMS).

Este Territorio Británico de Ultramar se encuentra en la ruta de migración de una masa de organismos que provienen de la Antártida.

Esta masa de alimentos incluye abundantes kriles, los pequeños crustáceos que adoran las ballenas.

Pero debido a que quedaron tan pocas ballenas azules, es posible que el conocimiento de la zona de alimentación no se transmita a las siguientes generaciones.

Entonces quizás ahora han vuelto a descubrir esta “despensa”, especula Susannah Calderan. “Las Islas Georgias del Sur siguen siendo un lugar de alimentación extremadamente productivo. Nunca ha pasado nada con su productividad. No es que las ballenas dejaran de venir porque no quedaba nada para comer”.

La científica de la SAMS, junto con sus colegas, ha revisado todos los datos de observación de ballenas azules en las Islas Georgias del Sur de las últimas tres décadas.

Estos incluyen los estudios sistemáticos que han realizado los investigadores y los informes que llegan de marineros y de los cruceros, cuyas visitas a las Islas Georgias del Sur han aumentado.

El estudio también incluye datos de acústica: el uso de dispositivos de escucha, como sonoboyas, que se colocan en el agua para detectar las llamadas estridentes y de baja frecuencia que hacen las ballenas azules.

Toda esta información apunta a un aumento gradual de la presencia de ballenas azules alrededor de la isla en los últimos años.

Incluso antes de la notable observación de 58 ballenas azules en febrero, un total de 41 ejemplares de la especie habían sido identificados con fotografías frente a Georgia del Sur entre 2011 y 2020.

Fuente: BBC

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