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Estudio rechaza creencia sobre las capacidades de los dodos

Dodo. Foto: DW.

Dodo. Foto: DW.

Una investigación asegura que estas aves extintas no eran ni lentas ni torpes, sino que tenían fuerza y eran veloces. El dodo era un ave no voladora que habitaba la isla de Mauricio hasta finales del siglo XVII.

La principal creencia o mito sobre el dodo (Raphus cucullatus) sugiere que, como era un ave torpe y lenta que no podía volar, entonces estaba condenada a su extinción.

Efectivamente, a finales del siglo XVII, esta ave originaria de la isla de Mauricio dejó de existir. Sin embargo, no era ni torpe ni lenta, sino que todo lo contrario, según afirma un estudio publicado el viernes (16.08.2024) por la revista Zoological Journal of the Linnean Society.

Un animal activo y veloz

“Se ha escrito más sobre el dodo que sobre cualquier otra ave, pero no se sabe prácticamente nada de su vida”, afirma en un comunicado de la Universidad de Southampton

el coautor Julian Hume, paleontólogo aviar del Museo de Historia Natural de Londres.

La evidencia demuestra que las garras del dodo “eran excepcionalmente potentes, análogo al de las aves trepadoras y corredoras que viven hoy en día. Es casi seguro que el dodo era un animal muy activo y veloz”, agrega en el reporte Neil Gostling, autor principal.

Clasificación contradictoria y caótica

El equipo de investigadores recopiló 400 años de bibliografía científica sobre estas aves extintas. El principal problema es que la nomenclatura para definir a los dodos ha sido confusa, contradictoria y caótica.

Al igual que su pariente más cercano, el solitario de Rodrigues (Pezophaps solitaria), el dodo se extinguió muy rápido para poder ser estudiado y comparado con otras especies de aves, por lo que faltó evidencia para clasificarlo en una categoría correcta.

De hecho, gran parte de lo que se escribió sobre el dodo y el solitario se basó en relatos de marineros holandeses, representaciones de artistas y restos incompletos.

Variedad de nombres

Una muestra de su confusa clasificación es la gran variedad de nombres que el dodo ha recibido: Didus ineptus, Didus cucullatus, Struthio cucullatus, hasta llamarse finalmente R. cucullatus.

“Tanto el dodo como el solitario desaparecieron antes de que tuviéramos la oportunidad de comprender lo que estábamos viendo”, explica Neil.

Palomas terrestres

Mark Young, coautor principal del nuevo estudio, asegura en el comunicado que en el siglo XVIII y principios del XIX “se consideraba que el dodo y el solitario eran bestias mitológicas”.

Pero gracias a este trabajo, los investigadores pudieron confirmar que ambas aves pertenecían a la familia de los colúmbidos (palomas y tórtolas).

“Fue la ardua labor de los científicos de la era victoriana la que demostró finalmente que el dodo y el solitario no eran mitológicos, sino palomas terrestres gigantes”, agrega.

Extinción provocada por el hombre

Antes de la llegada de los humanos a la isla de Mauricio, el dodo no tenía ninguna amenaza que pudiera poner en peligro su existencia. Pero según los investigadores, la introducción de otros animales provocó su desaparición.

“Estas criaturas estaban perfectamente adaptadas a su entorno, pero las islas en las que vivían carecían de depredadores mamíferos”, plantea Gostling.

Los humanos trajeron consigo ratas, gatos, cerdos y otros animales, por lo que “el dodo y el solitario no tuvieron ninguna oportunidad”, concluye.

Fuente: DW.

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