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Lifestyle

Me enamoré de otra

Tu pareja se enamora de otra. Foto: Glamourmx.

Tu pareja se enamora de otra. Foto: Glamourmx.

POR Sandra Lustgarten
Psicóloga y sexóloga.

“Se viene la noche”, y la noticia más injusta que uno pudiera escuchar. El amor es así, responde él, un día se acaba y hay que volver a empezar. Los 40 años de matrimonio han dejado solo una sensación amarga detrás de la noticia inesperada, pero cuando se experimenta ese vacío que deja el desenamoramiento,  nada más real que decir la verdad.

El miedo a que se desmorone todo, cuarenta años que parecen no ser nada se difuman en un segundo, todo queda enlazado en una decisión final, esa agonía de los últimos tiempos que detiene toda  motivación aparejada con la desesperanza, los sueños que se vuelven diferentes y objetivos contrariados  que se descubren ya en la agonía de esa relación.

Las parejas que descubren se sienten defraudadas cuando descubren que hay otra u otro en la relación, sienten el dolor de la traición, algo se quiebra, la confianza se pierde, y este sentimiento se padece como irrecuperable, ¿El amor no era real?, ¿Y todo lo compartido?, preguntas que se hacen cuando buscan el motivo por el cual deben ser víctimas de ese engaño.

La rutina enferma la relación, algunos hombres también se sienten abandonados, las responsabilidades cotidianas desganan a la gran mayoría de varones y esto sobrecarga la relación y termina afectando el vínculo. Muchas veces el desenlace es el pase de facturas, cuestiones pendientes o no resueltas, cosas que nunca van a acomodar.

La convivencia parece ser el objetivo ideal en muchas parejas, y en esta instancia termina siendo la agonía de matrimonios que se sumergen en la monotonía, les cuesta cambiar cuestiones de roces, respetar las reglas de convivencia, lograr acuerdos, ceder lugares buscar espacios de encuentros y sostener la frecuencia íntima, que es una forma de reconstruir un vínculo que empieza a expresar signos de enfermedad.

Qué fácil es cambiar la mirada y ver que en otra persona encuentran la paz, el sexo y la pasión, se vive una renovación, y aparece un nuevo desafío.

“La otra” es tal vez el puente para liberarse del desgaste, recuperar el deseo, las ganas de vivir, la frecuencia en el sexo, la vitalidad perdida o en general constatar las dificultades sexuales, cuando amenazan la vida íntima.

Algunos hombres que atraviesan esta etapa, se sienten deprimidos como característica general, experimentan apatía sexual, están abatidos y no encuentran una motivación verdadera. La crisis se enfrenta de forma inmadura, evitando el conflicto interno y buscando un salvavidas que lo ayude a salir del lugar donde se sienten apresados. Al principio lo experimentan como una nueva oportunidad, se sienten renovados, joviales, viriles y recuperan la autoestima perdida.

Me enamoré de otra… viene a irrumpir en la vida de una pareja tipo, sumergida en responsabilidades, los hijos que se fueron, la casa, el trabajo, los nietos… A cierta altura de la vida, las etapas evolutivas juegan a modo de ruleta rusa y le toca a quien le toca, así al azar una pareja experimenta que le llegó el turno y de un momento a otro sienten angustia, se vivencian atrapados en una convivencia monótona, la rutina afecta la vida emocional de la pareja creando conflictos permanentes, situaciones que no se pueden dilucidar, que se traban en una comunicación deficiente, se sienten atrapados en la confusión y el pánico, y buscan la salida.

Algunos en “la trampa” encuentran un nuevo incentivo, la infidelidad viene a ser un experimento lúdico, la única alternativa de salir de donde están insertos, una experiencia que los aleja del miedo al final de su vida sexual. Detrás de esa incertidumbre y falta de respuestas, buscan causas que justifiquen que el amor se terminó y por eso necesitan renovarse, o que tienen la necesidad de nuevas fantasías, o que se sienten cambiados, etc. Ya no hay barreras, los hijos en el medio de la cama, las horas destinadas a tareas que no sean de placer, falta de tiempo para las caricias, tener sexo apurado y salidas esporádicas. Es así como la nueva conquista, recupera el deseo, encontrando en ese nuevo objetivo la solución a los conflictos.

El lenguaje del cuerpo muestra el paso del tiempo, la falta de respuesta, cómo juega el miedo al fracaso cuando se acaba el amor, esto despierta ansiedad y angustia, además de una gran sensación de falta de herramientas para controlar estas emociones. La necesidad de incentivar la vida íntima se presenta como algo fundamental para quien se siente perdido en una vida de pareja que ya no lo estimula, siente apatía y no puede distinguir bien que le pasa.

Volver a enamorarse nutre a la persona, y le da el beneficio de sentirse joven, hay cosas que se pueden volver a intentar, es una apuesta a la vida. La edad deja de ser un impedimento para recomponer el deseo, un nuevo estímulo también presenta contraindicaciones en muchos varones que sienten que están expuestos a la forma de responder sexualmente. Las mujeres, sin embargo, después de la menopausia tienen muchas condiciones para disfrutar de su sexualidad, por sobre todo cuando descubren tips que las ayudan a sortear los signos que se manifiestan producto de esta etapa evolutiva.

El miedo al embarazo ya no es una causa de evitación sexual ni de fracaso, la mujer adquirió autonomía aprendiendo a cuidarse con anticonceptivos, lo que mejoró indudablemente en la apuesta al vínculo íntimo, el contacto se disfruta más y la mujer puede dedicar más tiempo al disfrute sin presuras, esto también condiciono positivamente en él varón, la mujer aprendió a pedir más, a educar al varón en su afán de disfrutar, pero creo que sin duda esto fue el detonante de la promiscuidad sexual; la posibilidad de tener más frecuencia sexual sin riesgo al embarazo.

El varón en la andropausia logra disfrutar más del juego amoroso y erótico, le gusta que la mujer lo estimule y así lo ayude a responder inmediatamente, ya que el temor que tienen respecto al funcionamiento es algo que los condiciona, por sobre todo cuando ya hubieran tenido algún signo de impotencia y la consecuencia es la idea de que van a fracasar, lamentablemente esto sucede en un gran porcentaje de hombres en diferentes etapas de la vida y en general es una consecuencia psicológica y no clínica, producto del miedo que impacta con mayor fuerza llegando a la mediana edad, la sugestión muchas veces es la peor enemiga de que se cumple la profecía de enfermedad.

En la actualidad la mayoría de las parejas se separan por la intromisión de un tercero, muchas han llegado a acuerdos tácitos de permisos de tríos o de compartir parejas, otras buscan recomponer y lo logran, recuperan la mirada de la persona que está intentando salir de la relación, frente al peligro real del fin de la relación logran recomponerse vínculo y la infidelidad sirvió solo para volver a conectarse con el otro y establecer acuerdos que faciliten la comunicación entre ambos.

El hecho de que alguien piense que un enamoramiento es señal de que todo se termina es bastante pesimista, puesto que en muchas ocasiones las personas necesitan corroborar sentimientos, poner distancia y conectarse con las emociones, este camino permite revalorar el vínculo y recuperar el sentimiento amoroso.

Si bien algunas estrategias son posibles bombas de tiempo en una relación, hay ocasiones en las que sirven para reavivar la magia, buscar nuevas posibilidades de encuentro, comunicar las cosas que están siendo disfuncionales y
modificar un modelo que es perjudicial.

Instagram: @sandralustgarten

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