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Lifestyle

La infidelidad, ojos que no ven… corazón que no siente

Foto referencial. Ultimasnoticias.ec

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POR Sandra Lustgarten
Psicóloga y sexóloga.

Quien sufre la infidelidad siente que se fisura la confianza, el sentimiento que provoca es muy doloroso, ya que las personas que transitan esta situación se sienten abusados emocionalmente. La infidelidad corrompe la confianza depositada en la otra persona, se vive como una traición, pero aun así dan cuenta de que vuelven en la gran generalidad a apostar al menos una vez más, ya que sienten que fue producto de una confusión o la necesidad de vivir una nueva experiencia no volverá a suceder, se sienten confundidos, con incertidumbre y colocan la culpa afuera.

¿Por qué somos infieles? 

Muchas personas caen en la infidelidad sin planificarlo, según refieren, “se dio de esa manera” y así lo justifican, sucedió sin buscarlo, dicen. Algunos hombres se sienten confundidos o necesitan huir o evitar algún compromiso. Las mujeres suelen aclarar en consulta que a veces sintieron la necesidad de encontrar afecto, la falta de la mirada de su pareja deteriora la autoestima y declaran que buscaron tener más atención, justifican la infidelidad con el abandono del otro. También la existencia de heridas que no han cicatrizado, y cuestiones que no se han resuelto de la
historia personal.

Suelen existir personas que hacen referencia a un malestar intenso que se evidencia en la comunicación con la pareja, y que esa es razón suficiente para justificar la ausencia de gratificaciones.

La culpa la tiene el otro

Todas son una razón más para ser infiel

Es muy común que las parejas no sean conscientes de lo que provocan en el ánimo del compañero, algunas actitudes solo causan rechazo y apatía. La falta de sexo se produce por la carencia de estímulos que motiven ese deseo, que pueden estar asociados a conflictos ligados a los acuerdos que se rompen defraudando la confianza y provocando desesperanza, o en aquellas cosas que se fueron perdiendo en el tiempo, con comentarios típicos como, “antes me daba atenciones permanentes, y fue dejando de hacerlo…”

¿Cómo se vive una infidelidad?

La mayoría que atraviesa esta situación en la pareja, siente una gran impotencia y un sentimiento de injusticia, se experimenta con mucha desilusión aunque pueda existir la oportunidad de remediar el dolor. En un primer momento, la solución parece ser la ruptura, el sentimiento de impotencia da cuenta de la debilidad que se experimenta para olvidar e incursionar en el desafío de la reparación. Estamos en un escenario en el que un gran porcentaje de parejas sienten que pierden la brújula, se detienen en el tiempo y se esmeran por recuperar lo perdido.
El resultado de esta conducta, es que puede dejar herida la susceptibilidad de la otra persona, quien queda en un estado de alerta por un largo periodo de tiempo hasta que pueda subsanar la herida, experimentando la vivencia del miedo por mucho tiempo.

¿Existe la fidelidad eterna?

Ser fiel es una utopía en los tiempos modernos en que las relaciones abiertas dan la oportunidad a los amantes a ventilarse de relaciones que entran en la rutina, así transitan la vida evitando el miedo al fracaso. La receta mágica en muchas parejas en crisis, el resultado final es dudoso y se corre el riesgo de la corta distancia a la ruptura.

Sin duda la experiencia indica que existen otras formas de recomponer una relación más sanas para la pareja que la de sobrevivir a una infidelidad, muchos sienten que revalorizan al otro cuando descubren que la persona amada es objeto del deseo de otros y el temor a perder el amor afianza la relación.

¿El infiel puede cambiar?

La angustia que desata en los solteros eternos estar en pareja, implica aceptar la renuncia a muchas cosas como la diversidad en el amor sexual. Entre tantas es común perder el miedo a enamorarse sin pensar en forma negativa. Muchos expertos coinciden que el impacto emocional que provoca la infidelidad es tan intenso que pueden provocar estrés postraumático, y este se manifiesta en personas huidizas al compromiso. El miedo a volver a ser engañado, si se vivió esa experiencia, o dudas sobre no poder estar en una relación estable, el engaño produce un gran temor y una notable inestabilidad emocional, afectando la autoestima y ocasionando una gran inseguridad. Es una grieta en la vida de las personas que lo experimentan, y la curación lleva tiempo, algo se rompe y tarda en rehabilitarse. Sobrevivir a esta situación tan violenta implica acompañamiento terapéutico, el terapeuta pueda trabajar la frustración, trabajar sobre las ideas de repetición, y los malos presagios, ayudando a la víctima que recupere la confianza en sí misma Este es un verdadero reto de la pareja, ahuyentar los fantasmas que impiden restablecer la confianza de uno en el otro.

El miedo a no superar el miedo vs. el miedo a la traición

En la experiencia en el consultorio algunas mujeres refieren que durante mucho tiempo siguen soñando que sus parejas le son infieles, sienten que reviven la situación una y otra vez o que transitan experiencias similares con nuevas parejas dificultando cualquier nuevo vínculo, esto motivaron conductas de celotipia en sus relaciones, este tipo de conductas también afectó la relación provocando sensaciones de asfixia producto de la persecución. Muchas personas sienten dudas respecto a si preferían desconocer la infidelidad de su pareja, “ojos que no ven corazón que no siente”, ya que desde que se familiarizan con la noticia cambia sus vidas, un antes y un después que las inquieta, curioseando en la vida del otro, desconfiando de todo convirtiendo en un martirio la vida de relación adaptándose a esta modalidad de vida definitivamente.

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