Cuando uno no quiere, dos no pueden

POR Sandra Lustgarten

Psicóloga- Sexologa Matrícula .N 19529

En todas las épocas, hacer el amor requiere del consentimiento entre dos, muchas parejas acuden a consulta con inquietudes diversas respecto a lo que les sucede a puertas cerradas en su dormitorio, la evitación es un tema de todos los días, y aunque al principio solo dejaba un sabor a una cuestión que deviene después de la maternidad, cuando no se han trazado ciertos límites en lo que respecta a los niños duermen en la cama de los grandes y los grandes de esta manera evitamos el contacto, tenemos la excusa perfecta y no nos sentimos ni culpables y mucho menos responsables.

Es casi popular la creencia de que cuando uno de los dos evita la intimidad, el contacto mínimo, besos, caricias, juego y como olvidarlo el hecho de estar a solas con la persona que se ama, entonces algo muy serio está sucediendo en esa relación y debe tratarse.

Dejar que las cosas pasen, tratando de dar una explicación que se amolde a la situación, mirar para otro lado, sostener esa evitación de la pareja con el criterio de que poner todo sobre la mesa no es una buena estrategia, se podría confundir con acoso, se podría malinterpretar o simplemente se podría dar una situación en los protagonistas de total comodidad que de hecho es lo que normalmente sucede.

Hay que tener empatía con el otro

Decir que definitivamente uno debe ser empático con el otro y tolerar la distancia, el rechazo sexual, enmendar de alguna forma por medio de palabras que solo tienden a tapar lo que ocurre en realidad en el contexto de la relación y que sin duda no hallara forma así de que se corrija.

El rechazo es el mayor enemigo de la pasión, sin duda así sienten la mayoría de los involucrados cuando se perciben evitados en una relación, y ciertamente sucede aún en los casos donde la pareja permanece en matrimonio, sin embargo, duermen en cuartos separados. Algunos lo llaman traición, otros despliegan un abanico de temores al respecto en cuanto a la infidelidad o el engaño propiamente dicho, parejas múltiples, pero también por qué no, pérdida del deseo y temor de haber fracasado en el amor.

Las técnicas que ayudan a entender el conflicto de la pareja

Las parejas suelen encerrarse en sus propias percepciones respecto a lo que estuviera sucediendo, no se trata de la confianza solamente, sino de que cuando una pareja empieza a distanciarse y de estas cosas no se hablaron, no fueron cediendo algo, el trineo de quien termina siendo el más dañado lleva a una desleal competencia en la pareja que solo provoca más dolor.

Las miradas del desamor y el temor

La conocida falta de complicidad que los sumerge en un sentimiento sumamente erosivo, que amenaza a la pareja y el vínculo, muchas veces uno espera del otro o cuentan en consulta que no hubo acercamiento porque esperaba que lo haga su compañera o viceversa.

Quien inicia el juego no es lo importante, sino como está descrita la conducta, y cuando uno dice, no quiero ser el primero porque va a pensar que estoy rendido a sus pies y entonces tendrá el control de la relación, está diciendo mucho más de que no quiere tener intimidad, está mostrando la inseguridad que siente y también expresando su temor frente al peligro de la pérdida del control de la relación y de la posesión que tiene con esta.

“Cuando algunas cositas que ella me hace no me gustan, evito decirlo porque va a pensar que tengo otra mujer”.

“Cuando noto que ella no disfruta, pero no le pregunto si está bien que la toque de tal manera por temor a que piense que no tengo experiencia sexual o que tengo algún problema”.

Dudo que la comunicación nos ha acercado, cada vez que quisimos tener un diálogo, ella se sintió rechazada, interpreto las cosas de forma agresiva, como si todo se experimentara con total desinterés.

Algunas parejas se reacomodan con el diálogo frecuente, otras toman distancia un tiempo y se conectan con sentimientos nuevamente, se extrañan, se alarman frente a la posibilidad de separación, otras encuentran excusas que le dan una explicación a la evitación, los hijos, el estrés, la falta de comunicación, la familia, los amigos, etc.

No resulta ser inmediato la solución, muchas veces la única salida posible es la terapia para encontrar el nudo en cuestión que hace que no se entienda la pareja y se debilite el vínculo con discusiones que los enfrenta aún más.

La idea es que se logre encausar la vida íntima, que la pareja encuentre tiempo para el reencuentro, pautando días y horarios para recuperar la intimidad. Redescubrirse, volver a enamorarse, a mirarse, a escucharse. Todo empieza por la razón y si algunas cuestiones toman otro color y se pueden ordenar aquellos pensamientos que se interponen de modo de caracterizarse por parecer obstáculos, que se oponen entre dos personas, que trazan una barrera entre ambos que solo lo salvara la técnica ideal para ese modelo vincular.

Éramos tan parecidos uno al otro, y ahora somos totalmente opuestos

Muchas parejas idealizan todo al inicio de la relación, creando una imagen del otro con superpoderes; sin embargo, en poco tiempo el cristal con el que se lo miraba cae, y empiezan a aparecer los defectos, las cosas que nos hacen mal.

La forma de tener una actitud crítica en las cosas de todos los días, en ese afán por encontrar una explicación a la mala predisposición de la pareja, muchos hombres o mujeres distorsionan la realidad y ven cosas en cuanto a los hechos que no coinciden con la realidad.

También suelen quejarse las parejas en consulta sobre esto, manifestando que se casaron con una mujer muy diferente, o respecto a modos de trato o formas de ser frente a lo cotidiano.

Las personas cambiamos sugieren algunas parejas en su intento de convencernos de lo que creen, por eso los sentimientos se pierden, mientras confirman lo que escuchan, muestran la mirada que se tiene hacia LA VIDA EL SEXO Y EL AMOR.

Lo más importante es entender que las crisis de parejas se superan, y las parejas logran un entendimiento, crean un vínculo sexual de mayor frecuencia cuando pueden poner en palabras lo que les pasa, aprenden a negociar el sexo como todo lo demás, el cuidado de los hijos, la participación que cada uno tiene sobre la educación de los hijos, etc.

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