Las fiestas encienden las hormonas sexuales

POR Sandra Lustgarten

Psicóloga y sexóloga.

El clima de las fiestas provoca ilusiones que motivan el reencuentro, y es lo que se comparte entre las parejas, la emotividad y los deseos de cambio, la idea del final de un año con tensiones y angustias, esfuerzos vanos, quizás, sueños que quizá quedaron en el camino y siendo inconcluso.

La llegada de las fiestas despierta en muchas parejas el deseo de un clima sanador y de fortaleza. Con actitud para enfrentar lo que venga. El buen augurio es lo que trae aparejado, la posibilidad de estabilidad entre las personas que están en una relación sentimental, y esto impacta en otras áreas, libera al cerebro y permite que fluyan hormonas que activan y estimulan sensaciones placenteras, las conocidas Endorfinas y Dopamina.

Algunas parejas sienten un viento a favor que permite que el diálogo ameno y la posibilidad de recrear un encuentro, fabricar sueños y dar lugar a la fantasía es algo pasible, con la posibilidad para imaginar otras formas de establecer vínculos, más firmes, con más empatía, armándose de fuerza y seguridad para los nuevos cambios y comprometerse con todo aquello que puedan establecer para esa nueva vida.

Es sumamente común que un gran porcentaje de parejas se reencuentran en las fiestas de fin de año, la connotación que da tener una familia para estos momentos tan emotivos es lo que da esperanza. Las parejas entran en un estado de dulzura navideña, de entrega, de apertura emocional y sentimental, es como si el amor los inundase de baños de olas sensuales y los llenase de magia. Y así viven la intimidad como una nueva era.

He atendido parejas que estaban viviendo crisis tremendas al borde de la separación, Julio, un paciente, llega una tarde al consultorio y me sorprende con la noticia: las fiestas navideñas empezaron a intensificarse con lenguajes y mensajes subliminales en la comunicación con su pareja y que esas últimas noches, la apatía que venían teniendo dejó de sentirse, el ambiente se llenó de clima erótico y así fue como empezaron a tener una química fogosa.

Lo cierto es que, aun pareciéndolo, algunos cuentos de hadas no lo son, cuando las personas tienen optimismo se generan estímulos naturales en el cuerpo que incentivan que se segreguen hormonas relacionadas con la satisfacción. La confianza en otra persona es una de las formas más claras de poder comprobar los efectos inmediatos que se producen en la intimidad, como respuesta a esta variable. La conocida “hormona del amor” es la que inyecta en el cuerpo de la pareja, una adrenalina capaz de provocar algunos efectos reactivos, deseo, sensaciones positivas y agradables, al punto de acelerar la llegada del clímax.

La vida íntima de las parejas en las relaciones que se circunscriben a meses intensos de trabajo, estrés, condicionados por situaciones que los sumergen en la rutina, solo tienen algunas posibilidades de cambiar su historia, y es a través de la buena comunicación, que los lleva a plantear un escenario diferente.

Los últimos tiempos nos impactan propuestas diferentes, novedosas y hasta con un tinte de optimismo y risas, el sexo casual como propuesta de algunas parejas que víctimas de la rutina sexual, entran en la moda de la curiosidad, y se permiten estos modernismos con la fe de poder recomponer un vínculo acotado y dormido. En algunos medios, trasciende que quienes van a fiestas, se enfiestan, y sin duda el desenfreno de las emociones y la euforia de esas inquietudes hace que muchas personas, vayan creando un clima que acompañe la adrenalina, estimule el festejo y de la sensación de bienestar sexual.

La frecuencia sexual de las parejas, mejora notablemente, condicionado por el factor tiempo, ya que logran compartir más momentos, desestresarse por el fin de una etapa que no fue positiva, y el hecho de estar en un ambiente de proximidad afectuosa y otras variables relacionadas con el poder que encierra distenderse y desinhibirse, que hacen que mejoren las relaciones íntimas en forma llamativa, entusiasmando a los amantes en la búsqueda de formas de reencuentro íntimo.

No hay que pasar por alto que por las fiestas, las miradas están más focalizadas en mejorar la imagen y en embellecerse, la autoimagen es un punto importante que actúa positiva o negativamente en la pareja, la baja autoestima puede provocar hasta apatía sexual; sin embargo, la autoestima elevada genera atracción y refleja seguridad en uno mismo, esencial para provocar un efecto ilusorio en el amante. A su vez, este efecto es recíproco, y se actúa de forma que la mujer, por ejemplo en este caso, siente que su pareja ha puesto la atención en sus arreglos y comienza a considerarla más y hasta se siente motivada a continuar en esa línea de mejoras para atraer su atención, el varón siente que lo ha logrado y la mujer vuelve a considerar el hecho de arreglarse nuevamente para él y esto será un buen punto de motivación en la intimidad para asegurar su buen funcionamiento.

Es común que acercamientos que se producen a veces intentando evitar la soledad de las fiestas, funcionen provocando nuevas esperanzas en los amantes y se viva como una nueva aventura o la conocida Luna de miel de las parejas, etapa ideal para los idilios amorosos que frecuentemente van renovando esperanzas y anhelos, los que se transforman en nuevos desafíos de los amantes.

Es poco conservador, pero un nuevo deleite, imaginar estas fechas de Fin de año como una aventura que traslada a la pareja, pero también existen alternativas de los no afortunados en tener una pareja estable, y estas fechas suelen ser el medio para lograr el fin, buscar un affaire amoroso, incursionar en algo prohibido, experimentar la aventura de una noche sin compromiso despejar las ansiedades laborales, olvidar viejos amores o superar traumas amorosos y tóxicos.

Suele ser alarmante también la utilización de estas fiestas para encuentros de amantes, muchos aficionados suelen encontrar la forma de evadirse en escondites para encontrarse con los amantes, y entonces las reuniones de amigos se convierten en una oportunidad para un escenario festivo y diferente donde se juega el erotismo de una fantasía cumplida que enriquezca anécdotas eróticas y despierte pasiones olvidadas en alguna esquina, la transgresión siempre ha sido la mejor oportunidad para volar en un juego de conspiración, e incentivar a los menos ingeniosos.

Así es como en todas las variantes, las fiestas de fin de año, motivan propuestas que obligan a mejorar el juego de cada pareja, de cualquier individuo, dando oportunidades a los encuentros que se genere en un nuevo modelo de relación , nutriendo vínculos y proponiendo a los amantes nuevos horizontes íntimos.

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