¿Las parejas deben negociar su contrato sexual?

POR Sandra Lustgarten

Psicóloga y sexóloga.

Las disputas sobre frecuencia sexual abundan en el consultorio, la disconformidad y el hastío, además en general la poca empatía que se evidencia en cuanto a tener puntos de acuerdo y convergencia. Algunas parejas manifiestan sus deseos intensos y la necesidad de tener una frecuencia diaria de sexo, la falta de comunicación o los conflictos laborales trazan una discontinuidad en los encuentros, siempre entendiéndolo como causas justificadas; sin embargo, uno de los miembros de la pareja queda disconforme, no acepta condicionamientos o se revela con alguna infidelidad para demostrar su descontento. La modalidad de un acuerdo lleva a una responsabilidad de ambos para poder alivianar el peso de la carga solo sobre uno de los dos, de esta manera consensuar permite darle un orden a la cita y desplegar un campo que interviene en forma muy satisfactoria como es la fantasía, esta se va desarrollando mientras saben que a tal hora de tal día y en tal oportunidad se dará el encuentro, favoreciendo el ritmo de la vida diaria de la pareja y estableciendo complicidad en el juego para programar ese encuentro. ¿Qué pasa, dice una pareja de pacientes, si yo ese día no quiero?, consensuar es estar de acuerdo, si un día no quieres o sientes que no puedes cumplir con tu acuerdo, debe ser respetado por tu pareja o el compañero de cama, no se debe tener sexo obligado o por compromiso o para satisfacer necesidades de otro, esto sucede a menudo en las parejas y trae muchos conflictos aparejados, además del hecho de hacer las cosas sin ganas o demostrar falta de sensibilidad.

Algunas preocupaciones albergan en muchas personas que disienten en cuanto al deseo frecuente de sexo y lo observamos cuando la sensación es que algo en extremo más alarmante, como ser una patología, ataca al que no siente la misma intensidad de deseo o en algunas cosas el sentimiento de este de estar sufriendo algún conflicto sexual, no pueden reconocer porque no tienen la misma intensidad de deseo. No hay que dejar de nombrar a quienes tienen sexo solo por descarga de libido, con la intensión de manejar o controlar de esa forma la angustia que deviene ante algún problema personal o motivado por consecuencias laborales y que el sexo produce cierta relajación frente a la tensión.

Entender las necesidades de cada uno es una promesa que debe ser cumplida por los participantes, en toda relación hay convenios y en este caso debe ser necesario establecer cordialmente que las pautas se cumplen, que el compromiso es formal y que tiene que ver con el respeto y la confianza que establecen en el mismo momento que sellan el acuerdo. El quiebre en la confianza se produce cuando alguien falla, cuando no se cumplen las consignas establecidas y aparecen los pases de factura.

Cuando los momentos de cada uno son diferentes y no se pueden establecer los encuentros, las parejas renegocian todo el tiempo, las oportunidades y los instantes para verse, los lugares pueden cambiar y también los momentos del día, esto será como magia para la relación, ya que si no pueden establecer un horario del día, poder variar hará que le dé intensidad al juego sexual y que alimente el deseo.

Algunos relatos de parejas que no disfrutaron por años su sexualidad y que se sienten frustrados, se imponen un cambio en sus hábitos y manifiestan una postura diferente con relación a poder disfrutar de su vida íntima, y esto se evidencia en la gran mayoría de los casos en mujeres que atraviesan la menopausia.

Qué importante es la compatibilidad sexual para los acuerdos sexuales

Muchas parejas sienten a veces que uno de los miembros es quien siempre tiene ganas, es el que estimula el encuentro y provoca en la mayoría de las veces una sensación de disgusto o incomodidad, la respuesta a veces de rechazo genera un conflicto entre los amantes, aclarar algunas cuestiones que hacen a la performance sexual es inevitable para tener un buen desenlace del juego sexual, hay personas que desean tomar la delantera y no sucumbir siempre al deseo del otro. La compatibilidad sexual implica que dos personas sean el uno para el otro.

¿Cuándo uno se siente más inhibido que la otra persona, hay forma de solucionarlo?

Existe una gran fórmula de propuestas para poder trabajar la vergüenza e inhibición, entre ellas una muy interesante es acercarse a escuelas de seducción, algunas mujeres aún se sienten apremiadas por las normas morales que recibieron en su educación y les cuesta pensar la sexualidad de una forma más atrevida con mayor sutileza y deseo de explorar. Aprender a soltar la leona, es dejar que los instintos se liberen, aprender una nueva forma de mirar el sexo, la intimidad detenida en ese intento de aparentar que no es algo necesario y que solo sirve a modo reproductivo o que hay cosas que no deben hacerse o sentirse, la forma en que uno establece pautas es importante para además entender que en la sexualidad casi todo vale, es fundamental poder reeducar la confianza sexual en la pareja y replantear cada tanto un nuevo modelo de encuentro que los libere de la monotonía que condena a la rutina sexual.

Cuando no hay acuerdos con respecto a los juegos preliminares

La base del erotismo se centra en los juegos previos, es lo que hace que la intimidad se acalore y que la pareja logre la satisfacción o encuentre el orgasmo, los juegos previos en el encuentro van a dar cuenta de la comunicación de la pareja y le van a dar vida a las sensaciones que cada uno siente para llegar al orgasmo. Hay hombres que solo piensan en el coito y se olvidan que la mujer tiene la necesidad de mayor tiempo de exploración y caricias para conseguir el clímax, es muy necesario que la mujer lo ayude al varón a reconocer sus zonas de mayor placer frente al estímulo indicándole el camino de su cuerpo o mapa erótico. Así mismo hay mujeres que no saben cómo incentivar al varón, la seducción es una de las variables fundamentales para esta conquista, sin seducción en el encuentro, puede resultar condicionado al fracaso, en el consultorio algunos hombres dicen que la causa de su impotencia sexual se debe a la ausencia de estímulos por parte de la amante, “ella cree que debo encenderme solo con mirarla, yo necesito mayor participación para excitarme”, los varones no son mecánicos, la atracción es una sensación que se despierta a partir de un juego implícito en la pareja, para eso hay que conocerse demasiado y saber que le gusta al otro, la seguridad y confianza es fundamental para motivar un encuentro más placentero, el miedo y la fobia son perjudiciales para establecer como hito en el ámbito de la relación de pareja.

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