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“Aháta aju”: trabajar, viajar y seguir la travesía por las sierras, montañas y cascadas de Urubici

Subiendo la Serra do Corvo Branco, Urubici. Foto: Alfredo Guachiré.

Subiendo la Serra do Corvo Branco, Urubici. Foto: Alfredo Guachiré.

La pregunta más reiterativa que me suele hacer la gente es cómo hago para financiar mi viaje y, obviamente, la respuesta es bien sencilla: hay que trabajar lo necesario durante el viaje de manera que sea autosustentable.

En mi caso, empecé a viajar usando un ahorro que tenía, luego de algunos días empecé a buscar trabajo en lugares donde voy pasando y aprendí a trabajar haciendo de todo un poco; primero fui limpiador, ayudante de cocina, fotógrafo y la mayor parte trabajé vendiendo servicio de marketing y asesoramiento comunicacional a pequeñas empresas como hoteles, restaurantes, cafeterías, retiros e incluso llegué a trabajar con una inmobiliaria.

También sigo manteniendo un empleo con una agencia publicitaria en Asunción que me permite trabajar por el camino, además trabajo y escribo para el periódico El Nacional, contando la historia de mi viaje, como es el caso de este artículo.

En realidad, tengo que decir que terminé ahorrando más dinero durante mi viaje, comparando con los gastos que tenía viviendo en Asunción, encima, antes de salir, acertadamente alquilé el departamento y el auto, de manera que no me representen gastos extraordinarios.

Serra do Corvo Branco, entre corte de roca más grande de Brasil, Urubici. Foto: A. G.

Serra do Corvo Branco, entre corte de roca más grande de Brasil, Urubici. Foto: A. G.

Vida simple

El cicloviajero lleva una vida simple, vivimos mejor con menos y nos sentimos seguros así, todo lo que necesitamos lo llevamos en la bicicleta, gran parte del viaje dormimos dentro del camping, comemos simple y muchas veces algún buen samaritano nos invita a comer gratis, otras veces toca manguear, término que en Brasil se usa para referirse a cuando alguien pide comida o dinero a cambio de trabajo o sencillamente al intercambiar su historia viajera a cambio de un buen plato de comida o incluso dinero, a mí me enseñó un amigo cicloviajero en Brasil a manguear y no me fue tan mal. Otros se financian vendiendo artesanías, incluso conocí cicloviajeros que tienen auspicios de empresas y otros, como yo, promocionamos productos en redes sociales.

En síntesis, lo que se necesita realmente para viajar son las ganas, luego los recursos, la comida y lugar donde quedarse se van añadiendo por el camino, lo importante es no desesperarse, hablar con otros cicloviajeros con experiencia y siempre existe una forma de conseguir recursos para seguir el viaje.

Serra do Corvo Branco, Urubici. Foto: A. G.

En Urubici me quedé 27 días y pude conseguir importantes trabajos que me permitieron pagar gastos y reponer el presupuesto del viaje. Muchos de los trabajos los hice con el dron y el teléfono, realizando producciones de videos comerciales, reseñas del lugar y diseños gráficos. Incluso haciendo trabajos con el dron pude salir y conocer más lugares en la sierra catarinense.

Cascada Avencal

La Serra Catarinense está llena de atractivos para los amantes de la naturaleza, los senderos con sus diferentes dificultades, desde caminatas cortas hasta largas travesías. Entre los lugares que pude conocer se destaca la Cascada Avencal, ubicada a minutos de Urubici, es accesible en su parte alta y también cuenta con un sendero que conduce a la parte baja, donde se puede observar esta belleza de la naturaleza.

La cascada tiene 100 metros de caída libre, es realmente una belleza y se encuentra dentro del Parque Mundo Novo. A metros nada más se encuentra la cascada que también lleva el mismo nombre; “Mundo Novo”, un maravilloso sitio en el que pasé un día disfrutando y donde también trabajé haciendo materiales audiovisuales a cambio de ingresar gratis y un buen almuerzo.

Cascada Avencal, Urubici con más de 100 metros de caída libre. Foto: A. G.

Serra do Corvo Branco

La temible ruta Serra do Corvo Branco queda a 29 km de Urubici, el lugar es realmente hermoso, tiene el corte de roca más grande de todo Brasil, con más de 90 m de profundidad, tiene varias curvas y algunas alcanzan los 180 grados. Durante el trayecto existen miradores que hacen valer la pena detenerse y contemplar cada detalle del paisaje.

La carretera que pasa por la Serra do Corvo Branco es la SC-370 y fue la primera en enlazar la costa y la montaña, uniendo la ciudad de Urubici con Grão Parã del estado de Santa Catarina. Es un lugar increíble y se puede visitar en invierno o verano.

Más lugares en la próxima nota, donde además compartiré la visita especial que hice en la aldea guaraní en Biguaçu, Brasil.

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