Señales de alerta sobre la salud mental de los chicos

Vincular las palabras “adicción” y “adolescentes” causa inquietud en todas partes. Y particularmente en la Argentina, donde las estadísticas muestran que crece el consumo de sustancias problemáticas en todas las edades.

Sin embargo, esas dos palabras estuvieron vinculadas la semana pasada, cuando se conoció que más de 40 estados de EE. UU. demandaron a la compañía Meta (Instagram, Facebook y otros productos) por los daños que causan en la salud mental de niños y adolescentes.

Los fiscales generales de esos estados echaron mano a una investigación iniciada en 2021, a partir de la filtración de un ex empleada de Facebook, quien contó los métodos que usan esas plataformas para -dijo- incentivar la adicción de chicos y adolescentes a sus productos.

“La compañía sabía exactamente cómo esas decisiones de diseño podrían enganchar, al punto de convertir a los adolescentes en adictos”, explicaron los fiscales. “Meta se ha aprovechado de la tecnología para atraer, involucrar y, en última instancia, atrapar a jóvenes y adolescentes. Y su único motivo era el beneficio propio”.

Meta negó las acusaciones. Sus voceros señalaron que ya han tomado medidas para evitar que sus productos sean adictivos y dijeron sentirse “decepcionados” porque “en lugar de trabajar productivamente con toda la industria para crear estándares claros y apropiados por edad de las muchas aplicaciones que usan los adolescentes, los fiscales generales han elegido este camino”.

Lo cierto es que cada vez se escuchan más voces que advierten sobre las posibles consecuencias negativas de redes como Instagram para la salud mental de los adolescentes. Un informe mundial de Unesco, por ejemplo, recomendó a los países que limiten el uso de las pantallas en las aulas, por el impacto -comprobado, dicen- que tienen en el aprendizaje, la privacidad de los menores y el ciberbullying.

Expertos consultados por Clarín también señalaron que las plataformas están diseñadas para inducir intencionalmente a un uso adictivo. La mayoría, no solo las de Meta. Y que desde los principales laboratorios se busca lograr el efecto adictivo con la mayor eficacia.

La recomendación es estar atentos al tiempo que pasan los chicos en las redes, imponer momentos del día o de la semana o cantidad de minutos, advertir si no hay cambios de hábitos significativos y usar en forma responsable el propio celular delante de ellos.

Prohibir no es el camino, señalan los expertos. Es tiempo de tomar conciencia. Y prestar mucha atención.

Fuente: Clarín.