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Los adultos que celebran su elección de una vida sin hijos
En uno de los videos más recientes de Marcela Muñoz, la joven de 27 años baila en un parque soleado, vestida con una camiseta informal y un short. Esta publicación despreocupada y sin ataduras en las redes es la encarnación de su misión: celebrar su estilo de vida sin hijos.
Creadora de las cuentas Childfree Millennial TikTok, Instagram y YouTube, Muñoz es una más de un número creciente de influencers que producen contenido diseñado para validar por qué nunca van a querer tener tener hijos.
“Lo primero que siempre digo cuando la gente me pregunta por qué no tengo hijos es que no deseo tener hijos”, dice Muñoz, propietaria de una pequeña empresa de Kansas, Estados Unidos. También cree que los niños interferirían con su pasión por los viajes espontáneos, el entrenamiento de fútbol y los descansos regulares.
En una de sus otras publicaciones recientes, bromea: “Si tienes ganas de tener un bebé, haz una siesta, si disfrutaste esa siesta, no tengas hijos”. “No puedo decirte cuántas veces mis amigos [padres] dicen ‘Oh, Dios mío, solo dormí dos horas anoche, mis hijos estaban vomitando y tuve que hacerme cargo'”, cuenta Muñoz. “¡Eso no suena atractivo para mí en absoluto!”.
Si bien decidir no tener hijos no es nada nuevo, la tendencia de adoptar la etiqueta ‘libre de hijos’ y discutir esa opción más abiertamente está creciendo. Junto con el surgimiento de influencers como Muñoz, las comunidades en línea y los grupos de apoyo para adultos sin hijos se han multiplicado en los últimos años.
Elegir una vida sin hijos
La mayoría de las comunidades en línea de personas que no quieren niños definen a sus miembros como personas que han decidido conscientemente no tener nunca hijos. Esto contrasta con otros adultos que actualmente no tienen hijos, pero los quieren en el futuro, o adultos que esperaban tener hijos, pero no pudieron.
Estos últimos pueden haber sufrido problemas de fertilidad u otros problemas médicos, o haberse visto afectados por circunstancias sociales, como por ejemplo, no encontrar una pareja adecuada o dispuesta en el momento adecuado.
El término “child-free” (libre de hijos, más que sin hijos) existe desde principios del siglo XX, aunque no fue hasta la década de 1970 que las feministas comenzaron a usarlo más ampliamente, como una forma de denotar a las mujeres que no tenían hijos voluntariamente como un grupo distinto.
El sufijo “libre” se eligió para captar la sensación de libertad y falta de obligación que sentían muchos de los que habían decidido voluntariamente no tener hijos.
Sin embargo, la mayoría de las investigaciones académicas generalmente “juntan a todas las personas que no tienen hijos en el mismo grupo”, explica Elizabeth Hintz, profesora de comunicación en la Universidad de Connecticut, EE.UU., que estudió las percepciones de las identidades sin hijos.
Esto no refleja las experiencias y sentimientos muy diferentes de las personas libres de hijos y sin hijos, dice, y significa que hay una falta de datos comparativos a largo plazo que analicen específicamente a cualquiera de los grupos.
Sin embargo, en nuestra era de redes sociales cargada de etiquetas, la de ‘libre de hijos’ está cobrando un nuevo impulso, dice Hintz, a medida que más personas que han optado por no tener hijos han reclamado el término..
Esta tendencia se encuentra junto a algunas investigaciones que revelan que un número creciente de adultos en Occidente puede estar eligiendo activamente no tener hijos. En EE.UU., un estudio del Pew Research Center de 2021 mostró que alrededor del 44% de las personas de 18 a 49 años que no son padres no creen que vayan a tener hijos, frente al 37 % en 2018.
En Inglaterra y Gales, un estudio de YouGov de 2020 sugirió que más de la mitad de los británicos de 35 a 44 años que no han tenido hijos no planean tenerlos.
Las razones
Las razones por las que los millennials y la generación Z eligen no tener hijos son muy diversas, dice Hintz, aunque hay varias trayectorias comunes.
“Hay personas que saben temprano en la vida que no quieren tener hijos y nunca dudan. Hay personas que toman la decisión más tarde en la vida y luego la proclaman como parte de su identidad. Y luego hay personas que dudan sobre si sí o no y cambian una y otra vez de idea”.
Ciara O’Neill, una administradora de redes sociales de 31 años basada en Londres, se coloca firmemente en la primera categoría. “Realmente nunca he querido tener un hijo, o nunca me he visto a mí misma como una futura madre”, dice. Su novio desde hace tres años siente lo mismo, dice, y la pareja también cree que tener hijos les dificultaría más viajar o trabajar en el extranjero en el futuro.
Para Cristina García Trapero, una profesora de inglés que trabaja en España, identificarse como libre de niños fue más un proceso gradual. “Cuando era adolescente o tenía poco más de 20 años, pensaba en los niños, pero era porque creía que eso era lo que todos tenían que hacer”, dice.
Ahora con 32 años y actualmente soltera, comenzó a adoptar una identidad libre de hijos hace un par de años, luego de concluir que no podía verse a sí misma como madre. “Soy una persona que disfruta del silencio y el tiempo a solas, y no podría tener eso con los niños”, dice.
García Trapero también enumera “el cambio climático y el estado del mundo” como factores externos que influyeron en su razonamiento, lo que refleja una tendencia pequeña pero creciente.
Margaret O’Connor, es consejera y psicoterapeuta en Limerick, Irlanda. Ella dice que los problemas prácticos y financieros como vivir en un alojamiento de alquiler inseguro, trabajar en la economía informal y el acceso limitado a la atención médica también son cada vez más relevantes para muchos millennials cuando sopesan si tener o no hijos.
“Estas cosas tal vez puedan mitigarse o navegarse hasta cierto punto si el deseo es lo suficientemente fuerte como para tener un bebé; puedes mudarte o conseguir un trabajo diferente”, explica.
Sin embargo, dice que un número cada vez mayor de jóvenes que no están seguros de convertirse en padres se detienen a preguntarse cómo serían exactamente ese tipo de “sacrificios”, en contraste con las generaciones anteriores, que probablemente siguieron las normas sociales y comenzaron una familia de todos modos.
El auge de los defensores de la vida sin niños
Para una generación que creció compartiendo todo en las redes sociales, Muñoz argumenta que los millennials sin hijos inicialmente se demoraron cuando se trataba de vocalizar y celebrar sus decisiones en internet, pero dice que ha habido “un gran cambio” en los últimos años.
Según ella, ha habido un efecto de bola de nieve, con más personas que comienzan a sentirse cómodas hablando de sus experiencias, después de ver “cuán abiertos y vocales” se han vuelto otras personas que no quieren tener hijos.
“Cuando comencé mi cuenta de Instagram, había tal vez otras tres o cuatro cuentas… Pero ahora, dos años después, hay cientos y cientos de cuentas”, dice.
En Instagram, la etiqueta #childfree tiene más de 311.000 publicaciones hasta la fecha. Y en TikTok, donde Muñoz también es activa, las etiqutas #childfree y #childfreebychoice (sin niños por elección) se han disparado en popularidad durante los últimos dos años, con 570 millones de visitas y 391 millones de visitas cada etiqueta, respectivamente.
Ella dice que los creadores de contenido sobre este tema están formando el tipo de comunidad que ella sentía que faltaba cuando empezó a abrazar la identidad libre de niños cuando tenía más de 20 años.
“La comunidad solidificó mi decisión, y me ayudó a abrirles los ojos a otras personas sobre el hecho de que no tener hijos es una elección”.
Del auge a la reacción violenta
Expertos dicen que el auge de los influencers y las comunidades en línea que celebran no tener hijos es, por un lado, una indicación de que las normas sociales están cambiando. La gran cantidad de personas que se conectan en línea y encuentran a otras personas que comparten sus puntos de vista es notable, dice Hintz.
“Mi sensación es que [algunas] personas son vocales y están orgullosas de eso porque ha sido algo que es cada vez menos tabú”.
El cambio en los tabúes se debe probablemente a una confluencia de diferentes factores, dice Hintz. Fundamentalmente, las personas que no son padres se están volviendo cada vez más conscientes de que hay otras personas que no tienen hijos, ya sea a través de sus propios círculos sociales o de comunidades en línea, simplemente porque se ha vuelto más común.
“Conocer personalmente a alguien que pertenece a un grupo estigmatizado puede ser uno de los catalizadores más poderosos para cambiar las propias opiniones prejuiciosas”, dice. Mientras tanto, “a medida que el camino se vuelve cada vez más trillado, las comunidades en línea se convierten en lugares de descanso para quienes deciden no tener hijos”.
La pandemia también puede haber jugado un papel, señala Hintz, ya que las discusiones públicas sobre los desafíos que enfrentan muchos padres salieron a la luz.
A medida que los padres comenzaron a hablar abiertamente sobre sus problemas con la educación en el hogar, el cierre de las guarderías o simplemente el manejo de los gastos básicos de subsistencia debido al impacto económico de la covid-19, se dio un contexto más seguro para hablar sobre las ventajas de no tener hijos.
Sin embargo, Hintz también señala que el contenido de las páginas de personas libres de hijos también genera “muchas opiniones fuertes” fuera de la comunidad, lo que indica que todavía hay una falta de respeto o comprensión hacia los adultos que no quieren tener hijos en algunos sectores.
El contenido de Muñoz atrae con frecuencia duros comentarios de aquellos que han menospreciado sus elecciones como “anti-niños” o “egoístas”, o de seguidores que simplemente no creen que ella pueda encontrar su estilo de vida satisfactorio.
“Muchos padres simplemente no entienden que fue una elección. Entonces, lo ven como un ataque a su elección de tener hijos”, dice. “Inmediatamente se ponen a la defensiva y te dicen, ‘oh, pero te vas a arrepentir’ y ‘vas a morir solo’, y ‘¿quién te va a cuidar cuando seas mayor? ‘ y ‘nunca conocerás el amor verdadero'”.
Muñoz, que es cristiana, dice que también ha sido criticada por algunos en su comunidad religiosa porque creen que está rechazando el enfoque de la Biblia en la procreación. Otros la han acusado de darle la espalda a su origen hispano. “La gente dirá ‘tu cultura, tu herencia, tienes que transmitirla de generación en generación, ¿qué estás haciendo?'”.
Hintz señala que gran parte de las críticas tienden a tener un fuerte enfoque de género. “La toma de decisiones reproductivas siempre ha sido una carga para las mujeres más que para sus parejas”, dice. “Y la maternidad y la feminidad también están estrechamente entrelazadas, así que eso también, creo, es parte de eso”.
Como resultado, esto significa que a menudo todavía hay más presión sobre las mujeres que sobre los hombres para seguir un “guión de vida” tradicional y formar una familia, dice Hintz, incluso en los países occidentales que han dado grandes pasos hacia la igualdad.
¿Un nuevo guión?
Ayudar a la Generación Z y a los millennials a manejar mejor cómo se verían y sentirían sus “guiones de vida” alternativos es un objetivo central para muchos activistas por la vida sin hijos. “Todavía no es lo que hace la mayoría de la gente”.
“Entonces, si es diferente, da miedo”, dice O’Connor. “Hay un poco de presión de que si no vas a tener hijos, tienes que vivir una vida maravillosa, glamorosa o filantrópica, o que tienes que irte y hacer algo significativo”.
En cambio, espera que sus podcasts, canales de redes sociales y sesiones de asesoramiento puedan ayudar a crear conciencia de que una vida sin hijos también podría ser “su vida cotidiana normal, simplemente sin hijos”.
“Podría ser voluntariado. Puede ser participar en la vida de tu propia familia o amigos como apoyo. Pero en realidad es lo que sea importante para ti, o lo que quieras que sea”.
La pareja formada por Veronica Prager, de 46 años, y Rick Grimes, de 51, espera convertirse en la imagen de una pareja mayor, con una vida normal y feliz sin hijos. Basados en Austin, Texas, administran la comunidad en línea Childfree Connection, a través de la cual comparten lo que han aprendido de no tener hijos a los 30, 40 años y más.
La pareja actualmente pasa su tiempo navegando en kayak, cuidando a sus perros y trabajando de manera flexible desde diferentes lugares. A pesar de que nunca quisieron tener hijos propios, también les encanta salir con sus sobrinos y sobrinas, y su contenido ofrece consejos sobre cómo navegar y mantener relaciones con amigos cercanos y familiares que son padres.
“Hay muchas cuentas por ahí que critican mucho a los niños y, como, ‘oh, nuestra vida es mejor’ y ese tipo de cosas. Y eso no es lo que hacemos”, explica Grimes. “Se trata más de cómo se siente esta vida, cómo se ve, qué puedes esperar”.
También se cubren cuestiones prácticas y financieras, incluida la forma de planificar la jubilación como persona que no es padre o madre. “Hay mucho miedo de envejecer y ‘¿quién me va a cuidar’ y ‘cómo será mi futuro’? Entonces, ahora lo estamos haciendo nosotros mismos para poder compartirlo con nuestra comunidad”, dice Prager.
La pareja incluso ofrece consejos para los miembros con dudas persistentes acerca de no tener hijos. “Hay días en los que te sentirás muy seguro de tu elección y, de repente, al día siguiente, tendrás miedo de perderte algo”, dice Grimes. “Es importante controlar esa lucha interna que va y viene, y [muchos necesitan] tener un lugar a donde ir, para obtener ese apoyo”.
Cambiando el estigma social
Todavía está en debate cuánto impacto podría tener este movimiento en las decisión de las generaciones futuras de tener hijos, o en las percepciones más amplias de los que no son padres.
O’Connor dice que es importante señalar que la mayoría de los defensores de la vida sin hijos “no tienen el objetivo de convencer a la gente para que no tenga hijos” o “tratar de reclutar para la comunidad”.
Pero espera que a medida que los grupos en línea crezcan y ganen más prominencia, ayuden a más personas que no están seguras de tener hijos a entender mejor sus opciones, y brinden a quienes ya no tienen hijos más herramientas para “facilitar” su elección de estilo de vida.
Hintz confía en que no tener hijos se “normalizará aún más” en los próximos años, simplemente debido a la creciente proporción de personas que ahora no tienen hijos. Ella espera que esto ayude a combatir parte del estigma de que “las personas sin hijos son egoístas y miserables”, ya que aquellos que tienen o quieren hijos naturalmente comenzarán a encontrarse con más solteros o parejas sin hijos que pueden ayudar a desmentir ese mito.
Sin embargo, si esto resulta en cambios más grandes en la opinión pública, argumenta, probablemente también se verá influenciado por el clima político, mediático y religioso más amplio en un lugar determinado.
Por ejemplo, es menos probable que quienes viven en un suburbio predominantemente derechista, cristiano y provida cambien sus actitudes hacia las personas que no son padres por decisión que quienes residen en ciudades más grandes y liberales, incluso a medida que surgen más personas que optan por no tener niños en sus propias comunidades.
O’Connor está totalmente de acuerdo en que los medios de comunicación tienen un papel importante que desempeñar en el futuro. “Hay una falta de representación positiva de lo que es estar libre de hijos o sin hijos en la sociedad”, dice.
“No tenemos en los medios de comunicación más amplios, en los programas de televisión y en el cine, a personas mayores que vivan vidas libres de niños y felices”.
Mientras tanto, influencers como Muñoz argumentan que ya hay mucho que celebrar en términos de cuánto más visible se ha vuelto el movimiento de las personas que no quieren tener hijos en los últimos dos años.
“Cada vez aparecen más artículos sobre personas que no tienen hijos… y ver que aparecen más cuentas, se crean más canales en YouTube, es muy refrescante”, dice. “No discrimino a las personas que tienen hijos. Tengo muchos amigos en mi vida que son padres. Pero me encanta que la gente ahora piense un poco más en la paternidad, en lugar de simplemente asumir que es lo que hay que hacer”.
Fuente: BBC.
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