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Trastorno oposicionista desafiante: qué es y cuáles son los síntomas en los niños

Se asocia con comportamientos provocadores hacia las figuras de autoridad, especialmente los padres. Cuándo es recomendable acudir a un profesional y cómo son los tratamientos, según los expertos de Mayo Clinic.

Incluso los niños que mejor se comportan pueden ser provocadores en algunas ocasiones. Sin embargo, cuando este patrón de conducta es frecuente o constante, podríamos estar ante el trastorno oposicionista desafiante, un cuadro que está asociado a la ira, la irritabilidad, las discusiones y la desobediencia hacia el padre, la madre y otras figuras de autoridad. También implica ser rencoroso y vengativo, en un comportamiento que se conoce como resentimiento.

Estos problemas emocionales o de conducta causan problemas graves en la vida familiar, las actividades sociales, la escuela y el trabajo. Como padre o madre, es fundamental no intentar controlar por nuestra cuenta a un hijo con trastorno oposicionista desafiante. Es conveniente, en cambio, recibir ayuda de un médico, un profesional de salud mental o un especialista en desarrollo infantil.

En ese marco, el tratamiento de este trastorno consiste en aprender cómo desarrollar interacciones familiares positivas y manejar comportamientos problemáticos. Es posible que, en algunos casos, se necesite otra terapia y tal vez medicamentos para tratar las pertinentes afecciones mentales.

Síntomas

A veces, es difícil reconocer la diferencia entre un niño de carácter fuerte o emocional y uno con el trastorno oposicionista desafiante. Es que, en general, es común que todas las personas tengan comportamientos provocadores en determinadas etapas de su desarrollo.

Los síntomas del trastorno de oposición desafiante suelen comenzar durante los años preescolares. A veces, este cuadro puede manifestarse más tarde, pero casi siempre se observa antes de la adolescencia. Asimismo, los signos conductuales y emocionales pueden durar, como mínimo, seis meses, e incluyen un estado de ánimo irritable, enojo y una conducta combativa, desafiante, hiriente y vengativa.

En estos casos, el niño pierde la paciencia fácilmente, por lo que se enoja o siente resentimiento con mucha frecuencia. A menudo, discute con los adultos o con las personas que tienen algún tipo de autoridad, desafiándolos de forma activa o negándose a cumplir las peticiones o las reglas.

A menudo, los menores también enfadan o molestan intencionalmente a los demás, o los culpan por sus propios errores o mala conducta. Además, cuando el paciente está alterado, dice cosas crueles e hirientes, e intenta lastimar los sentimientos de los demás en busca de venganza, lo que también se conoce como actitud vengativa. Si un niño ha demostrado esta conducta, como mínimo, dos veces en los últimos seis meses, es recomendable acudir a un profesional.

Madre e hijo. Foto: CADAH.

Gravedad

El trastorno de oposición desafiante puede ser leve, moderado o grave. En el primer caso, los síntomas se presentan en un solo entorno, como por ejemplo en el hogar, en la escuela, en el trabajo o con los compañeros. En el segundo, algunos signos se dan en, al menos, dos contextos. Mientras que en los cuadros graves, los síntomas se presentan en tres o más entornos.

En algunos niños es posible que los síntomas primero se noten solo en el hogar, pero, con el tiempo, el comportamiento problemático puede trasladarse a otros lugares como la escuela, las actividades sociales y con los amigos.

Cuándo consultar al médico

Seguramente, el niño piense que su comportamiento no es un problema. Por lo tanto, es probable que se queje de exigencias poco razonables o que culpe a los demás de los problemas.

Si creé que su hijo puede tener un trastorno de oposición desafiante u otro problema de conducta, o te preocupa tu capacidad para criar a un menor problemático, lo mejor es pedir ayuda a un psicólogo infantil o a un psiquiatra infantil experto en problemas de conducta. También se le puede solicitar al pediatra o a otro médico que remita a un especialista en salud mental.

Causas

No se conoce con exactitud la causa del trastorno oposicionista desafiante, ya que pueden incluir una combinación de factores genéticos y ambientales. En el caso de la genética, la personalidad o el carácter natural de un niño, o su temperamento, pueden contribuir al desarrollo de dicho trastorno. Las diferencias en la forma en que funcionan los nervios y el cerebro también pueden incidir. Con respecto al entorno, los problemas de crianza que pueden implicar una falta de supervisión, disciplina incoherente o estricta, o maltrato o descuidos pueden contribuir al trastorno.

Factores de riesgo

El trastorno oposicionista desafiante es un problema complejo, con posibles factores de riesgo que pueden ser los siguientes:

Temperamento: cuando un niño con un temperamento que incluye dificultad para controlar las emociones, como tener reacciones emocionales fuertes en determinadas situaciones o tener problemas para tolerar la frustración.

Problemas con el padre o la madre: cuando sufre abuso o descuido, que está sujeto a una disciplina severa o contradictoria, o que no está supervisado de manera adecuada.

Otros conflictos familiares: al vivir en un entorno inestable en cuanto a la relación con el padre, la madre o los familiares, o que tiene un padre o una madre con una enfermedad de salud mental o un trastorno por consumo de sustancias adictivas.

Entorno: comportamientos problemáticos que se refuerzan a través de la atención de otros pares de su misma edad y de una disciplina incoherente por parte de otras figuras de autoridad, como los maestros.

Complicaciones

Los niños y adolescentes con trastorno de oposición desafiante pueden tener problemas en casa con sus padres y hermanos, en la escuela con los maestros y en el trabajo con los supervisores y otras figuras de autoridad. También pueden experimentar complejidades a la hora de hacer amigos y entablar relaciones con los demás, así como mantenerlas.

Este trastorno también puede derivar en otros problemas, como por ejemplo bajo desempeño escolar y laboral; conducta antisocial; conflictos legales; dificultad para controlar los impulsos; trastorno por consumo de sustancias adictivas; o suicidio.

A su vez, hay pacientes con este cuadro que tienen otras afecciones de salud mental, como trastorno por déficit de atención e hiperactividad; trastorno de la conducta; depresión; trastornos de ansiedad; trastornos de comunicación y aprendizaje, entre otros.

 

Niño- Berrinche. Foto: Tuestima.

El tratamiento de otras afecciones de salud mental puede ayudar a reducir los síntomas del trastorno de oposición desafiante. Cabe recordar, además, que podría ser complejo tratar este trastorno si no se evalúan y tratan adecuadamente estos otros cuadros.

Prevención

No existe una manera segura de prevenir el trastorno de oposición desafiante, pero la crianza positiva y el tratamiento temprano pueden ayudar a mejorar el comportamiento y evitar que la situación empeore. Cuanto más pronto se aborde la situación, mejor. El tratamiento puede ayudar a recuperar la autoestima del chico y reconstruir una relación positiva con los padres y otras personas.

Diagnóstico

Para determinar si un hijo tiene trastorno oposicionista desafiante, un especialista en salud mental le hará un examen psicológico. Como se vio anteriormente, este problema suele ocurrir junto con otros cuadros de salud mental o conductual. Por este motivo, puede resultar difícil diferenciar los síntomas

Es probable que el examen psicológico incluya una evaluación de salud general; frecuencia y gravedad de los comportamientos; emociones y conducta en diferentes entornos y relaciones; situaciones e interacciones familiares; estrategias que resultaron (o no) útiles para controlar los comportamientos problemáticos; problemas que experimentaron el niño y la familia; otros posibles problemas de salud mental, aprendizaje y comunicación.

Tratamiento

El tratamiento para el trastorno de oposición desafiante se basa principalmente en intervenciones familiares, pero también puede incluir otros tipos de psicoterapia y capacitación para el niño y para los padres. Es importante tratar cualquier otro problema, como una afección de salud mental o un trastorno de aprendizaje, ya que pueden provocar o empeorar los síntomas si no son abordados.

No es común que solo se usen medicamentos para este trastorno, a no ser que el niño también tenga otra afección de salud mental. Si su hijo también tiene otras afecciones, como trastorno por déficit de atención e hiperactividad, trastornos de ansiedad o depresión, es posible que los medicamentos ayuden a mejorar estos síntomas.

El tratamiento para el trastorno de oposición desafiante suele incluir las siguientes intervenciones.

Capacitación en habilidades parentales. Un profesional de salud mental con experiencia en el tratamiento de esta condición puede ayudarle a desarrollar habilidades parentales que sean más consistentes, positivas y menos frustrantes para usted y su hijo. En algunos casos, el chico puede acompañarle en esta capacitación para que todos en tu familia desarrollen un método coherente y los mismos objetivos a la hora de resolver problemas. Incluir otras figuras de autoridad, como docentes, en la capacitación puede ser una parte importante del tratamiento.

Terapia de interacción entre padres e hijos. Durante la terapia de interacción entre padres e hijos, un terapeuta lo asesora mientras interactúa con su hijo. En uno de los métodos, el terapeuta se sienta detrás de un espejo unidireccional. Mediante un dispositivo de audio tipo “cucaracha”, lo guía a través de las estrategias que refuerzan el comportamiento positivo de su hijo. Como resultado, puede aprender técnicas de crianza más eficaces, mejorar la calidad de la relación con su hijo y disminuir los comportamientos problemáticos.

Terapia familiar e individual. La terapia individual para su hijo puede ayudarle a aprender a manejar la ira y expresar sus sentimientos de forma más saludable. La terapia familiar puede ayudar a mejorar la comunicación y las relaciones, y a que los miembros de la familia aprendan a trabajar juntos.

Capacitación para la resolución de problemas. La capacitación para la resolución de problemas cognitivos puede ayudar a tu hijo a identificar y cambiar los patrones de pensamiento que llevan a problemas de conducta. En un tipo de terapia llamada resolución colaborativa de problemas, padres e hijo trabajan en conjunto para encontrar soluciones que funcionen para todos.

Capacitación en habilidades sociales. Su hijo también puede beneficiarse de la terapia para ayudarlo a ser más flexible y aprender a interactuar de manera más positiva y eficaz con sus compañeros.

Como parte de la capacitación para padres, es posible que aprenda a controlar el comportamiento de su hijo al dar instrucciones claras y cumplirlas con consecuencias adecuadas cuando sea necesario; y reconocer y elogiar el buen comportamiento y los rasgos positivos de su hijo para alentar los comportamientos deseados.

Aunque algunas técnicas de crianza parezcan ser parte del sentido común, aprender a usarlas de forma coherente frente a la oposición no es fácil. Además, es difícil en especial si existen otros factores estresantes en la casa. Aprender estas habilidades requiere práctica constante y paciencia. Lo más importante durante el tratamiento es mostrar a su hijo amor incondicional y aceptación constante, incluso en situaciones problemáticas. Este proceso puede ser difícil incluso para los padres más pacientes.

Estilo de vida y remedios caseros

En casa se puede trabajar para mejorar las conductas problemáticas del trastorno oposicionista desafiante practicando diversas estrategias como reconocer y elogiar los comportamientos positivos de un hijo, lo más cerca posible del momento en que se vean. Sea lo más específico que pueda, por ejemplo: “Me encantó cómo ayudaste a recoger tus juguetes esta noche”. Recompensar el comportamiento positivo puede ayudar, sobre todo con los niños pequeños.

Sea un ejemplo del comportamiento que quiere que tenga su hijo. Verle interactuar bien con los demás puede ayudar a mejorar sus habilidades sociales. Elegir sus batallas y evitar las luchas de poder. Casi todo puede convertirse en una lucha de poder si se permite. Establecer límites dando instrucciones claras y aplicando consecuencias razonables y coherentes. Hablen sobre establecer estos límites en momentos en los que no estén discutiendo.

Establecer una rutina con un horario diario habitual para su hijo. Pídale que le ayude a armar esa rutina. Planifique pasar tiempo con su hijo mediante la elaboración de un programa semanal que incluya hacer cosas juntos. Trabaje en conjunto con su pareja u otras personas de su hogar para garantizar que se apliquen procedimientos disciplinarios de forma adecuada y coherente. Pida también el apoyo de profesores, entrenadores y otros adultos que pasen tiempo con su hijo.

Asigne una tarea doméstica que sea necesaria y que no que solo se lleve a cabo si la hace el niño. Al principio, es importante que prepare a su hijo para que tenga una experiencia exitosa al hacer tareas que sean relativamente fáciles de lograr y, progresivamente, incorpore tareas más importantes y desafiantes. Dele instrucciones claras y fáciles de seguir. Aproveche esta oportunidad para reforzar los comportamientos positivos.

Prepárese desde temprano para tener desafíos. Al principio, es probable que su hijo no coopere ni aprecie su cambio de reacción ante su comportamiento. Puede esperar que su comportamiento empeore al principio, después de que le informe sus nuevas expectativas. En esta etapa inicial, la clave del éxito está en mantener la coherencia, aunque el comportamiento problemático empeore.

Con un esfuerzo regular y constante, el uso de estos métodos puede mejorar el comportamiento y las relaciones.

Estrategias de afrontamiento y apoyo

Ser padre de un niño con trastorno de oposición desafiante es todo un reto. Hay que hacerse preguntas y hablar con el equipo de tratamiento sobre las inquietudes y necesidades. Es bueno considerar la posibilidad de recibir asesoramiento para uno y para la familia a fin de aprender estrategias de afrontamiento que ayuden a controlar las propias necesidades.

Se pueden obtener mejores resultados para todos al aprender estrategias de afrontamiento y apoyo, ya que habrá una preparación para afrontar los comportamientos problemáticos.

Preparación para la consulta

Se puede visitar al médico pediatra o programar una cita directamente con un especialista en salud mental, quien puede hacer un diagnóstico y crear un plan de tratamiento que satisfaga las necesidades del niño. Cuando sea posible, ambos padres o cuidadores deben estar presentes con el chico. O bien, pedirle a un familiar o a un amigo de confianza que acompañe para que apoye y recuerde información.

¿Qué puedes hacer?

Antes de la cita médica, es conveniente realizar una lista con los siguientes datos:

-Los síntomas que tuvo su hijo y por cuánto tiempo los tuvo.

-La información familiar más importante, como los factores que pueden estar vinculados con los cambios en el comportamiento de su hijo. Incluye cualquier factor de estrés y cambio en la familia, como la separación o el divorcio de los padres y las diferencias en el estilo de crianza de los hijos, incluidas las expectativas que ponen en tu hijo.

-El desempeño escolar de su hijo, como las calificaciones y las áreas en las que le va bien o mal. Incluye cualquier evaluación de trastorno de aprendizaje y cualquier servicio de educación especial.

-Los problemas que la familia haya tenido a causa del comportamiento problemático.

-La información médica más importante de su hijo, incluidas otras enfermedades físicas o mentales que tenga.

Cualquier medicamento, vitamina, producto herbario u otro suplemento que tome tu hijo, incluidas las dosis.

-Las preguntas que quiera hacerle al médico o al especialista en salud mental para aprovechar al máximo la cita. Algunas inquietudes para hacerle al especialista pueden ser: ¿Cuál cree que sea la causa de los síntomas de mi hijo? ¿Existen otras causas posibles, como otras enfermedades mentales? ¿Es probable que esta afección sea temporal o persistente? ¿Qué problemas cree usted que pueden estar contribuyendo al problema de mi hijo? ¿Qué enfoque de tratamiento recomienda? ¿Mi hijo corre más riesgo de sufrir alguna complicación a largo plazo por esta afección?

Otras posibles preguntas para el profesional: ¿Qué cambios recomienda hacer en la casa o en la escuela para mejorar el comportamiento de mi hijo? ¿Debo informarles a los maestros de mi hijo sobre este diagnóstico? ¿Qué más podemos hacer con mi familia para ayudar a mi hijo? ¿Recomienda hacer terapia familiar?

¿Qué esperar del médico?

A continuación, se incluyen ejemplos de preguntas que puede hacerte el especialista en salud mental.

-¿Qué le preocupa del comportamiento de su hijo?

-¿Cuándo notó estos problemas por primera vez?

-¿Los profesores de su hijo u otros cuidadores han informado de problemas de comportamiento en su hijo?

-¿Con qué frecuencia en los últimos seis meses su hijo ha tenido un estado de ánimo de enojo e irritable, ha discutido con personas con autoridad o las ha desafiado, o ha herido a propósito los sentimientos de los demás?

-¿En qué entornos muestra su hijo estos comportamientos?

-¿Hay situaciones específicas que parecen desencadenar problemas de conducta en su hijo?

-¿Cómo ha tratado los problemas de conducta de su hijo?

-¿Cómo suele disciplinar a su hijo?

-¿Cómo describiría el hogar y la vida familiar de su hijo?

-¿Con qué tipos de estrés ha tenido que lidiar su familia?

-¿Su hijo tiene alguna otra afección médica o de salud mental?

Fuente: Infobae.

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