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El hábito que ayuda a reducir el azúcar en sangre y bajar la glucemia según la ciencia

Además de alimentación y actividad física, existe un hábito de la vida diaria que beneficia la salud según un estudio científico.

Control de nivel de azúcar en la sangre. Foto: Clarín

Control de nivel de azúcar en la sangre. Foto: Clarín

Un nuevo estudio científico aportó que un hábito muy practicado pero que pocos tenían en cuenta aporta beneficios para la salud, más precisamente controlar los niveles de azúcar en sangre y bajar la glucemia.

La referencia tiene que ver con un trabajo publicado en la revista BMJ Open Diabetes Research & Care, y que determina que las personas que viven en pareja tienen tendencia a mantener niveles de azúcar en sangre más bajos, más allá de la calidad de la relación.

¿Vivir en pareja ayuda a la salud?

Según refleja la investigación, contar con alguien emocionalmente cercano bajo un mismo techo puede resultar una fuente de apoyo social para los adultos de mediana o avanzada edad, lo que directamente repercute en la salud.

Los autores recuerdan que en estudios anteriores ya se habían abordado los beneficios para la salud del matrimonio o la convivencia, particularmente para personas mayores.

Otras investigaciones vinculan el riesgo de diabetes tipo 2 a una serie aspectos de la salud social que incluye el aislamiento, la soledad, el mantenimiento de la vivienda y el respaldo de la red de relaciones sociales.

El azúcar en la sangre, también llamada “glucosa”, es el azúcar principal que se encuentra en su sangre. Proviene de los alimentos y es la principal fuente de energía. Su sangre lleva la glucosa a todas las células de su cuerpo para ser usada como energía, especifica la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. ​

¿Cómo fue el estudio sobre glucemia y azúcar en sangre?

Un equipo de investigadores de Luxemburgo y Canadá comenzaron a indagar si existía una vinculación entre el estado civil y la calidad del matrimonio con los niveles glucémicos en adultos mayores, refleja El Español en la sección Ciencia.

Así, recurrieron a datos de biomarcadores del English Longitudinal Study of Aging (ELSA), un estudio que recopila datos multidisciplinares de una muestra representativa de la población inglesa de más de 50 años.

Además vuelca información de su vida en pareja, actualizando la información cada dos años.

Para el análisis se sirvieron de datos recopilados de 2004 a 2013, correspondientes a 3.335 adultos de los 50 a los 89 años que no tenían diabetes previamente diagnosticada.

Invitaron a los pacientes a visitar la enfermería después de hacerles una entrevista en sus ciclos de 20224-2005, 2008-2009 y 2012-2013, con lasa correspondientes muestras de sangre para medir sus niveles de glucosa.

Como era de esperar, fueron al eje del estudio y les preguntaban si tenían marido, mujer o pareja, con quién vivían y cómo era la convivencia. Y cuestiones diseñadas para medir el nivel de tensión social y apoyo dentro de la relación de convivencia.

Azcúcar en la sangre. Foto referencial – Clarín

Otros factores tomados en cuenta: edad, ingresos, empleo, tabaquismo, actividad física, depresión, índice de la masa corporal y variedad de relaciones sociales en su red, como hijos, amigos u otros familiares cercanos.

Resultados del estudio científico

En primer término, la ola 2004-2005, un 76 % de los encuestados vivían con alguien, afirman.

Los datos a lo largo del tiempo demostraron que las personas que experimentaron transiciones en su vida de pareja, como un divorcio o una separación, sufrieron cambios significativos en sus niveles de glucosa y probabilidades de prediabetes.

De todos modos, la calidad de la relación no llegó a marcar una diferencia significativa en los valores medios, por lo que los científicos concluyeron que tener una relación en sí era más importante que la característica de la misma en sí.

Riesgos de la falta de amor y conclusiones

Vale aclarar que el estudio fue observacional y no se enfocó en establecer causas, dado que remarcan ciertas limitaciones vinculadas a las personas que se fueron alejando del ELSA para la comparación precisa.

También han tenido en consideración la posibilidad de que aquellas personas con peor salud fueran más propensas a separarse.

Sin embargo, los investigadores destacaron que una de las fortalezas del estudio es el uso de las pruebas diagnósticas de la prediabetes como medida de resultado en contraposición de diagnósticos autoinformados.

Las conclusiones del equipo científico aseguran que “nuestros resultados sugirieron que las relaciones matrimoniales o de cohabitación estaban inversamente relacionadas con los niveles de glucosa, independientemente de las dimensiones del apoyo o la tensión conyugal”.

De hecho, este tipo de relación parecía tener un efecto protector frente a niveles de azúcar en sangre por encima del umbral de la prediabetes.

“Un mayor apoyo para los adultos mayores que están experimentando la pérdida de una relación marital o de cohabitación por divorcio o duelo, así como el desmantelamiento de los estereotipos negativos sobre las relaciones románticas en la edad adulta, pueden ser puntos de partida para abordar los riesgos para la salud”, señalan.

Y apuntan específicamente “al deterioro de la glucemia, que vendría a estar relacionada con transiciones matrimoniales en adultos mayores”.

Fuente: Clarín.

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