La depresión y su influencia en la sexualidad

POR Sandra Lustgarten

Psicóloga, sexóloga. Matrícula N.º 19529.

La depresión es un trastorno del estado de ánimo que puede ser transitorio o permanente con sentimientos de falta de energía, desgano, infelicidad, falta de esperanza, etc., que provoca en la persona un sentimiento de apatía para el disfrute y corresponde remarcar cómo afecta el estado de ánimo. Así es como las personas que cursan estados depresivos no pueden conectar con el otro, se hunden en su propio desgano hacia las cosas mostrándose reticentes a cualquier actividad. Diversos factores provocan la aparición y muchos declaran que puede manifestarse en determinado momento de la vida sin una causa, o no la encuentran pero expresan que tienen este sentimiento que los apaga. El estrés es uno de los factores principales en distintas sociedades que llevan a las personas a hundirse en un sentimiento profundo de desesperanza o de la puerta de salida para recuperar las ganas de vivir.

Algunos problemas como sucesos vitales motivan sentimientos de tristeza que si no son atendidos a tiempo desencadenan un estado depresivo. Algunas personas que terminan una relación sentimental entran en estados de angustia por sobre todo si son dependientes afectivos o personas que se caracterizan por tener fuertes apegos afectivos.

Muchos estudios dan una explicación clínica fundamentando como que se debe a la neurotransmisión del sistema nervioso central y cambios estructurales del cerebro por factores neuroendocrinos, que pueden ser inflamatorios e inmunológicos. Casualmente esto daría cuenta porque cuando bajan las defensas las personas que cursan depresión suelen afectarse con enfermedades de todo tipo y en lo que respecta a la clínica médica muchas enfermedades cancerígenas son producto de estos estados de tristeza que afectan el organismo en su totalidad.

La ciencia hoy propone muchas alternativas medicamentosas para las personas que padecen este tipo de sufrimiento y la indicación terapéutica es esencial para salir del cuadro. Muchas personas viven en un contexto que los insume en estados de tensión permanente y que responden con esta sintomatología propia de la depresión. La indicación de actividad física es un método natural para elevar las endorfinas y mejorar estos estados generando estados más eufóricos. La depresión termina siendo un mal que afecta en todas las áreas de la persona ya que la limita en su  accionar y de esa forma pierde vínculos, afecta su área social, laboral y afectivo familiar. El entorno de la persona depresiva también sufre las consecuencias emocionales afectando la convivencia y sin respuestas ni herramientas para poder modificar la incidencia que esta patología clínica trae a su contexto.

Cómo afecta la depresión la vida sexual de la persona

El deseo es el motor para el encuentro, el estímulo que enciende el órgano sexual por excelencia, si el deseo no está presente no hay posibilidad de tener ganas, es como prender fuego sin fósforo. La depresión es un síntoma que deja en un estado de falta total de incentivo, en general la medicación a su vez es eficaz en colaborar negativamente ya que provoca problemas significativos en la erección. En las mujeres puede suceder que estos estados se encuentren ligados a etapas evolutivas precisas, como ser el nacimiento de un hijo, el destete, la menopausia, o situacionales como ser la decisión de un hijo de irse de la casa, problemas matrimoniales, problemas laborales , divorcio, etc.

La sexualidad requiere de la tranquilidad emocional

Para crear un vínculo se requiere un estado y equilibrio mental propicio, cuando hay desavenencias que se expresan como falta de amor, las personas no logran conectar con la pareja, esto insume a la persona en una tristeza y frustración inestimable, parece una agonía buscar el afecto y no lograr llegar a la cima. Las parejas incomprendidas se quejan de este hecho como un mundo nuevo por recorrer, darnos cuenta de que el otro no es durante el tiempo la persona que buscamos, la persona que elegimos, que nos gustaba y que despertaba el deseo y nos generaba una carga libidinal permanente, es muy frustrante, es desolador para aquellas personas que son más vulnerables respecto al amor, que son más necesitadas y que precisamente el apego es la modalidad que caracteriza sus relaciones.

La clínica médica indica que la depresión es la responsable en los individuos que la padecen de la falta de deseo, las personas se muestran abatidas y sin fuerzas, con absoluto desgano, descuido físico, desinterés absoluto. Estos síntomas se presentan en forma gradual y luego van modificándose y siendo cada vez más intensos hasta dejar totalmente fuera de toda actividad a la persona y con rasgos visibles de falta de cuidado personal.

La medicación es imperiosa pero además la necesidad de terapia para encontrar el origen del problema y actuar en consecuencia con el tratamiento indicado para contener al paciente. La vida se torna insoportable, los pensamientos que abundan son negativos con una mirada negativista hacia el mundo. La importancia del círculo de contacto de la persona que sufre depresión, como un grupo de ayuda, la idea es mostrar que la persona posee gente que la quiere, que no está solo, que tenga otra mirada proyectiva hacia la situación.

La pareja plantea que convivir con la depresión en el mismo ámbito es una de las tareas más difíciles para quien tiene esta experiencia. Fundamentalmente la forma en que se aíslan del contacto y como se apartan del deseo, marcando una dificultad en sobrellevar una sexualidad frecuente, a fin de sostener la relación de pareja. El vínculo se va afectando de a poco sin esperanzas, las personas que sufren de estos síntomas temen no recuperar más la alegría y que esto se expanda a todas las áreas de su vida.

El mensaje claro es que de esto se sale con ayuda profesional, con tratamiento medicamentoso, que el grupo familiar puede sumarse al tratamiento, que la pareja puede ser parte del planeamiento, que estudiando la etiología de la enfermedad se puede trazar una esperanzadora cura y que ésta sin duda impactará en la estimulación del deseo sexual. También no debemos perder de vista que puede suceder también que la falta de deseo provoque estados depresivos y de frustración o miedo a tener relaciones sexuales. En ese caso también hay cura y se puede proyectar una activa vida sexual en el tiempo más cercano, lo importante es consultar para actuar sobre el estado de ánimo.

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