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La pastilla del amor

Foto ilustrativa. Saud180

Foto ilustrativa. Saud180

POR Sandra Lustgarten
Psicóloga, sexóloga. Matrícula N.º 19529.

La anticoncepción ha sido por tiempos una de las preocupaciones de las mujeres para decidir el momento en que están preparadas para la reproducción. La dependencia que crea este sistema de protección sobre la responsabilidad del cuidado en cabeza del hombre a través del método más conocido y accesible, como son los preservativos (si es que la mujer no pudiera optar por otros medios menos nocivos, o que afecten menos su salud). Esta situación se ha vuelto emocionalmente peligrosa para la mujer, ya que la sensación de miedo al embarazo no deseado, se nota sobremanera con pacientes femeninas en sus visitas al consultorio, siendo cada vez mayores las estadísticas.

En los últimos tiempos de lo que más se habla es de todos los anticonceptivos que puede elegir la mujer como abanico de opciones contra la fertilidad; en el caso del varón la opción luego del profiláctico es la vasectomía, esto parece muy anticuado en tiempos de mujeres competitivas laboralmente, con el empoderamiento femenino y la elección de asumir la liberalidad femenina en todas las áreas de la vida. Elegir el momento de la concepción y no que el momento las elija a ellas es un buen eslogan para poder dominar mejor el tema que hoy alarma a diferentes poblaciones y países en cuanto al crecimiento adolescente de embarazos no deseados, a causa de la falla de anticonceptivos precoitales por la ausencia de planificación.

Muchas mujeres siguen argumentando que desconocen sobre las opciones de métodos anticonceptivos, narran el sufrimiento intenso que deben superar mes a mes por poner la atención en la preocupación constante frente al peligro de quedar embarazadas por no tener la contención de un anticonceptivo adecuado, y el riesgo que asumen cuando después de varios meses de sufrimiento por accidentes relacionados con el preservativo, deciden aproximarse a la consulta y así poder informarse acerca de las alternativas, reconocen haber perdido tiempo precioso de intimidad sexual sintiendo más seguridad y disfrutando más de la misma.

Al fin una compañía experimenta una pastilla anticonceptiva para hombres que promete liberar a la mujer de tanta dependencia con el varón, sumado al riesgo de que se evidencia en adolescentes que olvidan la disciplina que requiere la toma de pastillas anticonceptivas con gran posibilidad de aborto como única opción poscoital.

Es una buena noticia para la mujer, le da un respiro, pero es probable que los varones no sean adeptos al consumo por diferentes prejuicios al respecto. Se observa que los miedos se relacionan con el temor a adquirir alguna consecuencia en la respuesta sexual.

Algunos de estos hombres fueron consultados acerca de las posibilidades de que elijan este método anticonceptivo como protección, para que su pareja o cualquier otra mujer con quien salga, no corra riesgo de tener un embarazo no deseado. La respuesta es simple, en general les resulta incompatible con su estilo de vida sexual, incluso algunos sienten que no sería el método que optarían y que necesitarían conocer sobre demostraciones efectivas en la ingesta sin consecuencias secundarias, el miedo y la evitación es la forma de responder ante la novedad desconocida. Algunos insisten en la preocupación de dificultades en la erección, o tener incidencia en su respuesta sexual.

Juan, de 45 años, dice: “ No veo por qué ahora debiera cambiar mi vida sexual, la mujer siempre se ocupó de esas cosas, por qué tendría que cargarme con la responsabilidad si es algo meramente femenino, ya que ella se embarazaría”.

El enfoque de muchos varones es que la responsabilidad es femenina, toda vez que la mujer es la que debería cursar el embarazo y es el cuerpo de ella la que debiera estar más expuesto. Esta manera de concebir la sexualidad en el cambio de las relaciones sexuales sigue mostrando una conducta de tipo machista aun, para comprender que el sexo es de a dos y que la pareja debe tomar la decisión adecuada según la situación y el clima que experimentan en cuanto a la temática, que sea por supuesto acorde a las necesidades. En ese sentido, la anticoncepción engloba un todo, costumbres, salud, psiquis, actividades, tipo de vínculo, sociedad, etc.

La ciencia evoluciona a pasos agigantados, sin embargo aún hay cierto resquemor en tomar una conducta acertada, la falta de educación sexual e información al respecto es la que sin duda en este caso se observa en la gran mayoría, sin educación sexual y sin conocimiento no hay posibilidad de decidir acertadamente lo mejor para la vida sexual íntima de la pareja. La importancia de este tema es que no se trata solo de que se evitarían embarazos no deseados por mujeres que se olvidan de tomar a diario la pastilla u otras situaciones, sino que sería una responsabilidad compartida, además de que ambos pudieran tomar la pastilla anticonceptiva para asegurar la efectividad.

Otros hombres más jóvenes, me han respondido que no saben nada al respecto, que el tema no les interesa, y que si tienen relaciones casuales pueden usar preservativo y si no eligen el coito interrumpido. Es una modalidad añeja de anticoncepción pero que sienten que pueden controlar bien. Es sin duda inverosímil que los varones aun sigan creyendo en forma omnipotente que pueden tener el dominio y control a través de una penetración de segundos sobre la urgencia del líquido preseminal,; sin embargo, muchos han dado esta respuesta como una posibilidad segura de evitación del embarazo no deseado. Parecería que con estas conductas peligrosas, al transgredir o al colocarse en una posición riesgosa, disfrutaran más de la intimidad sexual, como si el riesgo intensificara las sensaciones o la potenciasen.

Con este criterio, las mujeres seguimos supeditadas a la decisión masculina, no hay opción alguna, supeditadas al miedo y la evitación de un tercero, a la falta de información, a la creencia popular de que las cosas deben seguir como estaban porque de esa manera todo seguirá en manos de otros. Sin duda, la pastilla del amor es una propuesta diferente para un escenario más relajado para la mujer, que le permitiría no interrumpir el clímax por temor a la pérdida del preservativo, no perder el foco de atención de las sensaciones que tiene, y sobre el momento íntimo. Si los varones aceptaran esta alternativa, también colaborarían con la posibilidad de acceder al orgasmo femenino, la mujer se relajaría y podría focalizar sus sentidos hacia los estímulos aumentando la excitación. La posibilidad de otro tipo de encuentro sexual que favorezca la intimidad de ambos y dejen de gobernar el orgasmo de la pareja los fantasmas sobre las preocupaciones que serían fácilmente manejables con información sexual. Así mismo también funcionaría muy bien en los conflictos por esta temática comunes en el ámbito de las parejas. Otro beneficio es que al fin se evitarían métodos para contrarrestar la concepción que hoy son abusivos y provocan serias consecuencias en el metabolismo femenino.

El varón debe acceder al cambio, en pos de una mejor calidad de la vida sexual de la pareja, a favor de estos cambios que la ciencia aporta para una vida sexual más segura e intensa en función del bienestar de la pareja y por ende de un mejor resultado en la intimidad sexual.

 

Instagram: @sandralustgarten

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