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¿Cerebro joven toda la vida?: cómo es la innovadora técnica que evita el deterioro cognitivo

“Nadie desea perder su memoria, capacidad de atención, creatividad y autonomía”. Foto: Infobae

“Nadie desea perder su memoria, capacidad de atención, creatividad y autonomía”. Foto: Infobae

Para el 2050, la OMS afirmó que, en el mundo, el número de personas mayores de 65 años más que duplicará el número de niños menores de 5 años. De qué se trata este método y por qué ya se aplica para quienes padecen COVID prolongado.

La expectativa de vida de la humanidad crece año a año. Hoy, pensar que una persona tiene más de 90 años no es extraordinario. Sin embargo, aquello que desde una mirada cronológica es un avance indudable, desde la “práctica” puede ser un problema. Con poblaciones más envejecidas, las repercusiones sanitarias aumentarán debido a las enfermedades que pueden asociarse. Sin embargo, para las patologías neurológicas existe una innovadora técnica desarrollada en la Argentina que promete cerebros jóvenes toda la vida.

Más allá de que se trate de una analogía porque el paso del tiempo es innegable, los resultados de este método que retrasa el deterioro cognitivo asociado a la edad se muestran más que prometedores. Denominado como Mental Training Tech 245, o MTT 245, este método busca desarrollar nuevas conexiones neuronales a partir de un binomio de intervención, que consiste en la oferta de nuevos datos y su afianzamiento en la memoria a través de 100 técnicas de entrenamiento de habilidades cognitivas.

“Hasta ahora, la ciencia nos dijo que el cerebro tenía un tiempo de vida útil y empezaba a decaer, con un umbral de deterioro a diferente edad para cada persona, dependiendo de los genes y el estilo de vida. Pero desde el 2000, cuando Eric Kandel ganó el Premio Nobel, todos comprendimos que el cerebro puede seguir cambiando su estructura, aprendiendo y mejorando hasta el último día de nuestras vidas”, afirmó a Infobae la médica Carol Kotliar, especialista y master en Hipertensión Arterial e investigadora clínica independiente de CONICET.

En ese sentido, el cardiólogo argentino Oscar Cingolani, profesor de Medicina y director del Centro de Hipertensión Arterial y de la Unidad de Cuidados Críticos (UCC) Cardiovasculares del Hospital Johns Hopkins, agregó: “Hay que hacer algo, porque todos los estudios que hay en el mundo muestran que haciendo intervenciones uno puede mejorar, pero esas intervenciones por lo general son puestas en marcha tardíamente. ¿Qué pasaría si uno las empieza antes?”.

A medida que la humanidad avanza hacia una sociedad más envejecida, la necesidad de aplicar nuevas técnicas para preservar la capacidad cognitiva es esencial. Foto: Infobae

La revolución de la longevidad: ¿nuevo desafío para la humanidad?

Según el informe anual sobre Perspectivas de la Población Mundial, que difundió las Naciones Unidas (ONU) en julio de este año, “se estima que la proporción de la población mundial de 65 años o más aumentará del 10% en 2022 al 16% en 2050″, con lo cual “se espera que el número de personas mayores de 65 años en el mundo más que duplicará el número de niños menores de 5 años, y llegará a igualar la población de niños menores de 12 años”.

“La ciencia, hasta ahora, nos dijo que el cerebro tenía un tiempo de vida útil y empezaba a decaer con un umbral de deterioro a diferente edad para cada uno, por los genes para el estilo de vida, pero que empezaba de caer. Pero ahora sabemos que podemos seguir aprendiendo hasta el último día de nuestras vidas”, afirmó Kotliar y señaló cómo esta situación, que es considerada natural en los niños, no continúa hasta la edad adulta y menos aún en los adultos mayores.

Es por eso que la experta destacó: “No deja de sorprenderme porque lo tenemos claro: cuando somos chiquitos, el niño va al colegio y solo aprende, es una esponja. Pero, ¿por qué terminamos con eso? Cuando somos adultos utilizamos lo que tenemos ya guardado en el cerebro y lo vamos combinando para tomar nuevas decisiones, pero es muy difícil que aportemos cosas nuevas y si las aportamos, las aportamos un ratito”.

La base para afianzar los conocimientos radica en “subir” estos datos de la memoria corta y la memoria permanente. “El tema de la pérdida de capacidad cognitiva ya es un problema en nuestra sociedad y esto va a ir creciendo con el transcurso de los próximos años. Muchas veces, uno recurre a herramientas caseras que dudosa efectividad, pero hoy las neurociencia nos permiten tener un sustento científico lo que está sucediendo y poder pensar herramientas”, señaló. Al tiempo que resaltó que no alcanza con crucigramas u otras actividades similares, sino que es muy distinto el proceso.

“Es impresionante, el cerebro, que es uno de los órganos más chicos del organismo, se lleva el 40% del oxígeno que respiramos. Pero además, tiene una alta capacidad, un bajo rendimiento (porque puede desplegar mucho más) y un rápido deterioro. La neuroplasticidad, que hoy se utiliza para recuperar un cerebro dañado, ya sea por un accidente cerebrovascular, un traumatismo u otra situación, se puede aplicar a cerebros sanos para enfrentar el problema del envejecimiento de la sociedad y dar respuesta a esta situación mundial”.

Al tiempo que agregó: “Hace unos años hicimos un estudio con más de 1500 personas, en 12 países de Latinoamérica, entre ellos la Argentina. Medimos la edad de las arterias y su rigidez; y lo que vimos nos sorprendió: los jóvenes de entre 20 y 40 años tenían arterias casi 10 años más envejecidas que su edad”, es por eso que señaló la importancia de comenzar a diagramar una estrategia para dar respuesta ante esta situación.

Qué es el MTT 245

Patentado y avalado por expertos, el MTT 245 es un “sistema inductor de plasticidad cerebral basado en el desarrollo de nuevas conexiones neuronales a partir de un binomio de intervención sobre el desarrollo cognitivo actual individual”, afirma el documento al que tuvo acceso Infobae, al tiempo que advierte que es gracias a la asociación inseparable de 2 intervenciones que se logra “preservar y potenciar la eficiencia de las actividades cognitivas trasladas a la vida cotidiana del adulto”.

“Está demostrado en cerebros dañados por distintas patologías que los módulos de nuevas ejercitaciones, que llegan a 245 horas, promueven la neuroplasticidad y devuelven habilidades cognitivas de manera significativa, ¿por qué no se puede aplicar a cerebros sanos?”, señaló Kotliar. Es por eso que resaltó que esta “propuesta no es solo para que tuvo el daño, sino para que todos incrementemos lo que llamamos reserva cognitiva, que son nuestro equipo de soldados que van a estar ahí por si tenemos algún daño o alguna amenaza”.

Actualmente, aunque no en cerebros sanos, este método se aplica en Estados Unidos para atender a las personas que padecen niebla mental post COVID o COVID prolongado. “Nosotros, en Hopkins, hemos visto un tendal de gente que, ya sea quemada por la pandemia o por el COVID prolongado, está en una situación que quiere dejar su profesión, está deprimida, con ansiedad y ya hay estudios preliminares que muestra que cierta patología cerebral de esa gente tiene los mismos cambios que vemos en demencias. Entonces, hay que hacer algo, porque todos los estudios que hay en el mundo muestran que haciendo intervenciones uno puede mejorar, pero esas intervenciones por lo general son puestas en marcha, tardíamente. Pero ¿qué pasa si uno las empieza antes?”, se preguntó Cingolani.

Sobre la celeridad en atender esta problemática creciente en los adultos mayores, pero también en estos otros grupos, es que se dio inicio a este método. Sin embargo, antes de comenzar con esta estrategia es necesario realizar algunos pasos, los cuales se encuentran estandarizados, los cuales fueron avalados por el grupo de asesoramiento internacional ICAM (Internacional Consortium of the Adult Mind) integrado por científicos de Argentina, Suecia, España, Italia y EEUU.

En ese sentido, la investigadora del CONICET señaló que se utilizó la evidencia científica disponible, es por eso que definieron utilizar un binomio que contenga un trabajo de memoria y conocimientos, que luego se aplica (para afianzarlo en la memoria a largo plazo) en juegos de ingenio. El objetivo: estimular el cerebro. “Esos nuevos conocimientos son algo que no sepamos, es decir que si no nos queda confortable. Y cuanto más nos aleja de nuestra zona de confort, mucho mejor”.

“Primero tenemos que conocer el desarrollo cognitivo actual y para eso usamos scores. Hay unas 5 o 6 escalas que se usan en el mundo, pero nosotros tomamos una desarrollada por un grupo de científicos españoles que se llama escala de reserva cognitiva y que mide todas las funciones, incluyendo la socio-ambiental”, enumeró Kotliar al detallar el primer paso que deben afrontar.

En ese tono, la experta aseguró que este score no es intelectual o de coeficiente intelectual, “sino que mide el desarrollo cognitivo al día de hoy. Y siempre es mejor que la persona tenga una cierta dispersión de sus áreas de interés y de las habilidades cognitivas desarrolladas”. El siguiente paso es evaluar los riesgos a los que se enfrentará. “Determinamos su riesgo cognitivo actual, es decir cuáles son los riesgos para su estado cognitivo, el cual puede aumentar cuando la persona tiene diabetes, es obesa o sedentaria, por ejemplo”, agregó y aclaró: “Todo es evaluado individualmente”.

“El siguiente paso que tenemos que llevar adelante es determinar su desarrollo cognitivo posible, porque cada uno podrá llegar a niveles diferentes. Con todo esto resulto, determinamos el binomio de datos y la tech que mejor funcionará para su desarrollo”, explicó la investigadora del CONICET. Asimismo, resaltó que una vez definida la estrategia, se plantea los ejercicios “desde un punto de vista lúdico y sin estrés”. “Cuando empezamos a ver las prácticas siempre tuvimos el cuidado de no generar estrés, por eso en la neuroplasticidad se habla siempre de juegos”, resaltó.

Para explicarlo con un ejemplo, si una persona toda su vida se desarrollo en áreas humanísticas, la mejor opción es que aprenda datos que no se relacionen con esta temática, como pueden ser las finanzas o las ciencias más duras. Una vez que se impartió este conocimiento por unos 30 minutos, el siguiente paso es lograr afianzarlo mediante alguna de las 100 técnicas presentes en el programa, para eso se utilizan unos 15 minutos extras.

Dicho de otro modo, la persona aprenderá procesos, praxias (actividades que luego de pueden aplicar en la vida diaria, como es abrir una lata) o se apelará a la memoria para que estos datos luego se fijen en el cerebro gracias a actividades sensoriales, motoras, analíticas, creativas o disociativas que pueden ser desde unimodales (que apelan a un solo aspecto) hasta pentamodales (con el uso de las 5 al mismo tiempo).

“Usamos los datos como meta para que la persona se estimule, pero lo importante es que este proceso es totalmente diferente de una persona a otra”, dijo la experta. Entre las temáticas que pueden aplicarse, según enumeró, pueden ser ciencias formales, naturales, culturales y sociales. “Los datos a otorgar a cada individuo se basan en su triple caracterización según su desarrollo cognitivo actual, su riesgo cognitivo y su desarrollo cognitivo posible”, recalcó y agregó: “El objetivo es preservar y potenciar la eficiencia de las actividades cognitivas trasladadas a la vida cotidiana del adulto”.

Cerebro ágil a cualquier edad

“El mundo, en los últimos 30 años, ha envejecido a una velocidad absolutamente rápida en, prácticamente, todo el planeta. Es una tendencia, salvo en algunos países africanos debajo del desierto del Sahara, que el mundo está envejeciendo muy rápidamente, muchos más en los países latinoamericanos. Es una revolución de la longevidad y así lo denominamos. Hoy se calcula que los chicos, nuestros hijos o nietos que nacieron en este siglo, tienen 30% más probabilidades de llegar a los 100 años que los que nacimos en el siglo pasado”, afirmó a Infobae Ricardo Jáuregui, médico y presidente de la Asociación Internacional de Gerontología y Geriatría.

Y agregó: “Hoy, los adultos mayores son el 12% de la población en Argentina y en el año 2050 serán 2.000 millones de personas en el mundo. Es por eso que, si todos seguimos con la ‘profecía autocumplida’ (de deterioro cognitivo por la edad), nos vamos basar en el paradigma de la juventud, que nos dice que cuando seamos viejos tenemos que retirarnos”.

Según explicaron los expertos, este método permite que tras 245 horas de MTT 245 el umbral del deterioro cognitivo se retrase 10 años. Sin embargo, advierten que, para lograrlo, es necesario “salir de la zona de confort. ¿Por qué nos obligamos todos los días a hacer ejercicio, pero o no nos obligamos a hacer cosas nuevas? A medida que crecemos, vamos de vacaciones a los mismos lugares y hacemos rutinas en zonas de confort; pero como nos obligamos a hacer ejercicio, hay obligarse a hacer ejercicio mental”, resaltó Cingolani.

“En el Kennedy Krieger Institute ahora están haciendo una investigación muy importante, enrolando a gente post COVID para este método. Existe un estudio realizado en Alemania en el cual analizaron a los empleados de una fábrica o corporación o empresa nueve años antes que se retiren y los siguieron por cinco años después de que se retiren. Los que hacían un trabajo simple, como por ejemplo llevar el café, tenían un deterioro cognitivo mayor que aquellos que estaban puestos con responsabilidades y esta fue la principal variable que vieron al evaluar el deterioro”, continuó el cardiólogo.

Las cartas están sobre la mesa. A medida que la civilización gana tiempo sobre esta tierra, la necesidad de llegar a edades más avanzadas con el pleno uso de las capacidades cognitivas es imperativo. “Nadie desea perder su memoria, capacidad de atención, creatividad y autonomía”, recalcó la científica.

Vale destacar que, hasta el momento, hay unas 400 personas que ya se anotaron para formar parte de esta innovadora técnica, la cual comenzará a impartirse desde marzo del 2023 en San Isidro, en Espacio Santa María, pero también en dos instituciones académicas que, hasta el momento, no se definieron. Aunque también, según explicaron, existen pedidos de digitalización o de realización dentro de empresas.

“También queremos que llegue esta técnica a espacios con personas retiradas y otros adultos mayores, ya que será gratuito. Incluso, se puede aplicar a otros sectores de la sociedad que lo requieran, ya que mejora la performance cerebral”, concluyó Kotliar, al tiempo que destacó que este programa que obtuvo un auspicio otorgado por la Academia Nacional de Medicina para el Programa de Neuroplasticidad Aplicada a la Prevención y el decano de la Facultad de Medicina de la UBA, Luis Ignacio Brusco, asesor del programa, comunicó la designación como institución afiliada (ad referéndum).

Fuente: Infobae.

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