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El orgasmo en tiempos de “Café con aroma de mujer”

Imagen de referencia.

Imagen de referencia.

POR Lic. Sandra Lustgarten
Psicóloga, sexóloga. Matrícula N.º 19529.

Qué fantasía extrema me produce cuando asocio el aroma del café a una sensación placentera llamada orgasmo. En las series románticas, las metáforas provocan distintas sensaciones, mezclamos la ficción con la realidad, el amor de los protagonistas nos envuelve en una historia irreal que modifica emociones.

Algunos efectos como la lujuria, el placer, la pasión, el éxtasis, el sentir, el amor, la ilusión, el encanto, la magia, y todo lo que aspiramos. Mirando la serie de Café con aroma de mujer, nada sexual, por cierto, pero que genera emociones intensas, el usted y el tú participando, acercando y alejando, en una historia en definitiva romántica, me imaginé que el orgasmo es eso, querer revivir una emoción, un viaje sin retorno.

Porque el orgasmo es eso, una vez que se exploran las sensaciones que produce el placer y cómo se experimenta, queremos repetirlo, es como degustar un plato exquisito de comida. Esa manera en que vivimos las cosas que deseamos, nos arrima a la sexualidad plena y a sus variantes.

Un viaje profundo a un lugar desconocido

Interpretar el orgasmo, ¿Cómo se siente? Se siente como si estuvieras trascendiendo el cielo, se experimenta irrepetible, te conecta con todos los sentidos, y los sientes vivos, como si te elevases y te quedases en ese viaje entumecida, una suerte de novata hace que no reconozcas cómo cambia tu cuerpo y la voz que en él se manifiesta.

La experiencia del orgasmo es algo que se logra cuando nuestro cuerpo se conecta con nuestras emociones. Algunos estímulos favorecen a la respuesta rápida sexual, otros provocan el bloqueo. La represión es ese mecanismo que hace que todo se interrumpa, esto es algo que utiliza nuestra mente cuando sentimos que lo que hacemos “no está bien”,” es malo”, o no es para una”, se instala en nuestra mente a partir de recibir mensajes negativos o inadecuados de los adultos de tipo moralistas y es lo más contraproducente que existe en lo que se refiere a la posibilidad de sentir. Cuando la represión no se controla, existen posibles respuestas en la mujer, una de ellas es el fracaso en la excitación y la inhibición del orgasmo.

Animarse a ser libre, con su cuerpo que se expresa en libertad, es un ejercicio que ayuda a darnos permiso, conocernos es imprescindible para saber qué nos gusta, qué nos hace sentirnos gratificadas y cuál es el camino de ida que encamina hacia el clímax.

Las parejas temen experimentar, en principio temen enterarse sobre la ausencia de satisfacción que tiene la persona que la acompaña, porque simplemente implica reconocerse vulnerable en temas de sexo propiamente dicho. Entender cuáles son las debilidades que tenemos nos ayuda a reconocer las carencias.

Del orgasmo no se habla, en una época el hombre solía preguntarle a la mujer si había alcanzado el orgasmo, nosotras siempre decimos que sí, lo fingimos, con tal de satisfacer al otro, como si de esa forma diéramos la certeza que eso es amor o compromiso verdadero.

Nosotras las mujeres reconocemos que aun somos románticas en este terreno y por sobre todo que no importa el placer si estamos acompañadas, aunque nos sintamos solas y que el sexo es para otra etapa de la vida; sin embargo, nos damos cuenta en determinado momento, de que sin sexo placentero nos mostramos tristes, apáticas, sin vitalidad, energía, que una mujer que no es bien amada es como una flor que no se riega.

Recorrer tabúes que dejaron huellas, los tabúes han sido los autores de una historia sin fin, detrás de la palabra nos encontramos con lo que genera. Muchas veces lo que se desea es inalcanzable, y se torna prohibido y lo prohibido atrae. Ser libre, sin complejos, nos habilita a sentir el sexo como algo natural en nuestras vidas, dejar que nuestro cuerpo se exprese en cuanto a las necesidades que tenemos, es sano, lo que no lo es, es cuando las personas no aceptan que podemos sufrir cambios en las distintas etapas de la vida.

La sexualidad es variable y finita, siempre que propiciemos que lo sea. La revolución de la liberación femenina permitió un gran cambio frente a la represión; es en este sentido que un buen estímulo hace que deseemos vivir el sexo con permisos para sentir y no como un obstáculo en nuestras vidas.

El placer engloba todo , y en este ámbito la fantasía juega un rol preponderante, que sugiere y no impone habilitar la ilusión en este campo, imitar, copiar, imaginar: dar paso a la imaginación nos facilita o nos inspira para que renazca la pasión.

Hablar de aromas es explorar sensaciones, sabores, gustos y olores que se encadenan en nuestra imaginación. Pero no solo los aromas intervienen en el juego amoroso, el orgasmo es el resultado de una mezcla de condimentos distintos, que al ser utilizados intensifican nuestra forma de experimentar cada estímulo.

Debemos soltar las dudas, los misterios que acercan a los miedos, producto del desconocimiento, debemos informarnos más, aprender juntos, compartir, probar, cambiar de juego.

Las personas que tienen miedo de disfrutar deben ejercitarse con técnicas distintas para aprehender sin miedo. Una paciente me contaba que tenía miedo de disfrutar porque si se enamoraba sufriría, por eso se desconectaba para no sentir y comprometerse afectivamente con alguien que no le daba seguridad. Esa seguridad debe buscarse en el interior de cada uno, no viene de afuera. O de darse cuenta que no pueden hacerlo.

Hablar de estos miedos libera ataduras y arrima a ese aroma que nos descubre féminas, los prejuicios se apartan de nuestro inconsciente y nos animamos al mundo y nos volvemos parte de este. Nosotras las mujeres tenemos el derecho de disfrutar del amor, de gozar la vida, de
experimentar el amor y de vivir la sexualidad libremente.

Instagram: @sandralustg

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