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“Porque te quiero te aporreo”

Violencia de género. Foto: Redes.

Violencia de género. Foto: Redes.

POR Lic. Sandra Lustgarten
Psicóloga, sexóloga. Matrícula N.º 19529.

Dedicada a todas las mujeres que alguna vez fueron víctimas de violencia de género

Creemos que lo merecemos, que algo hicimos para que suceda, que somos responsables de esa conducta, que si hacemos lo que el otro quiere esto no se desencadenaría, porque la única persona que no entiende cómo son las cosas somos nosotras.

Entre mares de lágrimas tratamos de comprender por qué sacamos lo peor del otro, qué hace que en vez de una caricia, una palabra de amor, una cuota de comprensión, recibamos sin barreras toda la ira de la persona que nos acompaña en la vida.

Y es que realmente esa conducta de víctima, de merecedora de lo peor, debilitada, obediente, sumisa, responsable, culposa hace que el otro muestre y se desenvuelva sacando lo peor de sí.

Mujeres dependientes afectivas, mujeres que aman demasiado

Entre las pacientes que me contaban sus historias había una coincidencia, todas estas mujeres tienen algo en común, mujeres víctimas de hombres autoritarios, violentos, insensibles, psicópatas. Todas con un objetivo común, que comprendía lo que habían vivido de pequeñas, la necesidad de ser miradas, aceptadas, valoradas por su progenitor.

Mujeres que perdonan con la certeza de que no volverá a suceder

Mujeres que confían que esas promesas son reales, que esa persona dañina va a cambiar, al principio las invade esa emoción de vivencia de una especie de luna de miel romántica que solo dura un suspiro porque luego todo vuelve a la normalidad en cuanto a violencia se refiere, la magia se acaba pronto, mujeres que no pueden tolerar el fracaso y apuestan una y otra vez poniendo su cuerpo, jugándose el todo por el todo para volver a caer en la trampa que el psicópata, encantador de serpientes, ilusionista teje.

Lo cierto es que la psicología de estas mujeres es vasta en todo lo que engloba la actitud que toman de quedarse en ese lugar, de sentirse sin fuerzas para escapar, de dar nuevas oportunidades, de autoengañarse, de disfrazar lo que sucede, de mentirse, de buscar excusas que justifiquen, de entender y justificar al otro, de ponerse en un lugar de desvalorización, etc.

Esta situación ciertamente cada vez empeora más, porque la víctima va perdiendo energía y queda absolutamente desvalida, no cree que pueda comenzar una nueva vida y entra en un estado de depresión, siente que nunca tendrá una vida mejor, pierde las esperanzas y no encuentra el sentido de la vida.

Violencia hacia al mujer. Foto: Redes.

“El sexo con él es lo más increíble que me sucedió en la vida”

Y el autoengaño continúa, creer que la pasión es el resultado de una relación que prima sobre la violencia, encantadora de un vínculo que es emocionalmente degradante, que confunde, que olvida, que pierde la memoria para captar solo la memoria que registra la piel.

Y ser eternamente confiscada a una persona que no acaricia ni besa, sino que se maneja con la violencia e imaginar que esa manera de actuar es una forma de amar. Este masoquismo para la vida de relación no hace más que formar parejas patológicas, que encubren al victimario y que no permiten que se haga justicia, solo porque creen que lo merecen.

El sexo adquiere una connotación muy diferente a la real, se percibe como un acto de amor, se vive con absoluta pasión, como si se recuperase algo que se estuvo por perder y que es un significante muy importante en nuestra vida.

“Sin él no soy nada”

Esta confusa forma de acomodarse a esa situación inaceptable es la forma en que las mujeres víctimas de este modelo relacional logran justificar. Él lo es todo para mí, fue el mejor sexo que tuve. En ocasiones descubren que no son las únicas, la infidelidad es más común de lo esperado, sin embargo logran perdonar, porque si no lo hacen temen perder al partenaire definitivamente.

Esa competencia y salir triunfadora las alimenta en este vínculo enfermo, sintiendo que el otro muere de amor. Lograron vencer a la otra, y esto las enaltece, aumentan la autoestima y se sienten superiores. Muchas mujeres temen perder su posición económica, o el estatus de vida, siempre hay intereses que pueden verse afectados en la aceptación de este tipo de maltrato y en estos vínculos.

Considero que esto se gesta en un tipo de personalidad ajustada para estas vivencias con una historia preliminar que dio origen a la baja autoestima y poca confianza en una misma y sin duda en el modelo relacional constituido con sus progenitores.

Amar al hombre equivocado

La mujer violentada siente que el suyo es el único hombre posible de amar y, peor aún, está segura de que eso es amor. Es que para estas mujeres el amor ha sido comprendido en forma errada, por eso se justifica lo injustificable, la violencia comprendida como un acto amoroso, y lo más aberrante es entender el porcentaje de mujeres que mueren día tras día creyendo, apostando, confiando en que esto va a cambiar, y que creen la historia que quieren creer, que no toman conciencia de la gravedad y el peligro que corren hasta que llega el final.

La violencia de genero viene acompañada de falta de cultura y de idiosincrasia que no se ajusta a la modernidad de hoy, los cánones de antes, respecto al machismo y a las libertades del género masculino, siguen siendo pilares en la actualidad, la creencia que ese modelo creó hogares felices es el peor de los problemas ya que nada de eso ocurre, todo lo contrario, victimiza a los protagonistas y los deja instalados en una vida de apariencias poco reales. Hay que buscar las huellas del pasado que marcaron esta nueva historia presente para alcanzar la satisfacción plena de tener la relación que cada mujer se merece, ni más ni menos.

 

Instagram: @sandra lustg

Celular: +541161827888

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