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Lifestyle

Cita a ciegas

POR Sandra Lustgarten*
Psicóloga, sexóloga. Matrícula N.º 19529.

Cómo cambiaron los tiempos, desde la época de mis abuelos. La cita a ciegas era toda una aventura de la imaginación que no se cumplía en la fantasía, salvo casamientos arreglados, lejos de emocionarlos, carentes de experiencia en las relaciones íntimas, o las conocidas relaciones abiertas, abogaban por una oportunidad para conocer el gran amor. Qué época aquella, diría mi abuela, pensando en que el deseo se experimentaba de otra manera, la ilusión del encuentro amalgamaba una ilusión única en un mundo de relaciones amorosas con proyecciones concretas para el vivir cotidiano.

La escuela de las relaciones eternas permitía hacer impensable una realidad tangible como era el sexo libre, el sexo abierto o el casual, para dar lugar solo al “amor verdadero”, fruto de los momentos en que se compartía una taza de té, chocolate caliente o una cabalgata alrededor de la laguna. Puro romanticismo encarnado en la historia.

Y con sabor a chocolate me proyecto en otro tiempo, el tiempo actual, el tiempo de la cita a ciegas en una aventura que me lleva a arriesgarlo todo, a lanzarme a lo desconocido, explotar el deseo que quedó reprimido, para darle a mi vida una connotación sexual que hoy por hoy vuelve libre al pensamiento, sin tabúes, sin represión, sin juicio moral, con miedos diversos que, por supuesto, son muchos y legítimos.

Transitar en el presente una “cita a ciegas” puede ser el juego erótico que más éxtasis genere en el seno de una pareja que desea salir de la rutina, experimentar una posibilidad de renovar la vida íntima, explorar roles diferentes en esa propuesta, intensificar la relación enajenándola de la rutina, de la apatía sexual o el aburrimiento, descubrir nuevas cosas en el otro, y descubrir a otro nuevo, una mirada diferente al mundo de las relaciones para escapar de la apatía del deseo apagado en el tiempo, recurrir a fantasías que se desvanecen si no se practican con frecuencia, estimular los encuentros, dar alternativas para una nueva oportunidad que genere misterio.

El espectro es tan amplio, la imaginación nos lleva a nutrir la experiencia y alimentar las emociones, para pensar en las posibilidades que en la actualidad dan luz a la intimidad y eso se evidencia en las citas a ciegas. Definiendo la “cita a ciegas” entonces, en una época donde la mujer ha perdido la vergüenza, se ha animado a enfrentar los duelos de la adolescencia, a ser mujer y explorar su intimidad, a reconocerse sexualizada, a buscar el goce de su propio cuerpo, a descubrirse en su cuerpo, a reclamar la experiencia de las sensaciones, a dejar de pedir permiso, a ser autónoma con su intimidad, a ser realista con sus conflictos sexuales, y decirlos, a educar a su pareja para que sepa satisfacerla, a darse la oportunidad de ser complacida sexualmente, a vivir una vida plena sexual, a entender que la sexualidad no se termina cuando se van los hijos o cuando llegan a la pubertad, que los niños menores duerman en su cama, que el padre debe ser incluido en el vínculo madre-hijo, y tantas otras cosas que nos definen como una sociedad más desarrollada y evolucionada en el terreno sexual.

Más que historia la cita a ciegas vino a romper con viejos mitos para dar una oportunidad a las redes sociales y encontrar entre miles de ofertas el amor de tu vida, el hombre más sexy, el mejor amante, y tantas otras posibilidades que antes se creían remotas. Pero también habla en definitiva de un modo de encuentro distinto, que promete la oportunidad entre dos personas que se cruzan en determinado lugar y tiempo y que se permiten aprovechar esa chance de aventura, de cambio, de apertura, porque es una lotería o una ruleta rusa, pero el amor a veces llega de otra manera, toca nuestra puerta, aterriza en nuestra casa, nos enfrenta, nos mira a la cara y nos sonríe.

La definición de “cita a ciegas” es aquella en la que dos personas desconocidas, por cierto, se encuentran de alguna forma, esa experiencia que suele ser misteriosa, emocional y sumamente estresante, ya que implica que todos los sentidos estén en estado de alerta, además siempre involucra el temor a lo desconocido, aquello que nosotros conocemos, lo podemos controlar; sin embargo, lo que no conocemos nos resulta inmanejable, perdemos la posibilidad de adelantarnos y preparar nuestra reacción de acuerdo a lo percibido. En los últimos tiempos es común observar una forma de experimentar esta experiencia y es con mucha desconfianza sobre el resultado, si vemos cómo internet y otros medios nos han permitido que nuestra forma de contacto social se amplíe en el universo, nos haya dado un crecimiento enorme en lo que a la vida social se refiere. Aun cuando muchas personas quieren respetar el modelo de cita a ciegas, la realidad es que entra en discusión, si es que así también esta propuesta ha provocado tendencias que abarcan modalidades sin límite preciso.

La cita a ciegas propone tantas formas de conectarse con el otro, la posibilidad del encuentro ha permitido que se incremente el sexo ocasional, por ejemplo, como una experiencia poco tradicional que está tomando fuerza y está dando un giro a las relaciones con total aceptación, dejando volar la imaginación y nutriendo vida íntima de cada persona, en pos de mejorar la sexualidad. Tal es así que las personas han encontrado en esta alternativa la forma de incursionar en nuevas experiencias altamente eróticas, que les han permitido congraciarse con una sexualidad poco placentera, cambiándole la cara a esta forma de vivir la vida íntima.Entonces en esta nueva forma de vivir la vida de relación, en esta experiencia llena de magia y fantasía, personas de diferentes edades, encontraron la forma de poner distancia a sus prejuicios, de lanzarse a la aventura, de amalgamarse a una oportunidad sexual diferente, y por medio de la identificación con otros generar un modelo diferente y prometedor para nutrir la vida sexual de nuevas experiencias, mejorando activamente las relaciones íntimas.

Animarse al azar, al encuentro inesperado, es natural, es posible, porque es una forma también de darse la oportunidad de que llegue a nuestra vida alguien que hemos estado imaginando siempre y nunca lo encontramos, es una forma de atraer experiencias desconocidas, nuevas formas de tener sexo, de experimentarlo y de disfrutarlo. Solo hay que descubrir que uno puede atreverse sin pensar que es algo malo o prohibido o vergonzoso.

La cita a ciegas es un modelo de encuentro actual, propio de la modernización, típico de las relaciones íntimas de los últimos tiempos, promoviendo vínculos más sexualizados que amorosos y aunque no haya reglas generales, hay que apostar a las nuevas tendencias.

*Instagram: @SANDRALUST

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