Andrés Báez: El arte de hacer moda inquieta, social y sostenible

La artesanía imprime en la Alta Moda de Andrés Báez los ingredientes necesarios para generar impacto: arte en el diseño experimental, concepto desde lo social, sostenibilidad y sustentabilidad.

Andrés Báez. Foto: @marcelasanchezzzzzz

“Trabajamos en co-creación con las artesanas para que el intercambio sea justo y no caer en la apropiación cultural”, manifiesta el diseñador que fue finalista en el Taiwan Fashion Design Award.

-Empezaste muy joven, destacándote en el Puro Talento de Pilar. ¿Qué ves cuando mirás atrás?

-Veo un diseñador con mucho entusiasmo y sueños, con el impulso de querer saber más y con ese ideal de mezclar el diseño con el arte. Veo en ese Andrés que tiene ese pensamiento de crear la indumentaria como una pieza de arte.

-La creación, ¿desde lo intuitivo, desde la investigación o desde ambas fuentes?

-En la creación yo trabajo mucho de ambas formas. Puedo partir de lo intuitivo, así como también desde un proceso de investigación. Me gusta partir del concepto y desarrollarlo. Empaparme con el tema que tomo como punto de partida. Busco la manera de investigar un tema actual, social, o nutrirme de un movimiento artístico o de alguna inquietud de experimentación textil.

-¿Cuáles son los puntos de partida?

-Parto de la opción por materiales y teñidos sostenibles. Y en cuanto a lo que se refiere a lo comercial en Paraguay, voy a lo intuitivo y trabajo mucho sobre el maniquí y así va saliendo, pero cuando desarrollo en la colección o presentando algún proyecto. Siempre desarrollo la investigación, que es algo importante para sustentar el trabajo.

–Durante el tiempo en que venís trabajando en moda pasaste por Dubái, Roma, Taiwán, ¿qué te permitieron estas experiencias?

-Las experiencias en el exterior me sirvieron bastante para ponerme más metas y ser cada vez más exigente en cuanto al desarrollo de mis prototipos de diseños. Todo eso me ayudó a conocer lo que hay afuera y tratar de adaptar eso a Paraguay. Hacer esa introspección por fuera de lo que piensa la gente. También del tipo de reacción que se produce en la gente de Paraguay, en los desfiles que tuve. En Taiwán e Italia, esto se dio a través del uso de los tejidos originarios del Paraguay.

-¿Cómo es el alto lujo desde la artesanía paraguaya?

-El alto lujo que se desarrolla con el tema de la artesanía local paraguaya fue un proyecto de un voluntariado que llevo adelante desde 2019, de co-creación con las artesanas de Itauguá, Yatayty y Pilar. Este primer trabajo se presentó en la Semana de la Moda de Roma. Con un grupo de diseñadores estuvimos capacitando a las artesanas para darle la percepción de nuevas experimentaciones textiles a partir de lo que ellas desarrollan.

-¿De qué forma se da la co-creación con las artesanas?

-El año pasado, estuve involucrándome con otro tipo de artesanías más completas. Por ejemplo, está el trabajo con las culturas Ayoreo e Ishir del Chaco para la producción de tejidos a partir de fibras naturales, como el caraguatá; el poyvi con nuevos puntos e hilos, o con los desechos de fábricas. Hay un intercambio de experimentación y económico por realizar esos trabajos.

-¿De qué forma se da este intercambio?

-Se da siempre respetando el contexto de la cultura para que las artesanas se sientan cómodas, a gusto con el modo de trabajo y para no caer en la apropiación cultural. Siempre existe una investigación previa para realizar esto. Se habla con las artesanas para conocer su contexto social, económico y por sobre todo económico.

-¿Y el comercio justo?

-Se tiene siempre en cuenta el valor agregado que ellas dan a las prendas a partir de sus artesanías. Se trabaja también con ciertas entidades internacionales e instituciones públicas de Paraguay que están haciendo un acompañamiento para que ellas puedan cobrar lo justo por estos trabajos.

-¿Cómo trasladás tus ideas de sostenibilidad al uso de materiales, concepto de diseño y proceso de producción?

-La sostenibilidad y sustentabilidad es justamente a partir de lo social, que estuve trabajando y quiero seguir trabajando con más de 60 artesanas. Todo se desarrolla a partir de uso de fibras naturales, reciclados textiles, algodón orgánico y el teñido con pigmentos naturales. También en el tema de la producción no se genera prácticamente residuos, porque en su mayoría, en el caso del encaje ju o el ñanduti, se producen los tejidos a partir de moldes y se aprovecha lo máximo la artesanía sin producir residuos. Solo se usa máquina de coser en el ensamble de las prendas, entonces hay un aprovechamiento máximo de la mano de obra de estas mujeres artesanas.

 

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-¿Tu camino hacia la proyección internacional qué sello va a tener?

-Es algo que sigo trabajando, en lo que estoy presentando afuera con el tema de la artesanía paraguaya que está teniendo gran aceptación.  No solo el producto en sí, sino por todo el trabajo de contexto socioeconómico y tanto lo sostenible como lo sustentable que se puede desarrollar a partir de esto. Esto es el futuro de la moda, y pienso llevarlo como Andrés Báez e ir colaborando con distintas localidades y tratar de llevar al máximo nivel la artesanía local.

-Hablame de la tipología de la indumentaria que creás, el vínculo con las diversas artes…

-La indumentaria que hago con artesanía es totalmente experimental. Es mi forma de mezclar el ready-to-wear con la alta costura, incluso con lo deportivo, al optar por la ergonomía en las prendas. Siempre es como que coexiste el diseño y el arte en cada colección. En las prendas que comercializo en Paraguay, que son más a medida, y alta costura, busco que el consumidor sepa que está llevando algo que está aportando a la sociedad y al medioambiente.

-En cuanto a la valoración corporal…

-Es justamente trabajar la diversidad de cuerpos y experimentar la cuestión que es como un fenómeno actual, la moda queer como identidad de género. Es algo que estoy explorando también como valoración corporal actual, que las prendas hoy en día no tengan sexo, que cada persona lo porte como quiera portarla.